Tras las huellas de los gigantes

Actualizado
  • 02/03/2014 01:00
Creado
  • 02/03/2014 01:00
Apartir del 8 de marzo el Palacio Strozzi de Florencia, Italia, acogerá la muestra de Pontormo y Rosso Fiorentino. Divergentes rutas de ...

Apartir del 8 de marzo el Palacio Strozzi de Florencia, Italia, acogerá la muestra de Pontormo y Rosso Fiorentino. Divergentes rutas de la "manera, una exposición dedicada a las obras de dos pintores que sobresalen entre los protagonistas de la nueva manera de entender las expresiones artísticas del siglo XVI, un período conocido como ‘El manierismo’.

Como podemos notar, esta y las anteriores exposiciones referente al ‘manierismo’ tratan de focalizar una problemática abierta en el tiempo que creo es importante explicar para entender a fondo las motivaciones de todas estas iniciativas que se vienen dando repetidamente. Por mucho tiempo la terminología ‘manierismo’ fue utilizado bajo un significado negativo de imitación que englobaba a aquellos pintores que abandonaban su creatividad y naturalismo agregándose al patrón- guía de los grandes maestros del renacimiento, siguiendo la manera de Miguel Ángel, Leonardo y Rafael.

ARTE EN CRISIS

Muchos estudiosos dejaban escritos definiendo ese periodo como ‘Decadencia del Renacimiento’. En verdad las obras son caracterizadas por experimentaciones virtuosas y caprichosas, debido al abandono de las reglas. Esas ‘particularidades’ son el elemento fundamental del ‘manierismo’, lo que Giorgio Vasari definiría como la ‘Manera moderna’, en donde los pintores bajo la interpretación del rigor compositivo expresaban su propio gusto personal, imprimiéndole originalidad, ocupando una zona no definible, que llevaron sus propios contenidos al externo de la crisis espiritual de su época (crisis que para al atento observador era ya visible en Miguel Ángel en el ‘Juicio Universal’).

Si bien este movimiento artístico fue juzgado negativamente, ahora a través de las nuevas investigaciones viene evaluado y considerado bajo nueva luces interpretativas, donde ‘la manera’ (concesión conceptual de ejecución) indica el recorrido o la ruta inventiva personal y del aporte lingüístico de cada artista.

De Pontormo y Rosso Fiorentino sabemos que se forman con Andrea del Sarto, aunque si ambos mantienen una fuerte distancia estilística y libertad expresiva del maestro: uno, Portormo fue el pintor preferido de los Medicis, abierto a la diversidad lingüística y al renovación de los esquemas compositivos tradicionales; el otro Rosso Fiorentino, fue en vez ligado a la tradición a pesar que sus aberturas originales y insólitas influenciaron la literatura cabalística y exotérica. Ambos sobresalieron entre los más dotados de su época gracias al lirismo de sus cuadros.

Los dos nacieron en 1494, dos años después que América fuera descubierta. Fueron los últimos años de un ciclo que, para la Florencia del Renacimiento e Italia había significado el cierre de un equilibrio político, que en algún momento había garantizado prosperidad y seguridad. Se abría así un un turbulento periodo de luchas religiosas y políticas que llevaron a una alteración definitiva entre los equilibrios de los estados y de las artes, que había marcada la tónica de los años entre 1400 y 1500.

El último arista que supo interpretar en forma genial y única este periodo contradictorio fue Bronzino, considerado como el artista más refinado y admirado del manierismo florentino. En su obra se yuxtapone la genialidad interpretativa a dicha estapad e convulsiones sociales.

Pontormo inicia una sistemática operación de renovación de todos los esquemas compositivos de la tradición, buscando reavivar al clasismo pictórico. Lo hace a través de una inexorable vena experimental y anti clásica. Su compleja personalidad, introvertida y tormentosa hace del él un artista melancólico y solitario.

Vasari hace una representación entusiasta del joven Pontormo, asegurando que era un artista prometedor, una especie de niño prodigio en la pintura. También Rafael y Miguel Ángel reconocen el excepcional talento de Pontormo, augurándole una luminosa carrera artística. Y tal vez por estos motivos, según Vasari, él abandono los ‘buenos modelos’ de la pintura para aventurarse en experimentaciones e innovaciones que en su tiempo no fueron asimiladas y que el mismo Vasari en sus escritos definió como bizarras. Hoy día ese juicio ha sido completamente superado con la certeza del reconocimiento del lenguaje único trasformador de la tradición y definitivamente anti-clásico.

CONTRAPARTE PICTÓRICA

Rosso Fiorentino es el álter ego de Pontormo, quien se suicidó el 14 de noviembre de 1540 en Fontainebleau, Francia. Fue el mayor exponente del ‘excentricismo florentino’ y pionero del manierismo. De sólida disciplina clásica, la cual trasgedió desde sus entrañas, logró expresar un mundo inquieto y tormentoso.

Artista original y anticonformista, recoge tibios consensos en su Florencia. Posteriormente se traslada a Roma y después a Francia, donde es el mayor precursor del manierismo internacional. Reveló un estilo muy original, sobre todo inquieto en su edad juvenil, caracterizándose por un lenguaje basado sobre un dibujo esquemático y fluido, pero que era bañado, en un segundo momento por colores estridentes y chillones.

Tal vez en este pasaje del libro ‘Dialogo nelle vite’, de Vasari encontraremos parte de la esencia de lo que fue la difícil vida de Rosso: ‘como si tuviese capricho de terminar su vida en Francia y escapar, como él decía, de la miseria y pobreza de los hombres que trabajan en Toscana y en los países del cual han nacido’.

Esta grande muestra cerrará el 20 de julio de 2014. Es otro encaje más, que se une a la curiosidad suscitada en torno a la pintura italiana, que todavía seguimos descubriendo y disfrutando. Y seguramente será una de las exposiciones más visitada por el público internacional que pase por la ciudad de Florencia.

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