“El gran pequeño” llega a salas panameñas

Actualizado
  • 28/08/2015 02:01
Creado
  • 28/08/2015 02:01
El nuevo filme de Eduardo Verástegui cuenta la historia de un niño que lo hace todo por acabar con la Segunda Guerra Mundial

Ayer se estrenó en cines panameños la cinta El gran pequeño , la nueva película de la productora Metanoia, del actor y cineasta mexicano Eduardo Verástegui.

La historia se remonta a los años 40, en un pueblito de California, durante la Segunda Guerra Mundial, y habla de un niño de ocho años cuyo más grande héroe y amigo es su padre.

Su mundo se desmorona el día que llega el autobús militar a llevarse a todos los soldados que irán a luchar, y entre ellos se encuentra su papá.

A partir de allí, el niño hace lo que sea por terminar con la Segunda Guerra Mundial y regresar a su mejor amigo a casa vivo.

‘Puede un niño de ocho años terminar con la guerra?', plantea Verástegui en una conferencia de prensa en Panamá.

CINE CON VALORES

Con su productora, Metanoia, Verástegui y su socio Alejandro Gómez Monteverde buscan utilizar el poder del cine para ‘hacer películas que tengan el potencial no solo de entretener a la audiencia, sino de hacer la diferencia en nuestra sociedad'.

El gran pequeño que protagoniza la película es un niño ‘incomprendido en su pueblo, que no tiene amigos... es la típica historia del ‘patito feo' que nadie quiere, que se burlan de él y le hacen la vida imposible', explica Verástegui, ‘Pero a él no le importa porque se refugia en el amor de su papá'.

El cineasta explica que la historia busca hacerle homenaje a la figura del padre ‘presente'; el que se preocupa por el desarrollo de sus hijos, y el bien de su familia.

‘Hoy en día el promedio de tiempo que pasan los padres con sus hijos teniendo conversaciones sólidas es de tres a seis minutos por día y eso está mal', destaca el actor. ‘Con este mensaje queremos inspirar a los padres de familia a que pasen más tiempo con sus hijos'.

Pero el filme busca también hablar del amor, y esto empieza por la elección de su título en inglés, Little boy o pequeño niño .

Este era el nombre en clave de una de las bombas atómicas que fue detonada en Hiroshima (Japón) durante la Segunda Guerra Mundial.

‘¿Cómo es posible que algo tan destructivo tenga un nombre tan inofensivo?' expresa Verástegui. ‘Entonces la película habla de dos bombas, una que destruye, otra que construye, una es de odio, la otra es de amor'.

Al mismo tiempo, la película busca despertar la pureza e inocencia que todos teníamos de niños.

‘Cuando uno crece y entra al mundo de los adultos, empiezan los problemas, las guerras, los prejuicios y divisiones. En el mundo de los niños hay travesuras pero no hay guerras'.

Verástegui concluye diciendo que su esperanza como cineasta y productor es que ‘cuando la vean se vayan no solamente entretenidos, sino también llenos de esperanza y amor, inspirados a amar más, perdonar más y quejarse menos'.

LO MÁS DIFÍCIL

Como cineasta independiente, todo cuesta para llevar un guión a la pantalla grande. Pero en este caso, lo más desafiante para los productores fue encontrar al niño perfecto para hacer de protagonista.

‘Vimos a más de mil niños y no dábamos con él. Un día, que ya estábamos desesperados, vimos a un niño chaparrito e inquieto, haciendo travesuras en la sala de espera de las audiciones y el director vio que tenía algo especial', cuenta Verástegui.

Sin embargo, vieron que el niño no iba a audicionar, sino que estaba acompañando a su hermano mayor, que tenía autismo y a quien la mamá había llevado a audicionar como parte de una terapia.

‘La convencimos de que dejara a audicionar al chiquito y nos convenció; nos hizo llorar, nos tocó el corazón', relata Verástegui. ‘Cuando le ofrecimos el papel, su hermano mayor se puso a llorar... después nos enteramos de que era porque su padre estaba a punto de perder la casa y ese trabajo iba a salvar a su familia'.

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