Panamá crea red iberoamericana de rutas patrimoniales

Actualizado
  • 22/01/2018 01:01
Creado
  • 22/01/2018 01:01
Expertos en materia de arqueología, biología y turismo sostenible compartieron sus experiencias en Panamá

El Camino de Cruces de Panamá cambió la historia del mundo, pues a través de él se dio la conquista de América del Sur. Este camino, junto al Camino Real sirvieron como las únicas vías para atravesar el istmo de océano a océano, antes de que existiera el ferrocarril.

Debido al gran valor histórico de estas rutas, investigadores y profesionales implicados en la gestión cultural, ambiental, patrimonio y turismo, opinan que ambas tiene un gran potencial turístico, que además les permitiría sostenerse por sí mismas, tal como ocurre con otros sitios como el Gran Camino Inca o Qhapaq Ñan, en Perú; el Camino Real de Tierra Adentro, en México; o el Camino de Santiago, en España.

Precisamente, los expertos que gestionan estas y otras rutas históricas en América y España, al igual que antropólogos, biólogos, conocedores en materia de turismo sostenible y funcionarios del Instituto Nacional de Cultura (INAC), el Ministerio de Ambiente, la Autoridad de Turismo y el Municipio de Panamá, se dieron cita recientemente en Panamá durante el Taller Internacional Desarrollo del Turismo Sostenible y Gestión de Rutas Patrimoniales, organizado por la Asociación de Antropológía e Historia de Panamá y la Biodiversity Consultant Group (BCG).

El taller trataba sobre cómo pueden hacer los países para manejar las rutas patrimoniales de manera sostenible. Allí surgió la idea de establecer una red iberoamericana de rutas patrimoniales.

‘Esperamos crear una red donde se integren las experiencias y los modelos de gestión de España, México, Perú, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia junto con las de Panamá, porque tenemos algo en común: rutas o caminos que cambiaron la historia del mundo conocido', dice el biólogo Samuel Valdés, presidente de la Sociedad Panameña de Biología y director de BCG.

Para Valdés, la cooperación en red y el intercambio del conocimiento permitirá la conservación y el turismo de las rutas de patrimonio natural y cultural a través de una visión integral sostenible, con una participación social que favorezca los derechos culturales de los ciudadanos.

PANAMÁ Y SU RUTA TRANSÍSTMICA

Panamá cuenta con una ruta colonial transístmica, conformada por Panamá Viejo, Casco Antiguo, Portobelo, San Lorenzo, Camino Real y Camino de Cruces, que ha marcado importantes hitos en la historia y la economía del mundo.

En la actualidad, el INAC ha creado un equipo de especialistas para armar un expediente y enviarlo a la UNESCO, buscando la nominación de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Para el arqueólogo Tomás Mendizábal, presidente de la Asociación de Antropológía e Historia de Panamá, lo anterior se convierte en un reto para el país y pone en evidencia la necesidad de desarrollar un turismo sostenible en estos sitios.

‘Una de las cosas que estamos aprendiendo es que compartimos con otros países el tener esas rutas patrimoniales, que no solamente son rutas inventadas por el imperio español sino que en muchos casos, como México y la zona andina, son prehispánicas. En el caso panameño, como estamos en la nominación para una nueva propiedad en la lista de Patrimonio Mundial, entonces la experiencia de estas personas nos viene como anillo al dedo', opina Mendizábal.

Sostiene que en Panamá nunca se han manejado sosteniblemente estas rutas porque nunca se han aprovechado. ‘Los caminos quedaron ahí, gran parte de ellos en las zonas protegidas; los que no, literalmente la ciudad les creció encima y los destruyó', expresa el arqueólogo.

CONSERVAR EL PATRIMONIO

La infraestructura del patrimonio histórico usualmente está inmersa en una matriz de ecosistemas, que hacen parte del patrimonio natural. Son complementarios. ‘Mirar de forma aislada el patrimonio histórico de su contexto ambiental, lo empobrece. Consideramos que las rutas históricas constituyen una herencia valiosa del patrimonio natural, material e inmaterial que deben cumplir un papel esencial en la dimensión cultural del desarrollo de Iberoamérica', señala Valdés.

Tal es el caso del Camino de Cruces, en Panamá, cuyas piedras se mimetizan con los frondosos árboles del bosque secundario del Parque Nacional Camino de Cruces que tiene una historia natural y que ha sufrido cambios que han impactado directamente en lo que es Panamá actualmente.

‘Cuando vienes a vivir la experiencia de este camino, no solamente estás recorriendo un tramo de la historia sino que además estás apreciando una explosión de biodiversidad, una selva, 525 especies de aves, otras tantas de mamíferos, reptiles, anfibios plantas, insectos, que te complementa la experiencia', asegura el biólogo.

Esta particularidad de tener rutas patrimoniales en parques nacionales (como el Camino de Cruces y el Camino Real, que atraviesan los parques Camino de Cruces, Soberanía, Chagres y Portobelo), hace pensar al arqueólogo Mendizábal en la necesidad de crear un organismo de gestión para manejar esas rutas sosteniblemente, ya que considera son patrimonios delicados.

HACER UNA RUTA SOSTENIBLEMENTE

Para el arqueólogo Mendizábal, puede haber un equilibrio entre la conservación de un bien patrimonial y su aprovechamiento económico. ‘No tiene que ser un extremo de destrucción total vs conservación total donde no entra nadie. Hay que alejar esa visión de que la rentabilidad económica es mala', acota.

La española Ana García, consultora especialista en turismo sostenible fue una de las expositoras del taller. Explica que para hacer que una ruta sea sostenible, se necesita generar los ingresos suficientes y así poder cubrir los gastos. ‘Cuando un camino cae en desuso, conservarlo es caro, es complicado, requiere muchos recursos y por eso lo primero que se nos ocurre es hacer una ruta turística y así ya lo vamos a conservar', indica.

Lo anterior, puede resultar muy complejo y requiere de mucha planificación, tener una política clara, un plan estratégico, recursos y técnica, pues se debe crear el mercado, invertir en promoción, conservar los caminos, entre otros procesos. ‘Hay que ver si tenemos la demanda, que esté dispuesta a pagar por el uso de ese camino o en su defecto que esté de acuerdo con que el gobierno destine fondos para su mantenimiento, y para ello, hay que buscar la manera de generar atractivos que hagan que la gente quiera', menciona.

En el caso de la demanda local, subraya que se debe generar una necesidad en los panameños de conocer su país y descubrirlo como una forma de recreación.

Con la nueva red iberoamericana de rutas patrimoniales Panamá busca nutrirse de la experiencia de los otros países y de esta forma definir hacia dónde dirigir los esfuerzos para preservar el patrimonio, darlo a conocer a la sociedad y desarrollar su potencial como atractivo turístico.

‘‘Cuando un camino cae en desuso, conservarlo es caro, es complicado, requiere muchos recursos y por eso lo primero que se nos ocurre es hacer una ruta turística y así ya lo vamos a conservar'

ANA GARCÍA,

ESPECIALISTA EN TURISMO SOSTENIBLE

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