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Jorge Arguindegui: 'Tengo la convicción de la que la educación marca el camino'
- 10/01/2020 00:00
Jorge Arguindegui, rector de Aden University es un convencido de que el poder de la enseñanza trasciende las letras y las aulas. Para el directivo de la Asociación de Universidades Privadas de Panamá (AUPPA), la academia es el punto de partida en sociedades de avanzada con gobiernos que se ajustan a las necesidades del verdadero soberano “el ciudadano”. El exembajador de Argentina en suelo istmeño (2005-2011), confiesa que “la educación no es una ideología, sino un derecho humano” y cree que si el país goza de grandes bondades, riquezas y está geopolíticamente enclavado en lo mejor que hay en América”, podría convertirse también en “el hub de la educación”.

Es una pregunta muy interesante. Aprendizajes, desafíos, compromisos, entusiasmo por descubrir nuevas alternativas de vida y un tema que me apasiona que es lo educativo.
No soy un experto en la materia pero sí creo que la competitividad ha mejorado con los años. No así, teniendo en cuenta que la educación es una de las mayores debilidades de la sociedad panameña, hay un cuello de botella. También debemos pensar en la migración selectiva; Argentina por ejemplo, fue el primer país de Latinoamérica en erradicar el analfabetismo a través de Domingo Faustino Sarmiento, conocido como el 'Maestro de América'; cuando quiso llevar a cabo esta revolución educativa, abrió las fronteras para la entrada de maestros de Estados Unidos y Europa; aunque tuvo inconvenientes políticos, triunfó la educación y Argentina terminó siendo un faro que iluminaba culturalmente a toda América Latina. Panamá tiene que hacer esfuerzos importantes para formarse, capacitarse y ser más competitiva con los jóvenes, que forman parte del patrimonio nacional.
La decisión política de la presidencia de encolumnar todo el gobierno detrás de la educación como estrella, me parece fantástica. No digo esto para congraciarme con nadie, al contrario, tengo la convicción de que la educación marca el camino a seguir. Para aterrizar todo esto también hay que capacitarse y los servidores públicos, que se deben al soberano que es la ciudadano, son los que más instruidos deben estar.
No creo demasiado en los modelos importados, hay que ver la idiosincrasia local. Estamos, vivimos y sentimos desde el Istmo. Tenemos un país que necesita que sus hijos estén educados, formados y capacitados; un país pequeño con muchas bondades, riquezas y geopolíticamente enclavado en lo mejor que hay en América; seamos también el hub de la educación.
Todos debemos orientarnos hacia la misma dirección, tanto el sector oficial como el privado, para sumar, porque somos complementarios. La educación no es una ideología, es un derecho humano.
He visto un avance en las universidades privadas. Y tanto padres como estudiantes envían un mensaje: encuentran en estas instituciones confianza. Estamos en un mundo capitalista y en democracia, donde pueden coexistir los sectores privado y estatal. Por otra parte, la Universidad Tecnológica también demuestra que desde el Estado es posible obtener excelentes resultados. Panamá cuenta con profesionales brillantes egresados de las universidades estatales; el resto depende de la ambición, las ganas de conocer, el talento personal y la superación de cada uno. Lo importante es que exista igualdad de oportunidades. Debemos asegurar una educación pública de calidad y después, que cada uno sea producto de su propio esfuerzo
Decisión, voluntad política, gestión, compromiso. No solo del gobierno, sino también de los grupos económicos preponderantes. La educación es demasiado importante como para dejársela solo a los políticos.
Yo les llamaría ciudadanos con perfil de líderes públicos que estén instruidos y se interesen por la cosa pública; son aquellos que van a tener el ojo puesto en las instituciones y acá debemos también trabajar en ese tema. En general, en América Latina, siempre hemos vivido esperando que el líder llegue y nos resuelva los temas cuando realmente debemos consolidar las instituciones sin esperar a que llegue un caudillo. Ahora, a través del conocimiento y la capacitación tenemos que impulsar la solidez de políticas de Estado con instituciones sólidas.
Hay que interpretar bien a las nuevas generaciones; a los millennials y los centennials, que vienen con otro chip. La tecnología al servicio de la cosa pública y todo lo que tenga que ver con innovación, creatividad, va a impactar en los gobiernos que tendrán que estar muy bien preparados para acompañar a las nuevas generaciones. Hay que mirar, estudiar y analizar lo que ha ocurrido en otras latitudes pero no copiar.
Hace dos años identificamos una necesidad importante en Panamá; siendo el país con mayor crecimiento de su PIB en América en los últimos 15 años, también es el sexto país más desigual del mundo; por ello nos planteamos qué podíamos aportar, considerando que la gestión pública, las políticas públicas y las instituciones son prioritarias para resolver la voluntad política y achicar las brechas; de esta manera consideramos que era un buen momento para iniciar la Escuela de Gobierno de Aden, con los mejores facilitadores en la materia. Nuestra universidad tiene doble titulación; generamos un plan de Maestría sobre Gestión de Políticas Públicas, cuyos 4 diplomados están certificados por la George Washington University. Queremos que esta escuela sea un sello de calidad en Panamá y en la región.
Nuestra escuela está basada en valores que se transmiten a través de herramientas de avanzada. La educación en general es algo a largo plazo y a través de ésta vamos a mejorar la calidad de la sociedad y achicar la brecha por la cual todos reclamamos.
Sí, y el caso de Panamá es muy especial. Tengo la convicción de que el grupo de notables entre los cuales están Eduardo Quirós, Diego Eleta, Domingo Latorraca, Rubén Castillo, Paulina Franchesqui, María Vásquez y otros, que aman a Panamá, ve la necesidad urgente de encaminar la gestión pública y las instituciones a través del conocimiento y la capacitación. Este es el camino, estamos comprometidos y pondremos todas nuestras energías..
Tenemos un camino muy largo a recorrer. Hay que seguir trabajando en la sensibilización. Esto necesita políticas de Estado en contacto con la realidad permanente de lo que está pasando, equipos de trabajo colaborativos . Los mejores embajadores de la educación serán aquellos que estén sobre el terreno viviendo y aportando soluciones.