Decenas de famosos alabaron este lunes el estilo de los dandis negros y lucieron conjuntos de sastrería extravagantes en su honor en el preludio de la...

- 11/05/2025 00:00
En estos últimos días hemos asistido a una parafernalia y gran excitación mediática para reportar “las primeras fotos” y los detalles del funeral de un papa que, indudablemente, ha generado respeto y afecto, dejando una huella también en los católicos no practicantes y hasta en los no católicos y ateos.
Hemos visto cómo cerraron con cinta roja el cuarto donde falleció. Hemos escuchado los mensajes inútiles, e hipócritas en muchos casos, de los dignatarios esparcidos por el mundo. Nos hemos enterados de los libros de condolencia abiertos, de los duelos nacionales sin ningún efecto significativo; sin dejar de subrayar, en este punto, de cómo los cinco días de duelo proclamados por el Gobierno italiano han sido a todas luces una excusa para no celebrar como se merece el 25 abril, fiesta de la Liberación del nazifascismo en Italia.
Las banales instrucciones
Nos han instruido acerca de la longitud de las filas de devotos para pasar frente al féretro y el tiempo requerido, detalles organizativos fundamentales tipo horarios de apertura y cierre de la Basílica de San Pedro o cuántos metros exactos dista de San Pedro la iglesia de Santa María Maggiore, donde se inhumará el cuerpo de Franciscus y el punto preciso adentro del santuario.
También ya conocemos noticias y perfiles de tercera y cuarta mano acerca de los papables, y explicaciones del proceso del cónclave para la elección del nuevo pontífice, completas estas últimas, con elaboraciones virtuales e imágenes de dibujos animados.
Hemos tenido que escuchar banalidades de comentarios inconsistentes confiados al primer transeúnte/turista romano, agravados de acotaciones del enviado especial tipo “Vemos emociones encontradas” (¿!?) o preguntas obvias tipo “¿Usted está aquí para dar el último saludo al papa?”, para terminar con observaciones passepartout tipo “Vemos personas profundamente conmovidas”.
Para no hablar de los reportes en directo de minutos de silencio en varias sedes... durante los cuales no se puede hacer a menos de pensar que papa Franciscus hubiera preferido Palabras, HECHOS, y no Silencios.
Las palabras verdaderas
Es por esto que me apresto aquí a un humilde trabajo de relatora/traductora, evidenciando las últimas, emotivas, palabras del pontífice, conmovedoras en sumo grado porque elaboradas por un ser humano que sabía estar a pocos pasos del final de su camino terrenal; y algunas observaciones de dos intelectuales muy respetados en la escena cultural italiana.
“A los funerales del papa habrá muchas personas que lo detestaban. Políticos y gobernantes de derecha, oficialmente cristianos, para los cuales el pontificado de Bergoglio ha sido un peñón indigerible... Serían suficientes sus palabras acerca de los migrantes cuando dijo que excluirlos es “asqueroso, pecaminoso y criminal”.
“...Un abismo separa el Evangelio según Bergoglio del cristianismo de Estado de un Trump... como también su apasionada fe ambientalista franciscana, expresada en la encíclica Laudato si’ con la firme denuncia de la búsqueda desenfrenada del beneficio económico. La Tierra no es un limón para exprimir... He sido bautizado, mas no soy creyente...pero la muerte de este papa es un duelo también para mí, mucho más que para una multitud de “cristianos oficiales” que van a misa y besan el crucifijo, a los cuales sin embargo Bergoglio pareció un intruso, un inadecuado...” (Extraído de un editorial de Michele Serra).
“En este momento de gran tristeza, una multitud de la cual hago parte, estoy muy orgullosa que fue nuestro Manifesto que publicó y distribuyó junto con el periódico un libro que contiene uno de los más bellos y significativos discursos de Bergoglio... Fue el libro que salió después del encuentro mundial de los movimientos populares (Emmp) en Roma, en el cual estuvo presente un singular presidente, al momento no muy conocido, Pepe Mujica, la bien conocida Vandana Shiva y más de 99 organizaciones de 68 países, entre las cuales los Sem Terra brasileños y su leader Stedile; ausente Bernie Sanders porque comprometido en la campaña electoral americana... Los temas de discusión: ecología, bienes comunes, salario universal”.
No se puede desconocer que el pontificado de Franciscus ha dado a la política vaticana un punto de flexión decidido y fuerte. Él no ha sido simplemente más bondadoso y generoso, ha tenido el coraje de indicar con claridad el enemigo, el culpable de las iniquidades, en aquella estructura injusta dominada por la supremacía del dinero que vuelve esclavos y recorta la libertad, que mitifica el desarrollo infinito y la eficiencia sin conciencia social.
“A los explotados, a las víctimas del sistema, papa Franciscus los invita a no quedarse de brazos cruzados... a participar en la apropiación del poder político, desde las luchas sociales hasta la lucha electoral. En sus mismas palabras en la clausura del evento de Roma: “Muchachos, la caridad es una bonita cosa, pero sirve la política”.
La frase más polémica del papa fue “No sirve una política para los pobres, sino una política de los pobres”. (Extraído de un editorial de Luciana Castellina).
Un pontificado de gran significado
Después de haber impartido la bendición Urbi et Orbi con voz y aspecto de mucho sufrimiento, el maestro de ceremonias leyó sus últimas palabras (disculpándome por esta arbitraria selección, pero se puede encontrar fácilmente el texto integral).
“...El amor ha ganado sobre el odio, la luz ha ganado sobre las tinieblas, la verdad ha ganado sobre la mentira. El perdón ha ganado sobre la venganza... Cristo ha resucitado y en este anuncio está todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida...
La Pascua es la fiesta de la Vida. Dios nos ha creado para la Vida y ¡quiere que la humanidad resurja!...
...¡Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los tantos conflictos armados en diferentes partes del mundo! ¡Cuánta violencia vemos también en las familias, en contra de mujeres y niños! ¡Cuánto desprecio se siente a veces hacia los más débiles, los marginados, los migrantes!
¡En este día quisiera que regresásemos a esperar y tener confianza en los demás, aun en quien no nos es cercano o viene de tierras lejanas con costumbres, formas de vida, ideas, tradiciones diferentes a aquellas más familiares para nosotros, ya que somos todos hijos de Dios!
¡Quisiera que regresásemos a esperar que la paz es posible! ... Estoy cercano a los sufrimientos de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino. Preocupa el creciente clima de antisemitismo que va difundiéndose en el mundo. De igual manera, mi pensamiento va a la población y de forma particular a la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue generando muerte y destrucción, y provocando una dramática e innoble situación humanitaria”.
“¡Apelo a las partes beligerantes, se haga un alto al fuego, se liberen los rehenes y se preste asistencia a la población, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz...!”.
No sorprende que Netanyahu no haya dicho nada, ni mucho menos unas palabras de condolencias.
Todos conocían el sagaz sentido del humor de papa Bergoglio, me complace terminar con una anécdota. Al presidente de la región Lazio (noto exponente de extrema derecha) que le dijo en una ocasión: “Yo rezo por usted”, papa Franciscus contestó: “¿A favor o en contra? Porque muchos rezan en contra”.
La autora es doctora en Materias Literarias de la Universidad de Bologna, Italia. Ha sido docente de Sociología y Lengua Italiana en la Universidad de Panamá.