La tragicomedia de un secuestro

Actualizado
  • 26/10/2014 03:00
Creado
  • 26/10/2014 03:00
Al igual que la poetisa Ela Urriola, esta es la primera vez que Isabel gana el concurso

‘Escribir, como actuar, es pararse al borde del precipicio’. Así describe la actriz directora y productora Isabel Burgos la experiencia de sentarse a crear Tránsito , la pieza con la que ganó este año la sección de teatro en los Miró. ‘Uno nunca sabe si lo que está haciendo se entiende, es relevante para el público, ya está listo, o necesita más trabajo’.

Al igual que la poetisa Ela Urriola, esta es la primera vez que Isabel gana el concurso de literatura más importante del país, pero es incluso la única vez que ha concursado.

Su incursión en las tablas se remonta a 1988, cuando formaba parte del grupo universitario El Desván , de la USMA. Desde aquel entonces ha tenido una participación activa en este ámbito, donde su nombre está lejos de disolverse en el anonimato. De hecho, actualmente es la copropietaria del Teatro La Estación, donde por estos días se monta la comedia ‘¡Dios mío!’, a cargo de Bruce Quinn.

La escritora y actriz de voz para radio y televisión recuerda que su primer contacto con las puestas en escena fueron durante su infancia, era su madre quien la llevaba a ver las obras. Esta experiencia, en efecto, es una de las principales razones por las cuales valora el teatro infantil y el efecto que tiene en los niños.

Sobre la pieza dramática con la que ganó el Concurso Nacional de Literatura Ricardo Miró, recuerda que hace alrededor de 15 años vio una película sobre un secuestro, y pensó que sería una buena idea para ser llevada a la dramaturgia.

‘Un secuestro es el escenario ideal para una obra de teatro, porque se trata de personajes que no pueden salir de una habitación’, expresa.

Fue hasta el año pasado que, inspirada en el trabajo de la poetisa nacida en David, Elsie Alvarado de Ricord, Pasajeros en tránsito (1973), empezó a trabajar intensivamente en el texto que fue galardonado.

‘ Tránsito es una obra que dice una cosa pero habla de otra —explica la actriz que debutó a nivel comercial en 1992 con ‘El violinista en el Tejado’, dirigida por Bruce Quinn—. Gira en torno a un secuestro en un juzgado de tránsito, que luego sufre un secuestro por otros personajes’.

Pero las situaciones que acontecen a lo largo de la pieza, a la que su autora le establece una hora y media como tiempo de duración, están alineados a la temática de la vida y la muerte. Un tema que, a pesar de sonar denso, tiene el humor inyectado como uno de las rasgos característicos más sobresalientes.

Además de desenvolverse en la industria teatral, la dramaturga panameña publicó un libro de cuentos en 2011, titulado Segunda persona , quel fue calificado por el escritor Carlos Wynter como ‘narraciones que brillan por su chispeante imaginación e ingenio’. Pero sobre una posible participación en la categoría de cuento en el Premio de Literatura Ricardo Miró, la actriz dice que la extensión de páginas que requieren las bases del concurso son el principal limitante, ya que sus escritos son lo que se conoce como microficción. ‘Tendría que escribir 120 buenos, buenísimos, cuentos para participar’, subraya.

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