Los peligros del entretenimiento

Desde que inventaron los juguetes se han creado un sinnúmero de elementos con los que los niños pueden entretenerse y las ideas de los expertos no paran. Tamaños, colores y formas e incluso las diversas funciones con las que son construidos ponen a los niños locos por conseguirlos. Sin embargo, hay un aspecto que no puede dejar de mencionarse a los padres en cuanto a la seguridad con la que pueden o no estar jugando sus hijos. Por ello, hay que elegir los más adecuados para cada una de las etapas de su crecimiento.

Tapas

Para los juguetes que funcionan a pilas, los responsables del menor deben asegurarse que la tapa que las resguarda sea difícil de quitar, y esto se consigue mediante tornillos que los niños no puedan desprender.

Cables

Los cordones, lazos y cables deben ser cortos, de modo que no puedan enredarse alrededor de nuestros pequeños. No deben tener límites cortantes, ni partes punzantes.

Tamaños

Las piezas pequeñas no deben desprenderse con facilidad (ruedas, ojos de muñecas, botones), de este modo evitaremos que sean tragados, o introducidos en nariz u oídos. En caso de que los padres no se den cuenta de la ingesta de una de esas partes, al momento de comprarlos deben fijarse que los mismos estén diseñados y fabricados de forma que su ingestión, inhalación, contacto con la piel, las mucosas o los ojos, no represente riesgos para la salud o peligro de lesiones corporales cuando se utilicen de acuerdo a su destino normal, conforme a su uso previsible por el comportamiento habitual de los niños. Toda la información sobre el producto debe estar en español, con un tamaño y tipo de letra que permitan la lectura a simple vista, sin importar el país de procedencia (que también deberá estar indicado).

Asimismo, debe aparecer el nombre o razón social y domicilio del productor o responsable de la fabricación o importación del juguete.