Amu Noruz y Haji Firuz

Actualizado
  • 01/03/2015 01:00
Creado
  • 01/03/2015 01:00
De niña, yo me sentía muy afortunada de tener a ese tío Iraní que me ponía dinero bajo la almohada mientras dormía

Tal como en Navidad existe el personaje de Santa Claus o Papá Noel, en el año nuevo Persa o Noruz está el personaje de Amu Noruz o Tío Año Nuevo, que visita a los niños esa noche para dejarles dinero o regalos.

De niña, yo me sentía muy afortunada de tener a ese tío Iraní que me ponía dinero bajo la almohada mientras dormía, cuando a los demás niños de mi entorno solo los visitaba Santa Claus.

Mi prima, a quien esto le parecía injusto, decidió en una ocasión pasar la noche de Noruz conmigo, para también recibir la visita del tío. Aunque no tenía sangre Persa, pensábamos que si Amu Noruz ya iba a hacer un viaje tan largo desde Irán, para repartirle dinero a tan solo unos cuantos niños de ascendencia Persa en Panamá, se alegraría de tener una cliente más, aunque no fuera de por allá.

Sin embargo, Amu Noruz no es el único personaje típico del año nuevo Persa. Hay uno más, llamado Haji Firuz, que aparece por las calles de Irán unos cuantos días antes de Noruz, para anunciar la pronta venida del nuevo año.

Haji Firuz es joven y juguetón, a diferencia de Amu Noruz, que es considerado sabio y de más edad. Lleva la cara pintada de negro y se viste coloridamente, usualmente de rojo, y con un sombrero alto del mismo color. Es alegre, y lleva una pandereta consigo, para cantar y bailar al ritmo del instrumento.

A diferencia de Amu Noruz que reparte dinero y regalos, Haji Firuz usualmente va por ahí pidiéndole contribuciones a quienes lo vean hacer su numerito .

Acostumbrada a solo escuchar de Amu Noruz en mi niñez, cuando visite Irán, me llamó la atención ver a aquel hombrecillo pintoresco, con la cara pintada como de betún negro, cantando y bailando por las calles. Luego aprendí que Haji Firuz, antes de la aparición del Internet, era el que históricamente anunciaba el momento exacto del Tahvil, o el equinoccio de primavera. Al llegar el Tahvil, oficialmente inicia el nuevo año, y las familias se abrazan en celebración.

Aunque ya Google le ha quitado su puesto como pronosticador del Tahvil, su presencia añade al ambiente de alegría y celebración en el país, y prontamente me encariñé muchísimo con él, en su afán de contagiar felicidad a través de maromas y panderetazos. Esa tarea de provocar sonrisas, concluí, no se la quita nadie.

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