Dos horas en Isla Cartí

Del puerto de Cartí hasta la isla del mismo nombre hay una media hora en lancha. Si empredes el viaje en la mañanita, la brisa amable te llena de rocío los ojos mientras a la mar los pescadores lanzan sus trasmallos y el sol da inicio a un nuevo día.

La comarca Guna tiene algo mágico. Sus islas te atraen y estar en algunas de ellas siempre será una historia qué contar, de a poco aparecieron los rojos; esos que tiñen los pañuelon de las mujeres y que son irresistibles fotografiar.

Nunca falta un niño (o cientos) que se va acercando a ti con mucha curiosidad. Les ves escapando en un bote a alta mar, jugueteando con gaviotas o pateando un balón que nunca hace falta entre la gallada.

Los charcos de agua hacen de espejo donde encuentras el reflejo de la Guna que tímida se oculta. El olor a coco y pescado en el ambiente recuerda que no hay nada mejor que almorzar mirando el mar, los botes y su horizonte.

El quehacer nunca termina en Isla Cartí. Aunque los nubarrones cubren la isla en el momento de partir, y no queda más que contemplar ya a lo lejos lo bonito y siempre acogedor de ese terruño y de su gente.