Thriller médico

Actualizado
  • 27/10/2011 02:00
Creado
  • 27/10/2011 02:00
PALABRA. El realizador estadounidense Steven Soderbergh es capaz de transmitir, de manera contundente, esa perfecta sensación de cine y ...

PALABRA. El realizador estadounidense Steven Soderbergh es capaz de transmitir, de manera contundente, esa perfecta sensación de cine y realidad frente a temas de actualidad, ya sea en dramas de impacto social como Tráfico, seudodocumentales sobre profesiones riesgosas y política asumidas en La experiencia de la novia, la biografía de un líder histórico de nuestro tiempo: Ernesto ‘Che’ Guevara, y compartir, en la silla de productor, una sórdida y compleja radiografía del tema energético a través de Syryana.

Este año vuelve a ofrecer el contagioso enfoque y describe cómo el pánico y la consternación se apoderan del mundo entero narrando un evento de histórica magnitud, cuya definición es ‘el proceso y el estatus consecuente de afección de un ser vivo’.

Contagio es el título de su más reciente película y a juzgar por John Edmunds, profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, ‘la base científica de la película es buena’.

Así, conocemos a Beth (Gwyneth Paltrow), una ejecutiva que hace una escala, proveniente de Hong Kong, para compartir con un viejo amor, a espaldas de su esposo Thomas (Matt Damon). Él la lleva al hospital de urgencia, pero finalmente fallece a causa de una enfermedad desconocida.

Seguidamente vemos una reunión con el Dr. Cheever (Laurence Fishburne), que trabaja en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, para conocer a qué tipo de contagio se enfrenta el mundo, mientras que una agente del servicio de Inteligencia Epidemiológica, Erin Mears (Kate Winslet), va hacia la ciudad donde muere la víctima de la enfermedad desconocida y empieza a investigar la procedencia del virus y tratar de controlar su propagación. Todo esto ocurre, momentos en que la Dra. Leonora Orantes (Marion Cotillard) empieza la fase de investigación, empoderada por la Organización Mundial de la Salud y es enviada a Asia. Con ello, la crisis mundial toma partido.

Contagio pertenece a un subgénero denominado thriller médico’, cuya fuerza radica en el rigor científico presentado.

En el cine existen ejemplos históricos muy interesantes. Por ejemplo, en 1969 el realizador Robert Wise (West Side Story) puso de moda La amenaza de Andrómeda, basado en el best seller de Michael Crichton, que a ritmo de ciencia ficción, nos llevó hacia un microbio que aterrizó cuando un satélite perdió su órbita y cayó en un pueblito de Nuevo México.

En 1976, el director de películas de acción George P. Cosmatos (Rambo II) llevó al cine un híbrido interesante llamado El Cruce de Cassandra, en donde un terrorista infectado con un virus mortal se mete en un tren hacia Estocolmo y contagia a todos los pasajeros. El dilema estaba en descarrilar el tren, justo cuando los enfermos empiezan a recuperarse.

Con mayor realismo, en 1995, el director Alemán Wolfgang Petersen (Troya) hizo un paralelo sobre el Ébola cuando nos narró lo ocurrido con su motaba, una fiebre hemorrágica que tuvo su origen a través de un mono de Zaire, en la impactante Epidemia.

También, Terry Gillian (Brazil) nos llevó a la investigación en el pasado para localizar qué fue lo que ocurrió al propagarse un virus que trajo caos a la humanidad en 12 Monos y el mexicano Alfonso Cuarón (Y tu mamá también) nos presenta un futuro infértil con Niños del hombre.

De la mano de José Saramago, el brasileño Fernando Mierelles (Ciudad de Dios y El jardinero fiel) nos mostró una ciudad sorprendida por una epidemia que deja ciega, sin razón aparente, y los habitantes se ven sumergidos en una cuarentena que desnuda las intenciones de los seres humanos en sociedad.

Ahora, si nos ponemos más pesados en esta fiebre de infecciones y contagios, recomendamos también los extremos, entre ellos el debut de Eli Roth, Cabin Fever, sobre una bacteria come carne; 28 semanas después, secuela de 28 días después que realizara el español Juan Carlos Fresnadillo (Intacto); The Crazies, pero la de George Romero; la española REC, de Jaume Balaqueró y Paco Plaza, sobre un virus de ira, y algunas viejitas como Las uvas de la muerte, filme francés erótico de horror de Jean Rollin y Satan bug, hecha en 1965.

Hay otros ejemplos como Slither (no es para todos los gustos, pero funciona en tono de comedia gore para contar cómo un parásito alienígena amenaza con infectar un pueblito), Lack Death, película británica con Sean Bean ambientada en 1348 sobre la peste bubónica y definitivamente The Happening, de M. Night Shyamalan, no por ser una buena película sino por llevarnos hacia la histeria colectiva.

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