Panamá en la feria del libro de Santo Domingo

Actualizado
  • 04/05/2014 02:00
Creado
  • 04/05/2014 02:00
El INAC organizó un evento inolvidable, donde dominicanos y panameños terminamos siendo uno

Afortunadamente, he tenido la dicha de viajar a muchos países representando a Panamá, pero me atrevo a decir que la experiencia en República Dominicana es inigualable, por múltiples razones.

Esta isla caribeña tiene la particularidad de atraparte. Su gente te hace sentir bienvenido una y otra vez; todos los días te regalan no sólo una sonrisa y una amabilidad sincera, de esas que nacen con honestidad desde el corazón, sino que son capaces de privarse de su propia comida, abrigo o comodidad, si hace falta para que el extranjero esté siempre bien… y con nosotros no fue la excepción.

Marivel del stand de Libros de Cocina, que nos cedió su espacio para trabajar todas nuestras preparaciones culinarias, además de las chicas que asistían el lugar, quienes gentilmente colaboraron con lo que se necesitó día tras día; las edecanes del Teatro Nacional, el Sr. Valoy, agregado de la Embajada de la República Dominicana en Panamá; la organización de la Feria del Libro; el Chef Alfredo Cruz del Hotel Barceló; choferes, asistentes, voluntarios; en fin, cualquier persona, al saber que éramos delegación extranjera, dejaba lo que estuviera haciendo para facilitar todo a nuestras necesidades.

Un programa radial del Ministerio de Educación, nos cedió parte de su programación para hablar sobre Panamá y nuestra gastronomía; con la Chef Gwen Méndez de Canal 9, preparamos en vivo un Tamal de Olla en el programa ‘Entrando a la Cocina’; y para cerrar con broche de oro, de último minuto, y por lo satisfechos que estaban con la delegación panameña, agregaron la receta del Saus hecho ceviche, en un libro editado especialmente para la Feria, donde combinaron poesía, recetas y cultura dominicana.

Y los panameños… una delegación de lujo. Escuchar cantar a Patricia Vlieg, quien sensibilizó a todos los presentes con la potencia y delicadeza que transmite su voz, la sencillez y talento de Julio Chamorro, la película El Ultimo Soldado de Luis Romero, que debería ser obligatoria en todas las escuelas y colegios nacionales, así como su transmisión en televisión para que todos puedan tener la oportunidad de disfrutar de una trama que llega hasta el último rincón de la sensibilidad patriótica.

La pasión de Salvador Medina Barahona y haber tenido la oportunidad de regalarle a los dominicanos un dos en uno mágico de versos y cocina; las presentaciones del Conjunto Típico de la Contraloría con el traje más bonito del mundo, el Cholo Bernal y los músicos que le acompañan siempre… Wow! Tantas razones y tantos momentos para sentirse uno orgulloso y agradecido con Dios por habernos dado la oportunidad de nacer en este pedacito de tierra en el centro de América.

Cualquier inconveniente que se pudo presentar, de los que nunca estamos exentos, se desvanece al sumar todo lo positivo, que es lo que debe ser siempre lo más importante. Conocer a personajes anónimos como las asistentes de la dirección del INAC, la señora Tita y Gladys, que se quedaron con un pedazo de mi corazón, el trabajo incansable de Priscilla Delgado en la organización de la delegación completa, la autenticidad del sub director, el Señor Raúl Castro, que se arremangó la camisa y trabajó hombro a hombro con todos, dejando a un lado su investidura de ‘jefe’, Jaime Newball, Gianni Bianchini, Fernando Bolívar, la Cámara del Libro, Bárbara Miranda Melamed, Vielka Vargas… al final quedamos siendo uno mismo: PANAMÁ!

Gran trabajo en equipo, gran experiencia, nuevas amistades, nuevas oportunidades, muchas más personas conociendo ahora sobre nuestras costumbres, nuestra gastronomía, nuestra literatura y nuestra esencia única de panameños! Hasta el próximo viaje!

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