Migraciones, exilios y la literatura

Actualizado
  • 08/04/2018 02:00
Creado
  • 08/04/2018 02:00
La literatura moderna, no importa en qué continente o ‘cultura' se escriba, está en estrecha relación con la experiencia del exilio o de la migración exterior o interior

Si hay una cosa que a mí me interesa es la relación de la migración, los exilios y la literatura. Lo he hecho a través de algunos textos académicos y, en este sentido, hace poco escribí en las redes sociales, lo siguiente: ‘Si pusiéramos atención a lo más profundo y bello de la poesía panameña, nos daríamos cuenta que la misma se escribió desde la migración y el exilio. Para muestra un botón, un verso del poema Al Cerro Ancón, de Amelia Denis de Icaza: ‘Soñaba yo con mi regreso un día/ de rodillas mi tierra saludar: contarle mi nostalgia, mi agonía, y a su sombra tranquila descansar'. Como es propio de este tipo de planteamientos, donde no se espera tampoco recibir cientos de likes, pero sí darle sentido a un domingo para compartir con otros algunas reflexiones o posiciones, me encontré con respuestas que enriquecieron el texto ‘original'. Por ejemplo:

—John Miller: ‘Amelia no escribió su poema porque precisamente se encontrara en el exterior como manifestación de su nostalgia, sino que aquello fue una alusión al asedio norteamericano sobre la Zona del Canal, territorio en el que el Cerro Ancón quedó inmerso'.

—Tomás Fitzgerald Aurora Consuelo: ‘También se puede ser exiliado en el propio país. Mi papá me decía que no podía entender cómo Ricardo Miro extrañaba algo que él llamó ‘torres mías lejanas' cuando, en Barcelona donde estaba, había unas torres verdaderas, no esa torrecita de pacotilla que era la ruinosa torre de Panamá Viejo, (claro, mi papá era español jejejej)'.

—Juan Ríos: ‘Desde adentro se escribe desde el ‘insilio'. Desde afuera se escribe desde el ‘exilio' y otras veces desde el ‘sexilio”.

—Andrés Villa: ‘Amelia nos regaló la primera protesta contra los Gringos'.

—Emiliano Pardo-Tristán: ‘Desde afuera se escribe con nostalgia. Desde adentro se escribe con rabia. Para muestra Korsi y Herrera Sevillano y el fugaz Octavio Hernández…'.

—J. L. Pittí: ‘Hablar de «lo más profundo y bello de la poesía panameña» como algo sólo para la poesía escrita desde «la migración y el exilio» es una totalización que, me parece, es exagerada. A muchos poemas de siglos pasados se les puede aplicar la observación, pero hay poemarios bellísimos sobre la patria panameña que fueron escritos desde dentro de Panamá'.

—Rita Mariela Pérez Tejada: ‘Desde afuera se valora a la Patria. Desde su interior la realidad nos golpea la cara y la manifestamos nuestra'.

—Alexander Ritter: ‘Cuando uno pasa tiempo fuera de su patria, ya sea en exilio o no, es cuando más se aprecia lo bello de la tierra que nos vio nacer'.

—Miriam Sofía Batista: ‘Sí, mi querido Pulido. ¿Y cómo olvidar a Miro?: ‘Revuelvo la mirada y a veces siento espanto, cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar'.

‘El texto de Amelia Denis de Icaza, con un fuerte tono nostálgico y de extrañamiento, permite recrear estas preguntas sobre los exilios, de adentro y de afuera'.

Como se puede observar, hubo varias reacciones. Y es aquí donde pienso, como lo han afirmado varios estudios sobre el tema, que la experiencia del exilio, la migración y la pertenencia a una ‘tierra o suelo' ha sido un motor en la literatura latinoamericana y caribeña desde que, con el modernismo latinoamericano, hay consciencia de poseer una literatura que no solo tiene algo que decir, sino que posee una forma y un estilo para saber llevarlo a la escritura. ¿Cuántos textos no habrá escrito Rubén Darío y José Martí en medio de sus travesías marinas y en otros países? Se dice, por ejemplo, que el boom latinoamericano, compuesto por García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar y otros, se escribió desde el extranjero. En efecto, la literatura moderna, no importa en qué continente o ‘cultura' se escriba, está en estrecha relación con la experiencia del exilio o de la migración exterior o interior, que no solo es espacial y temporal, sino que se vive subjetivamente a partir de lo que comentó Elcio de Sa, al escribir en la red: ‘La dicotomía del ser dividido'. Y esta dicotomía, que es espacial y personal, ya la identificó Goethe en su Fausto. Esto es una tensión moderna que cruza nuestras vidas, mismo a aquellos que, por algún tipo de nacionalismo o cerrazón cultural, quieren amarrar a un país, a una generación y a una sensibilidad literaria en tribalismos y discursos cerrados. Precisamente, esta posición reaccionaria no es más que la proyección conservadora sobre un mundo que algunos desearían que fuese como una piedra monolítica de un solo material. Esto, como sabemos, es imposible, pues lo humano, lo que nos hace tú y yo, es que somos diferentes, pero, sin embargo, el sueño de todas las ideologías y creencias totalitarias, religiosas o laicas, es eliminar hasta la duda, la crítica y la pregunta, que pueda asomarse por nuestro cerebro. En efecto, si se toma, por ejemplo, el Quijote de Cervantes, ya allí está planteado con gran altura literaria el espíritu moderno de un personaje que, en su locura, que puede ser leída como un exilio personal, lanza una mirada completamente desgarradora, dicotomizada y paradógica sobre el mundo. Aquí ya está anunciado lo que somos y seguiremos siendo. Es, en este sentido, que podemos seguir citando textos que confirmen esta posición. Lo interesante, en todo caso, es que el texto de Amelia Denis de Icaza, con un fuerte tono nostálgico y de extrañamiento, permite recrear estas preguntas sobre los exilios, de adentro y de afuera, que no solo le pertenece a los que están afuera (y adentro simultáneamente), sino también a los que están adentro (y afuera simultáneamente), como un motor que, precisamente, provoca el estado ideal, prácticamente inalcanzable, de encontrar paz y en la ‘sombra tranquila descansar'.

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