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- 19/05/2016 02:01
Al año, 6 millones de personas alrededor del mundo mueren por tabaquismo. Un mil millón de personas en el mundo fuman. ¿Qué postura tienen los expertos ante este mal latente?
En 1976, el Prof. Michael Russell diría que ‘la gente fuma por la nicotina, pero muere por el alquitrán'. Y no se equivoca.
Esta frase la traería a colación el Dr. Konstantino Farsalinos, un reconocido cardiólogo experto en tabaquismo, durante el Forum ‘Nicotina sin Combustión: Productos de Nueva Generación', llevado a cabo en Bogotá, Colombia, por la casa editorial El Tiempo .
DR. HUGO CABALLERO
‘Definitivamente no es esperable la cura (para el tabaquismo) con un tratamiento único, masivo y estandarizado'
Neumólogo
Para el Dr. Farsalinos es importante diferenciar entre nicotina y fumar un cigarrillo. ‘La nicotina es un alcaloide presente en muchas plantas, no solo en el tabaco', indica, mencionando a la papa, el tomate y la coliflor como ejemplos adicionales. Pero, al fumar un cigarrillo, este compuesto orgánico es el responsable de la adicción.
El experto asegura que el tabaco es la planta que posee mayor concentración de nicotina, y que esta también acarrea problemas cancerígenos y daños en el corazón debido a su uso a largo plazo.
SIN COMBUSTIÓN
Lo que se planteaba en el Forum era, ¿cuál es la solución para reducir el riesgo en los fumadores? Sin duda, existen alternativas.
Entre los ejemplos que expuso Farsalinos estaba el ‘snus' sueco. Este producto, aunque prohibido en Estados Unidos, se asemeja a mascar tabaco, contiene nicotina y se consume vía oral, poniéndolo debajo del labio superior.
El cardiólogo establecía que Suecia es uno de los países con mayor consumo de nicotina en la Unión Europea, pero es también el país con la tasa más baja de cáncer. ¿A qué se debe este fenómeno? Simple: el consumo del compuesto orgánico se realiza ‘sin combustión'.
Aquí la ponencia da un giro y centra la mirada en los cigarrillos electrónicos, los cuales ‘calientan' la nicotina en lugar de quemarla.
Desde su aparición en 2004, se han hecho innumerables estudios sobre el daño que podrían causar estos productos. No obstante, Farsalinos asevera que ha estudiado toda la literatura científica al respecto, y asegura que no hay evidencia de que el cigarrillo electrónico sea más dañino que el normal.
VAPOR
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre fumar un cigarrillo electrónico y una dosis diaria de cigarrillos? La respuesta está en la exposición a la nitrosamina, el compuesto químico más carcinógeno en el tabaco.
De hecho, el documento ‘Evaluación de seguridad y riesgos de los cigarrillos electrónicos como sustitutivos de los cigarrillos de tabaco: una revisión sistemática' (2014) —publicado por el Dr. Farsalinos y el Dr. Riccardo Polosa— establece que la exposición a la nitrosamina en una dosis diaria de tabaco (15 cigarrillos al día) es 1,400 veces mayor comparada con el uso del cigarrillo electrónico.
Por su parte, el Dr. Germán López, rescató un punto tratado por el investigador griego. Solo un pequeño porcentaje (alrededor de 4%) de los fumadores, dejan de fumar por su propia voluntad.
Una cantidad parecida lo logra con asesoramiento clínico; mientras que el grueso de fumadores, deja el cigarrillo al adoptar medidas alternativas de consumo de nicotina, como el ‘e-cigarette'.
‘Definitivamente no es esperable la cura con un tratamiento único, masivo y estandarizado', agregaría el neumólogo Dr. Hugo Caballero, citando un estudio de 2015. ‘Esto tiene que ser un tratamiento individualizado, personalizado'.
El verdadero conflicto con el cigarrillo electrónico está en que no se tienen resultados de su impacto a largo plazo. ‘Aclaremos que, de todos estos años que tiene el e-cigarette, nunca hemos visto un solo caso de enfermedad causado por el mismo', diría el Dr. Farsalinos.
‘No significa que podamos predecir que luego de 30 años no vamos a ver nada, pero por ahora, basado en evidencias claras, ningún usuario de e-cigarette ha desarrollado algún tipo de enfermedad', añadió.
REGULACIÓN
‘En el momento en el que la evidencia científica sea concluyente, en este caso, diciéndonos que el producto sí es una ayuda efectiva para la sensación de consumo de tabaco, nosotros seremos los primeros en analizar la pertinencia de la introducción del tratamiento', estableció la Lic. Lorena Calderón, representante del Ministerio de Salud de Colombia, en el encuentro.
No obstante, Farsalinos replicó que la presencia de químicos tóxicos que debería haber en un ambiente para que se considere ‘buena calidad de aire en espacios cerrados' según el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es casi tres veces mayor a lo que un fumador de cigarrillo electrónico está expuesto cuando lo consume.
Por ello, el nivel de daño solo lo determinará la cantidad de veces que uno esté expuesto a los compuestos de un e-cigarette.
‘Fumar está matando fumadores, así que la gente que tiene que estar protegida por el gobierno son los fumadores; los no fumadores están ya siendo protegidos por la ley de no fumar en espacios públicos, la prohibición de publicidad del cigarrillo y muchas otras leyes', dijo Farsalinos.
‘No podemos culpar al fumador porque fuma, así como no podemos culpar al bebedor porque bebe', resaltaría el Dr. Caballero. Y el experto griego añadiría que lamentablemente la medicina no ha desarrollado un medicamento que cure los hábitos de fumar por completo, por eso, hay que utilizar todas las herramientas a la mano para reducir el daño.
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FUTURO
El camino de las tabacaleras
Durante el mismo Forum, la compañía Phillip Morris International realizó la presentación más importante a nivel regional en cuanto productos de nueva tecnología, con el pre-lanzamiento de la línea iQuos.
Se trata de una línea de cigarrillos cuyo tabaco está diseñado para ser calentado, en lugar de quemado. Incluso si se intenta encender con un encendedor, no combustiona.
Este pequeño cigarrillo se introduce dentro de un vaporizador —que viene con un cargador— de la misma línea y emite vapor, en lugar de humo. Esto simula la sensación de fumar un cigarrillo común y corriente, pero se considera menos dañino por la falta de combustión.
Una muestra de la adaptación de la industria tabacalera a las nuevas tendencias.
Este producto todavía no tiene fecha de lanzamiento en Centroamérica, pero en algunas regiones de Asia se ha comercializado bajo el slogan ‘menos ceniza y menos humo'.
Sin embargo, la mayor amenaza para las empresas tabacaleras es el contrabando. De acuerdo con Marissa Lasso De La Vega, coordinadora de la Comisión contra el Comercio Ilítico, de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, el 75% del consumo de cigarrillos en suelo istmeño es de contrabando, citando un informe que publicó Dichter & Neira, en marzo de 2015.
Este es el único estudio independiente, y se realizó por medio de una visita de campo. ‘El contrabando ha ido aumentando a nivel regional, no es un problema de Panamá', añadió Lasso, puntualizando que estos productos ilícitos no son solo dañinos para el estado —ya que evaden impuestos— sino también para la salud del ciudadano panameño, puesto que se desconoce su procedencia y no existe ningún tipo de regulación.