Una revolución educativa

Actualizado
  • 17/11/2013 01:00
Creado
  • 17/11/2013 01:00
Un cambio cualitativo del sistema educativo implica una visión humanista de la sociedad con valores universales. La nación es cultura, y...

Un cambio cualitativo del sistema educativo implica una visión humanista de la sociedad con valores universales. La nación es cultura, y es un estilo de vida, por tanto es esencial valorar el sentido de pertenencia de su comunidad a través de sus raíces compartidas y memoria histórica.

La transformación educativa debe surgir de un debate amplio entre sus principales actores y sobre todo del colectivo social que será afectado. Toda la sociedad educa, se educa con el ejemplo.

Una revolución educativa contempla todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, el entorno social y moral, establece arquetipos a seguir. El currículo solo es parte del sistema. Debe considerarse el saber leer y escribir como herramientas básicas, la tecnología, en este caso el uso del internet nunca puede ser el objetivo fundamental de un cambio educativo, ya que es una herramienta.

La nación panameña es aluvional, con un espacio de convergencia e interacción que propicia la síntesis dialéctica de la diversidad étnica y cultural que nos caracteriza; nuestra identidad es múltiple, surge de un intenso mestizaje racial, con una variedad cromática tanto física como emocional.

LA ENSEÑANZA DE LA MATEMÁTICA.

La primaria y secundaria coinciden en el trauma que sufren los estudiantes y padres de familia con el aprendizaje de las ciencias matemáticas.

¿Quién prepara a los maestros y profesores? La Escuela Normal y la Universidad de Panamá. ¿Conocen la metodología y didáctica para enseñarla? ¿Conocen el fundamento filosófico que inspira ese pensamiento crítico? ¿Han estudiado a Pitágoras? Sin duda, saben de matemática, pero ignoran cómo enseñarla. No conocen a Pitágoras ni los fundamentos filosóficos que la inspiran. Lo más grave es que la mayor parte de esos docentes, se autoestiman como lo máximo, algunos son temperamentales y la mayoría se empeña en hacer difícil lo fácil. He allí, el inicio del problema.

La Escuela Normal, la Universidad de Panamá y lo más trágico, el MEDUCA carecen de una supervisión y evaluación permanente, que oriente a los educadores. No existen talleres de actualización didáctica que motiven a los docentes. Siempre hay maestros creativos, que utilizan una didáctica funcional. Al supervisar y evaluar las competencias en el aula, se detectan y deben ser el ejemplo a seguir. El resultado de las deficiencias conceptuales y estructurales del sistema educativo panameño, es un aprendizaje deficiente, traumático y con un índice de fracasos alarmantes.

Las escuelas particulares son el gran fraude educativo. Simulan una educación de calidad, pero en la mayoría de los casos no es así. Los padres de familia, simultáneamente, al alto costo de esas escuelas deben pagar considerables sumas de dinero a tutores o cursos adicionales dictados por la misma escuela, para nivelar a sus hijos. Los mismos que enseñan en esos centros escolares se ven beneficiados por las tutorías, es un círculo vicioso. ¿Y qué hace el Meduca? Nada. ¿Quién protege a los estudiantes y padres de familia? Nadie. ¿Dónde están los estudios e investigaciones que evalúen, sistemáticamente, el proceso de enseñanza – aprendizaje en todo el sistema educativo? No existen.

La Escuela Normal, la Universidad de Panamá y el Meduca son instituciones inoperantes; las entidades que deben formar a los maestros y profesores, tienen docentes mediocres y con un currículo sin actualizar. Urge un cambio radical de actitud y una visión humanista de la enseñanza. Además, justo es mejorar los salarios de unos y de otros, así como garantizarles una calidad de vida decente y con incentivos profesionales de becas y otros beneficios.

La educación garantiza un desarrollo sostenible, una participación social y ciudadana efectiva en la vida democrática del país, un bienestar emocional que promueve la salud física y psíquica de la comunidad nacional. Abogo por una revolución educativa integral y con valor.

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