Una nueva alternativa para los anfibios en peligro

  • 01/06/2023 00:00
La quitridiomicosis se cobra la vida de cientos de anfibios todos los años, sin embargo, una nueva herramienta para su detección puede ser el primer paso para el control de esta infección
La quitridiomicosis afecta más de 500 especies de anfibios. 90 de las ellas se han extinguido debido a este hongo.

La quitridiomicosis es una de las principales causas del declive de la población de anfibios. Esta infección por hongos afecta a más de 500 especies de ranas, sapos, salamandras y otros animales de esta clase, que mueren al contraer este padecimiento en la piel, causando la extinción de múltiples especies, según Richard W. R Retallick, Hamish McCallum y Rick Speare, autores del estudio 'Endemic Infection of the Amphibian Chytrid Fungus in a Frog Community Post-Decline'.

Con el fin de erradicar la quitridiomicosis mediante el diagnóstico rápido en anfibios, el Centro de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), en conjunto con el Centro de Biología Celular y Molecular en India, desarrollaron una nueva prueba que fue capaz de identificar cepas indias no detectadas previamente así como cepas de otras partes del mundo.

Se piensa que la quitridiomicosis es responsable por el 30% de la disminución de ranas en los últimos 15 años. Es por eso que la detección rápida de esta enfermedad es esencial para su control y mitigación. Para esto, ambas organizaciones realizaron un estudio que fue publicado en la revista Transboundary and Emerging Diseases, con el título de 'A Universal and Efficient Detection of Chytridiomycosis Infections in Amphibians Using Novel Quantitative PCR Markers'.

A medida que van apareciendo nuevas cepas de quitridiomicosis en diferentes partes del mundo y se propagan por medio del comercio mundial de anfibios, se hace cada vez más necesario un monitoreo de estas variantes híbridas que van emergiendo con la evolución de la enfermedad.

La detección rápida del hongo en estos animales puede ayudar a controlar la propagación de esta infección.

Sin embargo, la nueva prueba que diagnostica las cepas de quitridiomicosis recientemente descubiertas, así como las ya conocidas, fue validada en anfibios sin extremidades como las cecilias, los sapos y las ranas, y anfibios con cola como la salamandra en la India, y también tuvo éxito en laboratorios de Panamá y Australia, demostrando así ser una alternativa para la vigilancia de la quitridiomicosis en diferentes partes del mundo.

“Este ensayo permitirá a los investigadores estudiar y detectar la propagación de cepas del hongo quítridio anfibio que antes pasaban desapercibidas, especialmente en países alrededor del océano Índico, donde el comercio ha movido e introducido especies de ranas”, señaló Roberto Ibáñez, científico de la STRI que colaboró en la investigación de esta nueva prueba.

El reciente método de detección también ayudará a identificar reservorios de patógenos que todavía se desconocen, es decir, especies de anfibios que podrían ser asintomáticas o son capaces de transmitir de manera silenciosa esta enfermedad a otras especies que se encuentran susceptibles en su entorno.

La extinción de una especie importante

Los anfibios juegan un papel importante en diferentes ecosistemas. Este tipo de fauna tiene diferentes funciones, como la transferencia de nutrientes desde medios acuáticos a medios terrestres y el control de las plagas de insectos, lo que es de vital importancia considerando que la desaparición de este grupo de animales podría significar el incremento de las poblaciones de insectos transmisores de enfermedades infecciosas como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla.

Además de esto, los anfibios tienen una función fundamental dentro de la cadena trófica biológica por su capacidad como depredadores, pero también como presas, pues sirven de alimento para otras especies, por ejemplo, el jabalí, la rata gris, la gineta o el meloncillo. Incluso algunas especies de anfibios dependen de animales de su misma clase para subsistir, como es el caso de la rana verde.

Es por estas razones y más que la extinción masiva de los anfibios, que viene sucediendo desde la década de 1980, es considerada un problema global.

Expertos como Ross Alford y Atephen Richards destacan a detalle en su estudio 'Global Amphibian Declines: A Problem in applied ecology. Annual Review of Ecology and Systematics' que la disminución en la población anfibia tiene causas locales complejas debido a que estos animales son sensibles a los cambios que se producen en los ecosistemas acuáticos durante su fase de larvario o en los ecosistemas terrestres durante su fase adulta, debido a la alta permeabilidad de su piel.

Cambios en patrones de temperatura, lluvias o humedad, que son cada vez más comunes debido al cambio climático y la contaminación, aumentan las toxinas del ambiente y afectan la delicada piel de estos animales.

De hecho, para muchos científicos los anfibios son indicadores del estado del medio ambiente y la contaminación que se genera producto de la actividad humana, y que pronto podría empezar a afectar otras especies.

Los autores del estudio 'Endemic Infection of the Amphibian Chytrid Fungus in a Frog Community Post-Decline' también argumentan que en el caso de la quitridiomicosis, se cree que las especies infectadas con este hongo mueren porque la enfermedad les hace imposible respirar a través de la piel. Se calcula que entre la infección hasta la muerte pasan de una a dos semanas, según pruebas experimentales.

Por eso el reconocimiento de nuevas cepas y de las especies asintomáticas, que es posible con el nuevo instrumento de detección de quitridiomicosis del STRI y el Centro de Biología Celular y Molecular en Indias, es un gran paso para frenar la infección que, según dice el periódico español El País, hasta el momento ha hecho desaparecer 90 clases de anfibios y el 90% de la población de las especies restantes.

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