Valorando la historia del arte

Actualizado
  • 30/04/2017 02:04
Creado
  • 30/04/2017 02:04
La Fundación Arte Panamá, busca documentar y publicar sobre lo aportes y creaciones de artistas plásticos panameños

Esta semana, el día miércoles 3 de mayo, se inaugura una muestra de obras de arte muy interesante en un espacio nuevo que apenas abrió en diciembre pasado.

El título no puede ser más sugestivo: ‘De unas manos a otras, valorando la historia'. Es una exposición monumental, de artistas latinoamericanos, que demuestra el compromiso del coleccionista serio que dejándose asesorar, además de contar con el gusto por el arte, conforma una colección privada apreciable.

La sala es de la Fundación Arte Panamá, bajo la dirección de dos conocidas gestoras culturales que siempre han estado ligadas a las artes plásticas: Nancy Calvo y Arlene Lachman, que decidieron unir esfuerzos hace dos años en una organización sin fines de lucro que documentará de manera sistemática la historia del arte del país a través de distintos soportes, con la colaboración de críticos e investigadores.

Nancy trabajó desde los inicios de la Galería Etcétera (años 70's) y posteriormente en la Galería Arte '80, y estuvo casada con el pintor español, radicado en Panamá, Ignacio Esplá, fallecido prematuramente.

Arlene Lachman ha tenido galerías y es conocida también por organizar los festivales de música barroca, que se celebran en los meses de verano y al que respaldan varias embajadas.

Nancy y Arlene sintieron que la historia del arte no estaba debidamente documentada, excluyendo juicios críticos, y empezaron a formar esta fundación para mostrar quienes han sido los artistas que han dado lustre a nuestro país.

El valor humano de cada artista debía resaltarse, porque la mayoría de nuestros pintores y escultores han llegado a ser lo que son con mucho esfuerzo, tanto de ellos como de sus familias.

En este país, apenas en 1992 se contó con una Facultad de Bellas Artes, esta función la ejerció la Facultad de Arquitectura, desde donde impartían sus clases los maestros Juan Manuel Cedeño, Guillermo Trujillo y Alberto Dutary, entre otros.

De igual manera, el vacío histórico que existe en el tema cultural hace que no se conozcan las obras de algunos artistas que han fallecido y que no han expuesto recientemente.

La idea de hacerlo como fundación sin fines de lucro lo hace más participativo, para que se convierta en un proyecto de país y que sume colaboradores día a día. No es una galería más, ni compite con las ya establecidas, es un espacio interactivo.

La Fundación Arte Panamá tiene planes agresivos, y genera actividades dinámicas. Aspiran publicar libros tanto para adultos como para niños, producir documentales sobre los diferentes artistas, organizar subastas y hasta desarrollar una aplicación para tabletas o celulares.

El hecho de incluir a la niñez y eventualmente ofrecer talleres de pintura las llevaría a aliarse con el Ministerio de Educación, para que se incluyera esta materia en los planes de estudio.

La documentación estaría totalmente digitalizada e igualmente vinculada con la Autoridad de Turismo, como lo hacen los países cuyos artistas son emblemáticos (Holanda, Colombia, México, Noruega, España, Italia, Austria, por ejemplo).

Actualmente, las gestoras culturales y dedicadas galeristas están trabajando en el primer libro monográfico, que incluiría los maestros que nacieron hasta el año 1930. De esta manera, se hará de forma cronológica y serían comprensivos de los movimientos plásticos que ha atravesado Panamá.

Habrá uno dedicado a los escultores, otro a los fotógrafos y también uno sobre los nuevos soportes, como instalaciones, performances, videoarte, etc.

GESTACIÓN E INAUGURACIÓN

Nancy y Arlene son incansables. Tienen varios años de estar trabajando tanto en el primer libro como en la creación del espacio que se inauguró en diciembre pasado, ubicado en Calle 73, San Francisco.

Cuentan con un documentalista y graban todos los encuentros que realizan, y este año se han dado ya dos conversatorios sobre diferentes artistas, que han resultado enriquecedores, cálidos y muy ilustrativos.

Se escoge muy bien quién presenta a qué artista, y se ha ido evolucionando generacionalmente. Por ejemplo, en el primer conversatorio, se habló sobre Tomás Cabal, el cura Cabal como se le conocía en Chiriquí, del que muy poco se conoce.

Se trata de un ejercicio que involucra anécdotas, vivencias y hasta etapas de la vida de los artistas que son desconocidas.

En el segundo conversatorio que realizaron, en el mes de marzo, estuvo presente la esposa y la hermana de Mario Calvit, junto a dos amigos entrañables del pintor, que contaron las parrandas que organizaban y la forma en que vendían sus cuadros, cuando en Panamá no existía la costumbre de coleccionar obras de arte.

La Fundación Arte Panamá no puede existir sin los aportes de las personas que se interesan en el tema, de allí que las directoras han diseñado paquetes de patrocinios tanto para empresas privadas como para el gobierno.

También se puede ser amigo de la Fundación y tienen como meta sacar la primera monografía a fines de este año y posteriormente, sacar una por año.

Este trabajo es fundamental en estos momentos de indigencia cultural por el que atravesamos, con un Teatro Nacional cerrado hace dos años (donde están las obras de Roberto Lewis en el plafón) y las colecciones del Banco Nacional de Panamá y la Caja de Ahorros, las más importantes sobre arte panameño, en depósitos sin ningún tipo de cuidado, en peligro de perderse.

Urge tener un concepto de país, de identidad nacional, en el arte, y esta es una de las metas que se han propuesto en la Fundación Arte Panamá.

DE UNAS MANOS A OTRAS

En nuestro país hay muchos coleccionistas serios, que le dan al arte y la cultura su verdadero valor, y eso debe trascender a todos los que de una forma o de otra, no pueden conformar una pinacoteca.

En palabras de Nancy Calvo, ‘el arte sensibiliza a la gente, abre la puerta a la imaginación y a la percepción de otras cosas, y al sentimiento de pertenencia'.

La exposición ‘De unas manos a otras, valorando la historia' demuestra cómo el compromiso y el conocimiento sobre la cultura panameña y latinoamericana, pueden reflejarse en esta muestra.

Y lo de las manos también es simbólico, porque algunas de las obras que se pondrán a la venta fueron vendidas por Nancy Calvo y Arlene Lachman, en su momento, así que volvieron a sus manos para que otros las adquieran y las disfruten.

Definir a un coleccionista de arte sería objeto de otra publicación, porque los hay serios o especuladores, con deseos de mostrar sus obras o que nadie las vea, con altos presupuestos o pagando poco a poco.

Lo que se muestra en la sala de Fundación Arte Panamá es la mirada del coleccionista que ha conformado su acervo por amor, con pasión, emoción, porque le gusta o le cambia su mirada del mundo, porque se rodea de arte y eso lo hace sentirse bien, se recrea en su interior y ahora, al desprenderse de estas obras, permite que otras manos puedan gozar de piezas únicas y valiosas que sería muy difícil conseguirlas ahora, por la fecha en que fueron producidas, pero que en esta muestra están a la venta otra vez.

‘El arte sensibiliza a la gente, abre la puerta a la imaginación y a la percepción de otras cosas',

NANCY CALVO

GESTORA CULTURAL

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