En Venezuela hay 1,905 detenidos considerados como “presos políticos”, 38 más que la semana pasada, cuando se computaron 1.867 personas privadas de libertad...
- 22/11/2015 01:00
- 22/11/2015 01:00
Recuerdo cuando en septiembre del 2012 se dieron una serie de ataques cibernéticos a un grupo de instituciones en los Estados Unidos.
La característica más importante fue la naturaleza de los mismos. Esta vez se trataba de bancos, periódicos y otros medios de comunicación, cuando normalmente este tipo de incidentes solo le ocurrían a instituciones como la CIA o el FBI.
Cada tanto aparece en las noticias alguna información sobre el tema, pero parece que nosotros como usuarios normales de la tecnología no percibimos ningún peligro y la pregunta que muchos se hacen es, ¿existe algún peligro real?
El peligro es directamente proporcional a la tecnificación de la sociedad. Entre más sistemas esenciales para un país están controlados por sistemas informáticos, más riesgo existe en caso de un ciberataque.
En este sentido, las películas ya nos han mostrado varias posibilidades.
Si se apagase el sistema bancario de un país o se colapsará el sistema de semáforos o el de tráfico aéreo, los peligros serían muy reales.
En Estados Unidos se ha creado una división especial del ejército para combatir en este campo.
Muchas policías del mundo tienen equipos especiales para combatir el crimen cibernético y hay una gran cantidad de compañías que prestan asesoría en este campo tanto a los privados como a los gobiernos.
Como siempre, la mejor forma de combatir este tipo de cosas es la prevención y la mejor prevención es diseñar las cosas bien desde el principio.
Colectivos como Anonymous, que hacen ‘ciber-activismo', generan polémica, pues sus acciones son tanto aplaudidas como criticadas. Lo innegable, sin embargo, es que son ahora parte de la geopolítica mundial.
Hace poco, por ejemplo, en respuesta a los ataques en París, anunciaron que combatirían los sitios de internet y las redes sociales de las organizaciones terroristas involucradas.
En nuestro entorno cercano, lo más inmediato es manejar un buen esquema de claves y seguir las recomendaciones de los fabricantes de software, pero a una escala más alta.
Quienes diseñan los sistemas de nuestras ciudades y países deben analizar con mucha calma todas las posibles implicaciones de crear un sistema que esté conectado entre sí y con los demás.
A medida que los países y las instituciones a nivel global aumenten su nivel de sofisticación tecnológica, los riesgos de ataques cibernéticos lo harán también. Así, debemos estar preparados para seguir escuchando sobre estos temas.
Seguro veremos más ejércitos abriendo más unidades de expertos para la ciberguerra y el campo para la creación de empresas consultoras en estas áreas continuará expandiéndose.
En mi caso, yo cambio los códigos de mis cuentas cada cierto tiempo y no los anoto en lugares a simple la vista. Es un comienzo, al menos.