Italia rinde homenaje a las víctimas del Holocausto al son de la música clásica

Actualizado
  • 30/01/2020 00:00
Creado
  • 30/01/2020 00:00
Panamá fue escogida como escenario cultural donde el Gran Dúo Italiano de Angela Meluso y Mauro Totorelli conmemoraron a las víctimas del Holocausto al son de piezas clásicas del maestro ítalo-judío, Mario Castelnuovo Tedesco, en una noche de nostalgia e historia global
Mauro Totorelli y Angela Meluso, embajadores culturales de Italia.

“Nunca lo olvidaremos”, fueron las palabras con las que el embajador de Italia en Panamá, Massimo Ambrosetti, dio inicio a la noche cultural en conmemoración de la liberación de los prisioneros judíos de Auschwitz-Birkenau hace ya tres cuartos de siglo. La velada estuvo tintada de nostalgia y melodías que narran las emociones del pueblo italiano desde entonces hasta la actualidad.

El auditorio del Museo del Canal Interoceánico de Panamá fue el escenario donde se presentó, el pasado 28 de enero, el Gran Dúo Italiano, conformado por la pianista Angela Meluso y el violinista Mauro Totorelli, quienes a través de sus instrumentos llenaron el ambiente con la memoria del maestro ítalo-judío del siglo XIX Mario Castelnuovo Tedesco.

Este compositor, nacido en Florencia en 1895, fue uno de los precursores de la música italiana y europea entre las dos guerras, por lo que se dedicó a perfeccionar la técnica concertista de ópera en su época, lo que le llevó a obtener la apreciación de importantes músicos de la región como Alfredo Casella, Arturo Toscanini y Jascha Heifetz. Sin embargo, la persecución racista y antisemitista de 1939 lo obligó a emigrar a Estados Unidos, donde logró escalar en fama hasta componer para Hollywood.

El dúo presentó por primera vez en Panamá las piezas del maestro Tedesco.

En honor a este reconocido maestro y su huella en la cultura italiana y hebrea, Panamá fue escogida como primera sede donde las piezas de Tedesco fueron presentadas. Bajo las habilidosas manos de Meluso y la pasión notoria de Totorelli, la música cobró vida y las partituras de canciones como Greetings card: Hungarian Serenade n.2 (en manuscrito por Tedesco), Canto all'aria aperta n.1 (“La sera per il fresco è un bel cantare”) y Figaro (Parafrasi dal Barbiere di Siviglia di Gioachino Rossinì) cautivaron a la audiencia en su totalidad y llevaron a la empatía y el entendimiento de lo que realmente abarca la identidad italiana y sus luchas durante la Segunda Guerra Mundial.

Los músicos, que visitaron por primera vez el Istmo, volcaron el amor por su patria natale en el escenario y destacaron su asombro al recibir “tan cordial y calurosa bienvenida en Panamá”.

Meluso, quien lleva tocando junto al violinista, el piano forte desde hace cinco años, indicó que “han sido los mejores 10 años juntos y eso nos ayudó a poder realizar este concierto en honor a un hombre muy reconocido que tuvo que enfrentar las dificultades de salir de su país por las leyes raciales y buscar éxito en otras tierras”.

“Consideramos que esta fecha era la propicia y la más acertada para homenajearlo y para recordar la vida de todos aquellos que sufrieron en el Holocausto”, agregó la pianista.

Así como Tedesco es poco conocido fuera de las fronteras europeas, el dúo asegura que tratan de darle voz a autores italianos y franceses que poseen piezas “poco conocidas o ignoradas”. Sin embargo, admitieron que al llegar a Panamá por primera vez antes del concierto, sintieron un recibimiento “afectuoso y cálido, fue mejor que en Italia porque aquí sentimos una sensibilidad que se está perdiendo en Italia. El público es atento y tiene ganas de escuchar música distinta, por lo que se nota la voluntad de asistir a este tipo de conciertos. Esto es algo que no siempre se ve en Italia, la educación musical allá no es como antes”

El embajador Ambrosetti destacó la importancia de recordar el Holocausto.

Para Meluso y Totorelli el deseo de una sociedad amante de su cultura es uno de los pilares de su unión musical. “La música en este momento, particularmente en Italia, tiene un momento de crisis, porque los fondos para la cultura son bajos y los gobiernos recortan estos presupuestos y eso hace que las orquestas importantes deban cerrar, así como los teatros se han visto reducidos y no es fácil para los músicos de hoy día poder exhibirse o vivir de su pasión. No es un buen momento, pero estamos muy determinados y positivos en seguir adelante con los proyectos que tenemos porque sabemos que valen la pena”.

Meluso enfatizó en la importancia de contar con un sistema educativo nacional que imparta clases de música a partir de los seis años de edad, cuando los niños son más abiertos a aprender. “Si la música no pasa por la educación primaria, en un futuro no tendremos profesionales en música de concierto”, indicó.

Por su parte, el embajador Ambrosetti destacó que fue “un honor aportar a la vida cultural panameña el talento de artistas como Meluso y Totorelli, y tener la presencia de la nieta del maestro Tedesco desde Nueva York. Estoy orgulloso como embajador italiano y como miembro de la comunidad panameña de tener espacios donde se viva la cultura de ambos países con música llena de virtuosismo”.

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