¿Qué hacer con su cerebro?

Actualizado
  • 16/06/2013 02:00
Creado
  • 16/06/2013 02:00
PANAMÁ. ‘Mi familia dijo que estaba loca cuando le conté lo que iba a hacer con mi cerebro después de muerta’, dijo Diana Gómez, de orig...

PANAMÁ. ‘Mi familia dijo que estaba loca cuando le conté lo que iba a hacer con mi cerebro después de muerta’, dijo Diana Gómez, de origen mexicano, que vive en los Estados Unidos desde hace 30 años.

La anciana ha vivido siete décadas, cinco de ellas la ha pasado sirviendo a la humanidad a través de su trabajo en el Cuerpo de Paz, de los Estados Unidos.

‘Y cuando muera quiero continuar ayudando a la gente’, dijo. Un día mientras leía una revista descubrió la manera de seguir haciéndolo cuando no esté físicamente. ‘Sólo tenía que donar mi cerebro’, afirmó.

En el artículo científico que leía se enteró que se estaba construyendo una Biblioteca Digital del Cerebro de la Universidad de California, en Estados Unidos, para estudiar las enfermedades relacionadas con este órgano.

Supo de inmediato que era la oportunidad que había esperado. Anotó el teléfono que aparecía en la publicación del doctor Jaccobo Annese, director del Observatorio Cerebral de la Universidad de California, para una entrevista.

En el primer encuentro se le establecieron las reglas del juego para convertirse en una de las donante. Se le hicieron varias pruebas para determinar su coeficiente intelectual, entre otra serie de exámenes médicos. Luego debió firmar un documento, que es lo más parecido a un contrato’, en el cual notificaba a la familia su deseo después de muerta.

‘Hice todo lo que tenía que hacer para ser reclutada como donante porque quería ser parte del gran expediente de cerebros humanos’ que reposaría en la biblioteca. ‘Allí estudiarán mi cerebro. Y ojalá a través de su estudio puedan encontrar curas para enfermedades degenerativas como el alzheimer’, dijo orgullosa la mexicana. ‘Creo que será una bonita forma de irme de este planeta, dejando mi cerebro para que otras personas puedan es tudiar sobre él, porque al menos yo siempre me he cuestionado cómo funciona. Me da alegría que sea el primer cerebro latino y también el primer cerebro bilingüe’, dice Diana

ORÍGENES

La biblioteca tuvo sus inicios en el 2009 luego de que se acusará a un grupo de científico del observatorio de haber estudiado, sin permiso, un famoso cerebro, el de Henry G. Molaison, un hombre que luego que le practicaron una operación en el hipocampo no pudo retener ningún recuerdo después de 20 minutos, sin embargo, podía recordar las cosas que le habían ocurrido a largo plazo. ‘Es el cerebro más importante en la historia moderna de la medicina’, explicó Annese.

HM, como se le conoció en la literatura médica al paciente, donó su cerebro en el 2008, cuando falleció. Tras su muerte se le practicó un minucioso estudio al órgano. El equipo científico que hizo el procedimiento seccionó y digitalizó el cerebro. El procedimiento fue seguido por mucha gente a través de la internet y fue titular de muchos diarios en el mundo. ‘Así entonces nace la idea de crear el banco de cerebro más innovador del mundo’, dijo Annese.

La meta es tener mil cerebros para la próxima década. Por ahora sólo se está trabajando 50, sin embargo, hay muchos donantes en camino, incluso los de algunos famosos. La identidad de ellos debe mantenerse en reserva hasta después de su muerte para evitar riesgos. Annese, manifestó, que ‘nos encantaría que García Márquez nos dejara su cerebro para inmortalizarlo. Es una persona muy inteligente’.

‘Nos gustaría tener miles de cerebros de personas que en vez de enterrarlos o cremadas prefieran preservarlos, porque mientras más información y mayor el banco de datos tendremos mayor potencia estadística para hacer correlaciones entre aspectos de su vida, de su personalidad y de la corteza cerebral del hipocampo en busca de marcadores’.

El banco de cerebro no es el único que existe,

en Perú hay otro que ha logrado coleccionar 3 mil. A diferencia del que existe en Perú, en el de California los órganos se exploran para reconstruir la identidad de un donante. Tras determinarse se busca el testimonio de los familiares de la personas para comparar que tanto coincide una información con otra.

Los estudios de los cerebros ayudarán, además, a los científicos a descifrar los patrones de las enfermedades. Al final lo que se busca es impulsar el conocimiento de cómo se relaciona el cerebro humano como las enfermedades y el envejecimiento de las personas para luego usar esa información para mejorar los tratamientos médicos y la calidad de vida de los pacientes.

LA DIGITALIZACIÓN

Los cerebros son extraídos a las personas doce horas después de la muerte. Luego se colocan en una solución con formol y azúcar que , aunque, cambian las propiedades del cerebro ‘no ocasionan daños a las células del cerebro donde se va a buscar la información’ pero produce que el órgano se endurezca, ‘queda como una pelota de fútbol’, explicó Annesse.

En este proceso pueden pasar hasta un año. Después de estudiarlos se cortan con precisión en segmentos, cada uno del tamaño de un grosor de una hebra de cabello (se pueden llegar a hacer hasta 2500 láminas).

Las partes son preservadas para distintas experimentos de la ciencia. Las diapositivas son digitalizadas lo que permite a un sin número de científicos tener acceso a ellas para futuros estudios.

‘Si nos donan su cerebro vamos a convertirlo en cientos de imágenes que investigadores podrán analizar porque aquí nuestro lema es que si una imagen vale mil palabras, un cerebro vale mil imágenes’, puntualizó Annese .

La biblioteca cuenta con un millón de dólares en equipo e infraestructura. El procesamiento de cada uno de los órganos cuesta entre $30 y $40 mil. Visite el sitio www.thebrainobservatory.com si está interesado en donar su cerebro.

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