El albinismo en el foco de la cámara

Con 38 años y después de retratar las consecuencias del narcoterrorismo en Guadalajara y Monterrey en su natal México, Carlos Jasso presenta hoy en la Alianza Francesa la exposición ‘Los albinos de Panamá', una selección de 19 fotografías tomadas durante un mes de recorrido a través del territorio de Guna Yala.

PASCALE JEAMBRUN

‘Hay poca discriminación hacia los albinos amerindios, situación contraria a la de los albinos en África, que son perseguidos y asesinados para hacer ‘pociones para brujería' '

DRA. EN ETNOLOGÍA

Jasso pasó tres años pidiendo permiso al Congreso de Guna Yala para fotografiar lo que el define como ‘un ejemplo de tolerancia, humanidad y riqueza social hacia los distintos', en relación al comportamiento del pueblo guna hacia los albinos.

Con 10 años de experiencia y una carrera iniciada en Londres como fotoperiodista, Jasso hoy trabaja para la agencia Reuters, la que lo envió como corresponsal hace 4 años al istmo.

‘Llegué a Panamá con la idea de retratar a los albinos. Sabía de ellos por el libro ‘Los hijos de la luna', de la doctora Pascale. Era un tema recurrente en aquellos años, cuando se discutía la situación de los albinos en Tanzania y las mutilaciones que sufrían debido a los mitos que los deshumanizan', recuerda Jasso.

Aquí en Panamá, Jasso vio la contraparte de lo que se vivía en África: tolerancia, humanidad, el valor que le da el pueblo guna a quienes nacieron con ‘el color de la luna en su piel'.

Pasaron tres años antes de que el saila Maximiliano Ferrer otorgara el permiso para introducirse en la vida cotidiana de las 60 islas del pueblo guna.

Y explica: ‘La idea de las fotografías es mostrar el amor con el que conviven los albinos y el valor que tienen en la mitología guna, ya que ellos aseguran que las familias son bendecidas cuando tienen un hijo/a albino'.

La exposición fotográfica, además de imágenes de niños albinos, incluye un video en el que un saila explica la mitología guna y el lugar de los albinos en esta.

Si bien no existe un registro actual de albinos en el Ministerio de Salud, según las estadísticas de los gunas, de cada 150 indígenas gunas uno es albino.

Llamados los ‘cazadores de la luna en eclipse lunar', ‘los más cercanos a Dios', los albinos gunas no siempre fueron aceptados, pues antes de la revolución de hace 90 años, existía infanticidio, lo que se detuvo con aquella rebelión de febrero de 1925. Un orgullo histórico, político y social que ningún guna rechaza.

LA CAUSA

Pero las fotos de Jasso tienen una razón de ser: él llegó convocado por SOS Albinos, que preside en Panamá la etnóloga Pascale Jeambrun, autora del libro, ‘Los hijos de la luna. El albinismo en los amerindios'.

Jeambrun viaja desde 1996 con frecuencia a Panamá para llevar adelante misiones humanitarias de prevención del cáncer de piel entre los albinos.

Con la asociación y distintas actividades busca recaudar fondos para realizar talleres y concienciar a los padres de albinos sobre los peligros de la exposición al sol y sobre el estrabismo, dificultad de la vista que también sufren los albinos.

Por eso, la jornada artística que comienza con la exposición de Carlos Jasso hoy a las 7 de la noche, continúa mañana miércoles 9 de junio a las 10 de la mañana, con la charla ‘Albinismo y Piel', dictada por el doctor Reynaldo Arosemena, profesor de Dermatología en la Universidad de Panamá y médico dermatólogo de la Sala de Dermatología del Hospital Santo Tomás.

Y le sigue el conversatorio ‘Albinismo en el Mundo', que dictará la etnóloga Pascale Jeambrun, gestora y promotora de SOS Albinos Panamá a las 12 del mediodía.

‘En el recorrido que hice para mi investigación, descubrí que entre Estados Unidos y Panamá existen 12 etnias con presencia albina. Entre estas, los gunas son los únicos que los incluyen de forma positiva en su mitología tradicional', detalló la doctora Pascale Jeambru.

De piel clara y cabellos amarillos, los albinos no pueden exponerse al sol directamente. Su falta de melanina los deja indefensos ante los rayos ultravioletas, por lo que deben salir a la interperie solo en la tarde o en la noche, acompañados de ‘su madre luna', pero rodeado de la tolerancia de su pueblo.