Pedro Pessoa e Costa: 'La capacidad de atraer inversión extranjera de un país es la prueba de que éste está funcionando'

Actualizado
  • 20/12/2019 00:00
Creado
  • 20/12/2019 00:00
El primer embajador de Portugal en Panamá se despide de nuestro país. Habla sobre su gestión y aportes. Subraya la recuperación económica de su país y del sistema educativo gracias a la inversión en el sector

Pedro Pessoa e Costa (Mozambique, 1962) es un hombre que se crió en un país de mar, cultura, historia, paisajes y muy buen vino. Y esa tierra suya vuelve siempre: la lleva dentro de sí y la expone a donde vaya. Pessoa e Costa fue el primer embajador de Portugal en Panamá y hoy, viernes, se despide de nuestro país.

Pedro Pessoa e Costa: 'La capacidad de atraer inversión extranjera de un país es la prueba de que éste está funcionando'

Desde su casa, un santuario portugués donde seducen los guiños del arte luso, conversa con La Estrella de Panamá sobre su gestión durante cuatro años en el Istmo. “Mi misión ha culminado. Ahora la relación entre los dos países es más sólida y la marca Portugal la conocen los panameños. Me voy, pero quedará una huella”, suspira.

Pedro e Costa, que dice que no es un diplomático que mira desde la ventana, sino un embajador que camina con la gente, no cree en la diplomacia de la oficina de ocho horas diarias, sino en la de roce y servicio. Habla con calidez y sin pretensiones...

Cuénteme... ¿cómo le conocen?

Por ahí dicen que yo soy un embajador de Portugal de Chorrillo (ríe). Soy un portugués que nací en Monzambique, me fui a Portugal cuando tenía dos años. Hice toda mi vida en Lisboa. Era de esos estudiantes que trabajaba y estudiaba a la vez. No me gusta mucho la idea de que la gente sale de la universidad sin trabajar. No me gustan los diplomáticos que no trabajan. No se puede llegar a la diplomacia sin entender bien la representación de su país. Por eso, antes de llegar a un puesto hay que hacer mucho y prepararse mucho. Hay dos formas de hacer la diplomacia: mirando por la ventana y estando con la gente.

¿Qué le atrajo de la diplomacia?

A mí me gusta cambiar las cosas, lo único que no cambio es a mi esposa (más risas), pero me gusta cambiar todo. Y qué mejor que la diplomacia que me permite un trabajo cambiante. Si tuviera que decidir una carrera, elegiría arquitectura o diseño. Me encanta el arte.

Es interesante conocer que ha sido el primer embajador de Panamá. Un gran desafío, ¿cómo estamos hoy con la relación Panamá - Portugal?

Las relaciones bilaterales se construyen poco a poco. Es verdad que los primeros tiempos son los más complicados. Pero si uno mira cómo estábamos hace cuatro años y cómo estamos ahora, estamos fenomenal: el país recibe contratos de obras públicas de empresas portuguesas que son capacitadas en tecnología y que están haciendo muchísimas obras en América Latina. La marca Portugal ya se conoce. Un embajador hace un trabajo bien hecho cuando une los países. Llegué y tuve que hacer algo, que muchos no tienen que hacer, que es construir la imagen y la marca del país. La gente me hablaba de la Virgen de Fátima, de Cristiano Ronaldo, del vino de Oporto, pero no se conocía bien lo que es mi país. Hay mucho más. Me preocupó desde el principio: marca Portugal, y creo que después de cuatro años se ve que hay mucho más de nosotros en Panamá. Después de este tiempo salí convencido de que marca Portugal entró a este país, como también hago que Panamá se promocione en Portugal.

¿Cómo se llevó con esa calidez y ese calor humano de los latinos?

De verdad que fue un calor de microondas de este país, todo (carcajadas). Gente maravillosa. Vine a Panamá la primera vez, y me encantó: es un país que tiene todo. Tiene el primer, el segundo y el tercer mundo, todo junto. Eso es lo que es bueno.

¿Qué sorpresa se llevó de su comunidad en el Istmo?

De acuerdo a las inscripciones consulares, hay 5, 435 portugueses. Es una comunidad que se mezcla bien. Como siempre, la comunidad portuguesa se integra.

¿Qué similitudes encontró entre su gente y la nuestra?

Ambos tenemos el gusto por la vida. Dos países pequeños que nuestros pasados nos han hecho ser lo que somos. Tanto Panamá como Portugal se proyectan en el futuro. Somos países con posiciones estratégicas. Cuando un país tiene los tres pilares básicos: Democracia, Estado de Derecho y Derechos Humanos, tiene futuro y será un referente.

Hagamos una retrospectiva de Portugal. En 1974 vivió un dictadura… luego en el 2010 fue golpeado duramente en la economía. Salieron adelante. ¿Qué debemos aprenden en Latinoamérica?

Más que aprender, un país debe compartir sus buenas experiencias. Portugal pasó por un tiempo de austeridad, como Irlanda, España, Grecia. La población portuguesa entendió lo que se les estaba pidiendo, por ejemplo, baja de salarios. Hubo muchas empresas que tuvieron que cerrar. Pero al mismo tiempo, las empresas portuguesas de exportación mejoraron muchísimo. Fue una necesidad de conquistar nuevos mercados. Lo hicieron bien. De ahí poco a poco la economía comenzó escribiendo. Y si se sigue haciendo: se pone la casa en orden, sobre todo a nivel económico. Todo es fantástico cuando se habla de salarios mínimos altos. Como en Panamá, pero la verdad ustedes tienen un salario mínimo altísimo, los supermercados con todo, pero también es verdad que tienen los precios más altos de América Latina y Europa. En Portugal la clave fue el orden: el déficit muy bien manejado, con costos sociales importantes. Pero los resultados fueron palpables.

Ahora Portugal presume que está en las 50 mejores economías del mundo.

Así es. El Portugal de hoy ha cambiado muchísimo. Es el mejor destino turístico del planeta, por tres años consecutivos, premiado. Estamos con un sistema político que es un ejemplo para Europa. Una forma de trabajar en conjunto y en consenso con los partidos. En Portugal la economía está estable… Tenemos que seguir haciendo nuestro trabajo. Portugal está intentando llegar al 50% del PIB en exportación, eso es magnífico. Este año creo que podemos llegar a los 30 millones de turistas.

Se habla de que la inversión extranjera es notoria en su país, clave de su éxito económico, empresas chinas, por ejemplo....

La capacidad de atraer inversión extranjera a un país es la prueba de que está funcionando. Somos un país muy antiguo. No tenemos presiones de ninguna potencia. Hay una buena inversión china, en el tema de electricidad, por ejemplo. También de Angola y de EEUU. Al mismo tiempo hay muchos extranjeros que quieren producir allí. Un grupo panameño abrió una cadena de hoteles en nuestro país. Siempre la inversión extranjera genera empleos y me gusta la que es productiva.

¿Cuál ha sido el desarrollo de las políticas sociales para las personas más vulnerables?

En ello tenemos mucha experiencia. Al igual que la integración de migrantes. También Panamá tiene una red de solidaridad muy importante. Lo puedo ver en El Chorrillo.

Cuénteme, ¿cómo es el sistema educativo?

En Portugal tenemos una educación pública a la altura. Antes, la privada era mejor, pero ahora logramos nivelar. La educación es obligatoria. En Portugal no hay analfabetismo. La estructura en educación cambió mucho y hubo inversión significativa en los maestros y profesores, ellos tienen el reto de enseñar a los jóvenes del futuro. En la Salud, pasa lo mismo. Si un portugués va a un hospital público, se siente seguro y se garantiza el servicio.

¿Cómo se lleva Portugal con la innovación y la tecnología?

Mucha gente desconoce que Portugal es líder en las TIC . En Lisboa se hace el encuentro más grande de tecnología en el mundo: Web Summit. En Portugal tenemos en la mira el e-government, hay simplificación de servicio, desburocratización...

Uno de los retos globales es el cambio climático... ¿cómo lo afronta Portugal?

Muy interesado. Siempre hemos sido un país con una visión de ambiente y el cuidado de nuestro mar. Portugal es un país de océanos, al igual que Panamá, y podríamos trabajar juntos. Nuestra apuesta fuerte ha sido en energías renovables, lo que hace falta en Panamá.

Ya después de analizar su país y el nuestro... ¿qué nos deja?

Me va a costar mucho dejar Panamá, y a mi esposa mucho más. Ella fue partícipe de la restauración del altar en la Catedral, allí también dejaremos huella. Pero la relación entre ambos países está mucho más fuerte y “musculada”. Hay un dicho de un poeta portugués, Fernando Pessoa, que reza: 'El valor de las cosas no está en el tiempo que dure, sino en la intensidad con la que se vive'.

¿Qué país lo acogerá?

Me iré a Angola... Allá será mi próxima misión.

Aquí entre nosotros: ¿qué no echará de menos de Panamá ?

(risas) No voy a echar de menos los 'tranques', la forma como la gente maneja y el ruido de la ciudad.

UN DIPLOMÁTICO ATÍPICO
Fue el primer embajador de Portugal en Panamá
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