Un hogar seguro para tortugas

PANAMÁ. Amparadas en el silencio y la oscuridad de la noche, desde mediados de julio hasta mediados de diciembre, miles de tortugas mari...

PANAMÁ. Amparadas en el silencio y la oscuridad de la noche, desde mediados de julio hasta mediados de diciembre, miles de tortugas marinas loras (Lepidochelys olivacea) llegan a desovar en la playa La Marinera, ubicada en Tonosí, en la provincia en Los Santos. Cada año, estas costas y arenas son un refugio para la especie, que se caracteriza por llegar solitaria (una por una) o en arribadas (miles en una noche).

Este paraíso escondido, que ha sido sede de importantes proyectos de investigación para conservar a los quelonios, fue declarado ayer como ‘zona de reserva’ mediante la resolución N°092 del 12 de agosto de 2010, de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP).

El logro alcanzado es producto de los esfuerzos realizados por Smithsonian Panamá, la Universidad Marítima Internacional y Conservación Internacional para convencer a las autoridades de la importancia que tiene la playa para preservar la vida de las futuras generaciones de la tortuga, que cada día está amenazada por las malas prácticas de los humanos, que saquean los nidos para tomar los huevos y usarlos como afrodisíaco y que, además, cazan a los reptiles adultos para comerse su carne.

CERO SAQUEADORES

Con este nuevo decreto, se prevé una protección más compleja para alcanzar la sobrevivencia de los ejemplares recién nacidos.

Asimismo, permitirá alejar a los saqueadores de los nidos a través de la rigurosa vigilancia del área protegida, que tiene una extensión total de 968,69 hectáreas.

‘Es muy importante realizar investigaciones que permitan evaluar las diferentes zonas de las playas para determinar o estimar si existen diferencias significativas entre una y otra playa, y además observar si las arribadas año con año tienden a aumentar o a disminuir también de manera significativa y así conocer el comportamiento poblacional de esta especie’, comentó Mariano Ábrego, biólogo de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la ARAP, al hablar sobre los beneficios que aportará a la investigación científica la creación de la nueva reserva.

UN PAÍS PRIVILEGIADO

Hasta cinco mil tortugas pueden llegar en una noche y copan el espacio de arena en la playa santeña, lo que da paso a un tremendo espectáculo natural, que sólo se repite en otros ocho sitios más en el mundo. Dos de éstos lugares están en México, dos en Costa Rica y dos más en Nicaragua, uno en la India y uno más en Panamá, en isla Caña, también en la provincia de Los Santos.

Luego de 60 días ocurre la eclosión. Miles de neonatos, antes de la salida del sol, emprenden la carrera hacia el mar sin conocer los peligros que tendrán que enfrentar para alcanzar la madurez.

La ventaja de tener dos sitios de anidación de tortuga lora, que enfrenta el riesgo de desaparecer, es un motivo para promover no sólo su conservación, sino también proyectos de investigación que permitan a los biólogos y al país evaluar más este valioso recurso que llega cada año a las costas del Pacífico, según explica un comunicado de la ARAP.

De acuerdo con los datos científicos suministrados por la entidad, que desde el año 2005 lleva un conteo de los quelonios que arriban a La Marinera cada temporada, 18.094 reptiles llegaron en el 2006. En el 2007, la cifra aumentó a 20.472 tortugas, mientras que en el 2008 arribaron 19.761.

Las números demuestran la preferencia de los animales marinos para reproducirse en la playa del Pacífico, hoy reserva ecológica.

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