‘La música sirve para rescatar el sentimiento'

Actualizado
  • 28/09/2016 02:00
Creado
  • 28/09/2016 02:00
El pianista Kristhyan Benitez, quien participó como jurado en el Concurso Juvenil de Piano de Panamá, asegura que el mundo ha perdido el sentimiento, algo que se puede recobrar a través de la música

El pianista venezolano Kristhyan Benitez pisó tierras panameñas por primera vez a sus 24 años. Su visita tenía como propósito participar en el Concurso Internacional de Piano de Panamá Nelly y Jaime Ingram en 2008, en el que quedó de semifinalista.

Este año, a sus 32, nos visitó en dos ocasiones. La primera en julio, como instructor en el taller de piano de la Asociación de Pianistas de Panamá y nuevamente la semana pasada, como jurado internacional del Concurso Juvenil de Piano, tras el que ofreció un recital de

REPERTORIO MIXTO

Durante su recital tocó piezas clásicas y de Latinoamérica

Franz Liszt (Hungría)

Alexander Scriabin (Rusia)

Alberto Ginastera (Argentina)

Oscar Lorenzo Fernández (Brasil)

Evencio Castellanos (Venezuela)

clausura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá. En ambas ocasiones, su participación se logró gracias al apoyo de Banesco y Yamaha Latinoamérica.

El intérprete venezolano, que cuenta con una exitosa carrera a nivel internacional, conversa sobre la impresión que se ha llevado de los jóvenes pianistas de Panamá.

ELEVAR LA CULTURA

Ningún panameño ha participado hasta ahora en el Concurso Internacional de Piano de Panamá. Este es uno de los objetivos de la Asociación de Pianistas de Panamá: elevar el nivel de los jóvenes estudiantes de piano para que en el futuro puedan proyectarse con excelencia a nivel internacional.

Benitez se siente complacido de poder aportar con su experiencia a este proceso y asegura haber notado un aumento considerable del nivel —entre julio y septiembre—, de los estudiantes con los que trabajó en el taller y posteriormente vio en el concurso juvenil.

El pianista resalta que para lograr sobresalir en este campo, el trabajo no recae solo en el estudiante, sino también sobre los padres y maestros. ‘Deben estar todos en comunión para que el estudiante se sienta motivado a continuar', dice.

‘En Panamá se están siguiendo los pasos necesarios para que la nueva generación de pianistas pueda lanzarse internacionalmente', agrega.

UNA PEQUEÑA IMPRESIONA

Entre los participantes del concurso juvenil, menciona la impresión que le causó Solana Ronderos, quien obtuvo el primer puesto en la categoría de pianistas principiantes (6 a 9 años) durante la final el 24 de septiembre pasado.

La pequeña además obtuvo el puntaje más alto entre todas las categorías.

Por nominación del jurado, Ronderos se llevó un piano eléctrico que otorgaba Yamaha al ganador del primer puesto en la Categoría Solistas: Pianistas Juveniles Avanzados (16 a 18 años), que quedó desierto.

‘En la categoría de solista avanzado no hubo primer premio. Tocar en un concierto es difícil, pero si la idea del concurso es subir el nivel en Panamá, no se puede otorgar un primer premio si nadie cumple con las expectativas', sostiene Benitez.

En cuanto a Ronderos, agrega, ‘ella puede ser una gran pianista y ojalá que la sigan motivando. Siendo una niña tan pequeña, tiene una sensibilidad para tocar como de persona adulta'.

RESCATE AL SENTIMIENTO

Esta sensibilidad para conectarse con el instrumento y darle al público algo que sentir es algo que Benitez le agradece a su primera maestra en Venezuela, Olga López.

‘Esa es una de las metas de mi carrera. No la fama o el reconocimiento, sino que cuando la gente vaya a escucharme salga con algo, un sentimiento', concluye. ‘Estamos en un momento en el mundo en que es necesario sentir y la música es un medio para rescatar eso'.

DECISIÓN

Una encrucijada entre la música y la medicina

Kristhyan Benitez se inició en el piano a los 4 años con la pianista venezolana Olga López. Desde pequeño asegura que, más que un hobby, el instrumento se convirtió en parte de su carrera profesional y vida diaria. ‘A los 3 meses de haber comenzado a aprender, empecé a dar conciertos y un año después participe en mi primer concurso', recuerda.

Sin embargo, al acercarse la conclusión de sus estudios a nivel escolar y en el conservatorio, Benitez se encontró en una encrucijada: quería ser pianista, pero médico también.

Cuando llegó el momento de que tomara la prueba de medicina de la Universidad Central de Venezuela, se ganó un premio para tocar en la sala de conciertos Berliner Philharmonie de Berlín y de grabar un disco con la Orquesta Filarmónica de Berlín.

‘Era exactamente en el mismo día de la prueba de medicina. Allí fue cuando tuve que decidir'.

Tenía 17 años cuando aterrizó en la ciudad alemana. En el metro se tropezó con pancartas que anunciaban su concierto, sobre las que se veía una calcomanía de ‘agotado'.

El joven pianista no podía creer que los berlineses llenarían por tres días la sala de conciertos en la que un venezolano desconocido tocaría música de Beethoven, un alemán.

‘Era una responsabilidad muy grande, pero cuando terminé de tocar se levantó toda la sala y en ese momento, con esos aplausos, supe que había hecho lo correcto'.

Benitez continuó sus estudios en el Manhattan School of Music, hizo su maestría en París con Philippe Entremont y finalmente su doctorado en el Boston Conservatory con el maestro Michael Lewin.

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