'The Midnight Gospel', la reflexión transformadora de la animación

Actualizado
  • 02/07/2020 00:00
Creado
  • 02/07/2020 00:00
A través de episodios cortos y grabaciones profundas, los creadores Duncan Trussell y Pendleton Ward llegan a Netflix con una serie animada que asegura la posibilidad de enseñar a adultos dando un sentido de pertenencia y aceptación
La serie se estrenó el 20 de abril en Netflix, día del cumpleaños de Duncan Trussell.

El catálogo de series animadas con temáticas adultas en Netflix ha ido creciendo, y lo ha notado una audiencia que busca algo diferente a las películas dramáticas o llenas de historias que resultan vacías. Y la nueva serie del podcaster y comediante Duncan Trussell, llamada The Midnight Gospel, es una apuesta interesante que se une a la plataforma de streaming dejando atrás el concepto de que la animación es igual a contenido para niños.

Durante 20 minutos por episodio, escuchamos entrevistas de los podcasts de Trussell como parte de su programa 'The Duncan Trussell Family Hour', volverse parte de la historia de la serie, mientras Clancy Gilroy (el protagonista a quien Trussell presta su voz) navega por diversos mundos en un universo que no para de expandirse.

Escrita, dirigida y creada por Duncan Trussell y Pendleton Ward (creador de Hora de Aventura), la serie de animación 2-D engloba conversaciones que rotan entre la importancia de meditar, la aceptación de la muerte en el ciclo de la vida, la ansiedad e incluso la legalización de la marihuana y sus funciones como medicamento de relajación.

Dentro de un catálogo de series animadas para adultos, 'The Midnight Gospel' crea un ambiente de entretenimiento y trascendencia emocional completamente distinto.

Si lo vemos desde su superficie, The Midnight Gospel es parecida al anterior proyecto de Ward, Hora de Aventura, donde un joven navega en un mundo de fantasía buscando nuevas experiencias y conoce a diversos personajes que le aportan sentido a su viaje; sin embargo, en The Midnight Gospel, al ahondar sus cortos ocho episodios, nos damos cuenta rápidamente de que Clancy aborda su simulador espacial para hallar respuestas en el espacio, a la vez que huye de su realidad la cual se deteriora cada vez más y, pese a que sus entrevistados (que son grabaciones de los podcasts reales de Trussell) hablan sobre consejos emocionales, las prácticas de mindfulness o tomar las riendas de su propia vida, este parece vivir sumergido en una indiferencia voluntaria frente a sus problemas y emociones.

Entre los puntos fuertes de la serie cabe destacar que cada nuevo episodio contiene un nuevo invitado y un tema que se acopla a la realidad de Clancy, una base sólida de personajes y un guion excepcional en cuanto a humor y detalles de descripción del espacio (aunque los planetas, en su mayoría, estén llenos de circunstancias ilógicas). Mientras que su debilidad podría señalarse en la ausencia de un hilo conductor entre cada entrega, el humor compensa la mayoría de fallas, la notoria falta de un punto en común entre cada nueva historia es un eslabón inestable que podría hacer que los espectadores disocien la animación de la conversación que toma lugar en medio de la aventura, en vez de unirlos como un resultado completo.

En diversos episodios el espectador puede notar el cambio en la mentalidad de Clancy, que progresa junto con la narrativa.

La serie ha estado rondando Netflix desde abril de este año, siendo el primer proyecto de Trussell en entrar a este dominio y dando una nueva opción de entretenimiento para el tiempo de confinamiento durante la pandemia. “La pandemia es surrealista por sí sola. Espero que el espectáculo sea divertido, como una distracción en este momento”, dijo Ward al medio Indiewire, “esta es mi forma favorita de trabajar ahora, proporcionar una dirección estética cómica/visual para trabajar, pero romper las reglas si alguien tiene una idea genial. ¡Hacer que el arte sea emocionante y no solo una rutina!”.

Y es que nada es una rutina en el mundo psicodélico de Clancy, ni sus viajes a través de su simulador de inteligencia artificial, ni siquiera los colores de su hogar o las formas de los personajes; un mundo no se parece al otro ni a nada más que se presente en el multiverso de The Chromatic Ribbon, donde reside Clancy tras escapar de la Tierra. Su ocupación como podcaster –que es una copia al carbón de Trussell– le mantiene motivado para seguir viajando, encontrando personas interesantes que se integren a su “spacecast”.

El contraste de las conversaciones reales con el mundo imaginativo de Clancy da una perspectiva fresca sobre lo que el mundo de la animación puede lograr, superando expectativas sin ser demasiado grotesco o perder la credibilidad del entorno creado. Pero no podemos equivocarnos, The Midnight Gospel no es una serie que busca enviarnos a un torbellino de emociones o lanzarnos de lleno a una aventura llena de acción inesperada como otras series de la misma rama de animación, sino que es un ambiente para disfrutar, escuchar, e incluso, terminar el episodio habiendo aprendido algo nuevo sobre nosotros mismos a través de las luchas de Clancy.

En los últimos episodios es donde el talento de Trussell para el humor, y la experiencia de Ward en la creación de mundos fantásticos, hacen clic con la historia que estuvo tras bambalinas todo el tiempo: la verdadera identidad del protagonista y el tesoro que añoraba. Para cuando Clancy descubre la raíz de la razón de su huida de la Tierra, y por ende el porqué nada le sale realmente “bien” en Chromatic Ribbon, estamos enganchados en su viaje.

Desde su conversación con la muerte (a la que da su voz la funeraria experta y autora Caitlin Doughty) donde aprendemos junto a él la importancia de aceptar la pérdida de un ser querido, y las prácticas de la industria funeraria occidental, hasta el final de la primera temporada donde la madre de Clancy es la invitada especial (siendo su voz la madre de Trussell, la psicóloga Deneen Fendig) y nos adentra a su crecimiento –que es inherente al de Trussell–, con un análisis introspectivo sobre la formación de la personalidad desde el nacimiento de un bebé hasta sus primeros cinco años, lo que deja marcas en el resto de su vida, lo que suena complicado, pero verlo a través de los lentes de la fantasía de Ward en un mundo de pequeños osos hace que la imaginación del mundo de Clancy fluya hacia el nuestro por unos cuantos minutos.

“Desde que tengo memoria, teníamos estas profundas conversaciones filosóficas”, dijo Trussell a Indiewire; “eran como podcasts en la mesa de la cena. Ella era auténticamente espiritual. Lamentablemente, todos pierden a su madre. [Durante el episodio] Estaba llorando y no estaba seguro de poder manejar las ediciones de este, así que hubo muchas conversaciones telefónicas. Cuando finalmente lo vi, fue uno de los mejores momentos de mi vida porque no pensé que volvería a ver a mi madre. Y de repente, allí estaba ella, en un espectáculo psicodélico animado”.

La profundidad voluntaria de la serie representa un cambio en el uso de la animación y su mezcla interdisciplinaria con otros formatos, como el podcasts, y podría ser utilizado como referente para nuevos proyectos, ampliando la creatividad de los productores como de los espectadores. En una era caracterizada por vivir a rápida velocidad, sin darnos el tiempo para conocernos lo suficiente y evitar huir de los enfrentamientos, la creación de Trussell y Ward llega como una fuente de diversión e introspección que merece una tarde o una noche para disfrutar.

CALIFICACIÓN LA ESTRELLA: 9.5/10.0

“Clancy y Trussell se interconectan de manera que el espectador queda inmerso en la narrativa de forma orgánica, sin presión por entenderlo todo, sino dejando un espacio abierto para la reflexión luego de cada episodio. El humor y el toque de locura descontrolada que rodea el multiuniverso de Clancy es una lección en contenido de calidad que desesperadamente necesitamos en un mundo cada vez más conectado

Lo Nuevo
comments powered by Disqus