Gente de Zona: 'No hay que ser machistas'

Actualizado
  • 24/09/2019 07:00
Creado
  • 24/09/2019 07:00
Alexander y Randy, el grupo cubano, lanza su nuevo sencillo, 'Tan Buena', junto a Mau y Ricky. Conversan con este diario sobre la música urbana y las colaboraciones en la industria. Además, evocan algunos detalles de su infancia
Portada de su último trabajo.

En abril de 2015 comenzó a sonar en las radios una canción que ovacionaba cada región de América Latina. El título, 'La Gozadera', y el nombre del dúo, Gente de Zona, que junto a Marc Anthony hizo gozar a quien la escuchaba. ¿Quién no imitó su particular baile girando la cabeza? Parecían ese complot caribeño que apelaba a la unión en una “gran fiesta de los latinos”. El tiempo ha pasado, el grupo cubano ha sobrevivido en una industria cada vez más difícil. Su fórmula: la seducción a través de buena música y contenido en sus letras. Hoy se consolidan como uno de los grupos más genuinos y contundentes del panorama. Con su nuevo sencillo 'Tan Buena', en colaboración con Mau y Ricky, escrita por los cuatro intérpretes, se sacuden del reguetón machista e invitan a bailar con dos pies derechos.

La propuesta, que forma parte de su último álbum 'Otra Cosa', fusiona ritmos urbanos con el pop y cuenta la historia de un hombre arrepentido que desea reivindicarse y recuperar su amor. “No hay que ser machistas. En esta canción apoyamos a la mujer, siempre lo hacemos. Muchas veces los hombres no aceptan la responsabilidad. Con este tema quisimos mostrarlo”, reflexiona Randy.

Alexander y Randy tienen cadencia escénica a puñados y mucha buena vibra que transmiten con tan solo escucharlos, incluso a través de la línea telefónica. Su última propuesta los tiene “eufóricos y contentos”, dicen, porque siempre es el momento para que una canción revolucione. “La canción es muy contagiosa musicalmente. Estamos muy contentos con el contenido y con los resultados”.

Los músicos no sueltan la cuerda del género urbano; sin embargo, en su reciente trabajo dejan calar tonos suaves y no desaprovechan la ocasión de hacerle un guiño a la salsa, al trap y a otros géneros. “Estamos en el mejor momento para la música en español. Creo que la música urbana está muy fuerte. Eso no significa que no sigamos con la salsa y la balada. Hay que seguir haciendo todo este tipo de géneros para seguir creciendo y conquistando. No debemos enfocarnos en uno solo”, matiza. Para ellos, el reguetón “es lo mejor que suena ahora”, siempre y cuando tenga compromiso social y no discrimine. “Gente de Zona siempre ha cuidado lo que dice en sus letras. Por ejemplo, esta canción habla de la vida cotidiana. Venimos en una generación diferente. Nuestra música no solo la escucha la juventud, sino los niños y las personas mayores”, aseguran.

Pero el género no solo acoge todas las franjas de edad, sino todas las clases, desde las discotecas, la radio hasta el streaming. Cuando Spotify dio a conocer los datos anuales, lo más escuchado del 2018 fue reguetón. Por primera vez en la historia de la popular plataforma, lo urbano dominaba como jamás lo había hecho. Gente de Zona ha sido otra guinda en el pastel que ha dignificado ese género que aún tiene prejuicios. “El género urbano ha puesto de moda el idioma español. Lo vemos en los premios y en todas las plataformas. La música latina ha ganado presencia, compañeros como Rosalía, J Balvin han hecho fuerte nuestra música”.

Otra receta para que los ritmos urbanos lleguen a otro nivel son las colaboraciones y Gente de Zona ha sabido discernir y vincular muy bien diferentes talentos. Lo vemos en 'Otra Cosa' con 'Poquito a poco' (con Zion & Lennox), 'Loco loco', con Kelvis Ochoa y Gilberto Santa Rosa; 'No te dejo sola' (con Franco de Vita), 'El mentiroso' (con Silvestre Dangond), entre otros. “Las colaboraciones se nos dan. Hemos tenido la oportunidad de trabajar muy bien con todos ellos. No hay rivalidades ni riñas”, cuenta.

Gente de Cuba, amigos entrañables

Alexander Delgado y Randy Malcom son Caribe, chulería y sabrosura, y lo transmiten siempre: nunca desbibujan su exuberante sonrisa blanca que encandila su tez morena. Pero detrás de esa envidiable energía positiva y alegría desbordante hubo una historia que dejó enseñanzas imborrables: hay distintos códigos que se aprenden en las calles y que no se adquieren en una oficina. “Yo particularmente empecé haciendo rap. No soy graduado en música, Randy sí. La mayor enseñanza que tuve en la calle, que no se aprende en ningún lugar, es la disciplina. Es luchar por los sueños tuyos para que se hagan realidad. Darte cuenta de que nada es imposible. De esta manera pudimos llegar a donde estamos. No hay camino fácil para el triunfo. Uno realmente debe tener poesía propia”, medita Alexander.

A estos chicos, con cinco discos en sus hombros y cuatro Grammy Latinos, les sobra honestidad y alegría en sus palabras y reconocen que el ego es una sombra que amenaza a quien llega a olfatear el aroma del éxito. “Es muy difícil manejar la vanidad cuando se llega a este punto. En el caso de nosotros, nos hemos mantenido sonrientes, con los pies sobre la tierra y respetando siempre al fanático”, explica Alex.

Han aprendido que todo evoluciona y admiten que en algunos años podría llegar otro género que cautive a la audiencia, así como pasó con el reguetón. Lamentan que pese a que hay tantísima gente bailándolo, mucha gente no reconoce que escucha sus letras. “Todavía existen prejuicios en el género. El género urbano siempre ha sido restringido y marginado por los grandes músicos. Le dieron unos pocos años de duración y ahora mira dónde estamos”, apunta Randy. “¿Que cuándo envejece el reguetón? (carcajadas) Nunca. Mira, nosotros ya tenemos cuarenta años y estamos gozándolo. Vivimos la vida como una gozadera”.

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