Mujeres que rompen estereotipos

Actualizado
  • 26/03/2018 02:01
Creado
  • 26/03/2018 02:01
La desigualdad entre mujeres y hombres persiste en el ámbito laboral. A pesar de esto, hay quienes triunfan en campos ‘exclusivos' para hombres

El grito de las mujeres por una sociedad con igualdad de género se viene gestando desde inicios del siglo XX.

La voz de las féminas en campos como el cine y la política se ha liberado de la mano de movimientos como #MeToo, pero la lucha continúa en áreas como el deporte, la marina y el cuerpo de bomberos, donde la participación femenina ya está presente.

Verónica Will Araúz, Nilza Chavarría y Miryan Roper son ejemplo de mujeres que, no sin enfrentar dificultades, se han empoderado y ocupan sitios destacados en espacios que en el pasado se consideraban exclusivos para los hombres.

La Organización Internacional del Trabajo destaca en el informe ‘Las mujeres en el trabajo, tendencias 2016', que solo se ha logrado mejoras mínimas desde la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) por lo que existen grandes brechas que acortar con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por la ONU en 2015.

PANAMÁ Y LA DESIGUALDAD DE GÉNERO

Will, capitana de barco y quien recientemente fue excluida de un viaje de trabajo al Medio Oriente por el hecho de ser mujer, señala que ‘la decisión de privar o no a una mujer de un campo va de la mano de la religión y de la misma idiosincrasia de los países'.

La historia agridulce de Will en el campo laboral inició una vez culminó estudios en el Instituto José Dolores Moscote. ‘En 1995 en la Escuela Náutica de Panamá (ENP) -ahora parte de la Universidad Marítima Internacional de Panamá (UMIP)- no aceptaban mujeres. Incursioné en la carrera mecánica naval en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), pero eso no era lo mío, yo buscaba la tendencia naval... en 1997 viajé a México e ingresé a la Escuela Náutica Mercante de Veracruz'.

En 2000, por primera vez en la historia, la ENP recibió mujeres en sus aulas de clases. Ese año, un grupo de 30 señoritas formaron parte del centro de formación administrado por la Autoridad Marítima de Panamá.

Ser extranjera, mujer y negra en un país ‘regularmente machista' y ‘muy nacionalista' es el panorama que vivió Will durante sus estudios en México. La población universitaria era cien alumnos, de estos, ocho mujeres y de las cuales ‘tres éramos negras', apunta.

La estricta vida militar, en lugar de ser un problema, la ayudó a madurar y triunfar. Desde que ingresó a la escuela mexicana lideró los grupos a los que pertenecía, se ganó el respeto de sus compañeros hasta llegar al grado más alto, el de brigadier general.

Considera que al ingresar a un campo tradicionalmente de hombres la mujer debe adaptarse a ellos y no ellos a ella, eso sí, ‘manteniendo siempre la naturaleza femenina, la esencia de la mujer que muchas veces influye positivamente en los hombres'.

En cuanto a conciliar la vida familiar con la profesional, Will manifiesta que ‘fue y es bien difícil". ‘Yo creo que cuando tú tomas decisiones en base a tu carrera, tienes que dejar de lado tu vida personal. Yo lo hice'.

Agrega que su hijo, con quien pudo estar solo cuatro meses después que nació porque tuvo que volver al barco, ha crecido sabiendo que su mamá se tiene que ir porque quiere darle mejores cosas. Es su ‘fuerza y motor para estar allá' y cuando lo ve se esmera en darle tiempo ‘de calidad'.

‘Hay que prepararse emocional y profesionalmente, pues nos toca demostrar que nos merecemos ese puesto. Se necesita humildad porque cuando llegas a un mundo tradicionalmente de hombres no te puedes imponer; si te impones, te cierran las puertas y se te hace más difícil', explica.

UNA BOMBERA CON DETERMINACIÓN

Nilza Chavarría, capitana del Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá (BCBRP) y la primera bombera panameña, añade que para triunfar en áreas vistas como exclusivas para hombres hay que tener respeto, humildad, preparación y determinación.

Aunque la participación de la mujer en los cuerpos de bomberos en América Latina se remonta a la década del 50, con Enriqueta Reyes González, la primera mujer bombera de Cuba y la región; en Panamá, en 1994 solo fungían como bomberos tres mujeres.

‘Poco a poco fueron sumándose más mujeres y hoy todas las compañías tienen voluntarias', dice la capitana del BCBRP, a la vez que asegura que ‘al parecer aún hay hombres que no aceptan o no quieren permitir que nosotras hagamos el trabajo que ellos hacen'.

Motivada por su don de servir al prójimo, a los 28 años (1994) Chavarría ingresó al BCBRP. Hasta hoy, agrega, ‘cargar una manguera de dos pulgadas y media, y encima con agua y presión, no ha sido fácil, pero con los años vas adquiriendo destrezas que te ayudan', apunta.

Trabajar en campos considerados solo de hombres ‘no debe llevar a la mujer a perder feminidad. Al contrario, siempre tratas de resaltar tu feminidad en medio de todos los compañeros', indica Chavarría, madre de dos varones.

MIRYAM ROPER, FUERTE Y FEMENINA

‘Ser fuerte es parte de ser mujer. Al hacer judo, deporte de arte marcial, no se pierde nada de feminidad', resalta Miryam Roper, judoca alemana-panameña, quien representará a Panamá en los Juegos Olímpicos de 2020, en Tokio.

Añade que le gusta ‘estar linda y hermosa, y lo soy también cuando estoy luchando. No peleo como hombre, peleo como mujer'.

Rena ‘Rusty' Kanokogi fue la primera mujer en conseguir que el judo femenino fuera incluido en los Juegos Olímpicos de 1988, en Seúl.

La judoca Roper coincide con Chavarría y Will en que aún la sociedad marca campos como exclusivos para hombres.

Roper ha participado en Juegos Olímpicos (Londres 2012 y Río 2016), además de ganar varios eventos de la Federación Internacional de Judo en Bakú, Moscú, Rijeka, Abu Dabi y Qingdao. Ha ganado más de diez medallas.

Desde los seis años practica el deporte y asegura que como mujer puede alcanzar lo que se proponga.

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