Haydée Osorio: 'Debemos tener una conexión con el agua y no darle la espalda'

Actualizado
  • 01/10/2019 13:15
Creado
  • 01/10/2019 13:15
Hablamos con una de las pocas mujeres panameñas capaces de desmenuzar el recurso hídrico en pro del desarrollo sostenible, sobre los ríos patrios, el futuro del agua, sus derechos y la ingeniería, un oficio que ella ha decidido revolucionar

Haydée Osorio (Panamá, 1971) es doctora en ingeniería en recursos hídricos, ingeniera civil e ingeniera sanitaria. De pequeña oía de sus padres ingenieros dos palabras que le sonaban interesantes: 'desarrollo sostenible'. Desde entonces entendió que su razón en el mundo no era otra cosa que preservar el ambiente, estudiarlo al detalle y sumergirse en sus bondades. Sus investigaciones han cruzado fronteras. Una de ellas estuvo enfocada en la conexión de las subcuencas (Cuenca Alta, Río Chagres y Canal de Panamá), estudio que llevó a Alemania y Chile.

Cuenta que en su gremio hay estereotipos machistas que cuesta enderezar. “A las mujeres que somos ingenieras civiles, nos miran como que no sabemos muchas cosas. Es algo propio de la cultura”, matiza.

Aquí una panameña atípica. Aquí la hija de la tercera mujer ingeniera civil graduada en Panamá. Aquí una académica que, en medio del caos climático de estos tiempos, intenta cultivar la importancia de los ríos que cruzan nuestra ciudad. Aquí una mujer que ha entregado su vida a estudiar gota a gota el agua, su energía y su fuerza.

¿Quién es Haydée Osorio?

Una mujer que tiene una visión a largo plazo que incluye el ámbito profesional y materno. (Mi hijo Gonzalo, de cinco años, me acompaña a donde voy). Soy un rompecabezas de piezas de cosas que buenas que voy tomando de las personas.

¿Cómo se llega al mundo del agua?

En mi caso, te puedo decir que el salto se da en la Ingeniería Civil. Empecé a trabajar en una asociación dedicada al ambiente y me relacioné con personas que de alguna manera hicieron que llevara parte de ellas. Al conocer el ambiente, me especialicé en ingeniería sanitaria, tratamiento de agua y residuales. Quise hacer un doctorado en Alemania, y cuando estaba allí tuve que cambiar de área de manera radical y quedé en hidrología. Una vez que empecé a ver la hidrología, terminé el doctorado en Chile y comencé a comprender el manejo del agua desde su concepción. Pude ver la cuenca completa (que es la unidad de estudio), los procesos de calidad y de cantidad. Empecé a conocer lo que era en conjunto el recurso hídrico.

Desempeña una especialización poco convencional, ¿cuáles son las principales tareas de una ingeniera como usted ?

El desafío más grande es contabilizar el agua, no es solamente saber cuánta agua hay, sino cómo se llenan esos depósitos. Las cuencas son como las personas, tienen sistemas distintos. Lo que me motiva es el estudio del agua, y me emociona lo nuevo de la tecnología que se trata en sensores remotos donde puedes medir el comportamiento de la cantidad de agua cuando llueve.

¿Cómo se lleva con el activismo?

Soy profesora e investigadora. Tengo el placer y la satisfacción de conocer mentes brillantes y esas mentes, una vez que empiezan a entender la potencia que puede tener estudiar acerca del agua, conocen el verdadero concepto de la preservación. Hay un vacío de profesionales de esta área, estamos necesitando en Panamá. Procuro participar en grupos y explicar de manera sencilla la importancia del agua. Los estudiantes han encontrado la conexión con la naturaleza y su profesión.

Y cuénteme un poco, de manera sencilla, ¿cómo es eso de la concepción del agua? ¿Cuál es el poder del recurso hídrico?

El poder del agua es inimaginable, desde el agua prístina hasta las aguas contaminadas.

¿Dónde nos jugamos el futuro de este recurso vital?

En la ciudad y en las provincias. Es un conjunto de todo. Lo importante es que ahora cambiemos el modelo de desarrollo y empecemos a recuperar la conexión con el agua. En vez de construir edificios donde le damos la espalda, miremos hacia los ríos. Preguntarnos, '¿estamos fomentando un desarrollo sostenible?, ¿cuánto estoy conservando? Futuro hay y esperanza, también.

35 millones de latinoamericanos y caribeños vivimos en zonas urbanas costeras, las más vulnerables a los efectos del cambio climático. A pesar de la evidente vulnerabilidad de estas urbes, existen pocos planes integrales... ¿qué se debe hacer?

Lo que hacen las ciudades verdes y azules. Y se trata de conservar el espacio que requiere el azul, que es el río, y lo verde, que es recuperar la parte natural dentro de la ciudad. Si nosotros cambiamos hacia ese modelo, implementaremos la tecnología del hoy, tendremos una simbiosis entre la naturaleza y la ciudad.

¿Cómo hacemos los panameños para consolidar los lazos con los ríos que cruzan la ciudad?

Una riqueza que nosotros tenemos es precisamente que estamos cerca del mar. Todos nuestros ríos van al mar. Deberíamos recuperar esa conexión. Nuestra geografía, en la historia, propició el intercambio, y ahora, en la actualidad, le hemos puesto muros. Por eso es que ahora cuando queremos ir a un río o a la playa no pensamos en la ciudad, pensamos en el interior. Debemos tener una conexión con el agua y no darle la espalda.

¿Tiene Panamá políticas para disminuir el impacto ambiental?

Panamá está trabajando en la adaptación. A su manera y a ritmos distintos en diferentes sectores. Lo que necesitamos es articularnos en cuanto a inversión y propósito. Los panameños somos inteligentes y capaces de adaptarnos a los cambios, la historia lo corrobora. Hemos sobrevivido. Somos capaces de llevar al país adelante. Todos queremos tener acceso al agua, disponibilidad.

Hablando de accesibilidad… ¿cuál es el problema del agua en el país?

Tiene que ver con la centralización del Estado. En Panamá hay buenos profesionales y existen empresas importantes de saneamiento, pero la centralización no permite que los fondos se gestionen y que se pueda articular la utilización al desarrollo del recurso hídrico en el resto del país.

¿Cómo gestionamos el cuidado, gota a gota?

Eso lo aprendes en casa. Debes aprender a valorar el agua. Nosotros como padres y madres debemos ser capaces de transmitir a nuestros hijos la importancia del agua. Que los niños hablen del agua y la sientan suya. En la parte académica, trabajar en articulación y no de manera aislada. Insisto, el Gobierno debe tener una política articulada.

¿Qué implica el derecho al agua?

Son muchos, acceso universal, cuencas saludables, gestión preventiva.

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