¿Por qué el jabón es efectivo contra el Covid-19?

Actualizado
  • 25/03/2020 00:00
Creado
  • 25/03/2020 00:00
Desde la detección del virus en la ciudad de Wuhan hasta la declaratoria de la pandemia, los expertos en salud pública han remarcado que el lavado de manos con agua y jabón es el mejor blindaje contra el contagio

Algo tan cotidiano y habitual como el lavado de manos, es actualmente el mejor escudo contra la transferencia del coronavirus. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han reiterado la importancia de realizar esta actividad con frecuencia, con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. Pero, ¿a qué obedece su efectividad?

Los desinfectantes para manos deben tener un 60% de alcohol para ser efectivos.

Según la OMS, el Covid-19 se propaga a través de pequeñas gotas respiratorias, que generalmente viajan unos metros y se asientan en superficies, donde pueden vivir durante unas horas o varios días, según cada caso. Existe el riesgo de contraer la enfermedad al inhalar estas partículas, pero el peligro es más significativo al tocar superficies como escritorios, pasamanos o cerraduras de las puertas, donde las gotas contaminadas pueden haberse asentado. “Las manos tocan muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus. Si se toca los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, puede transferir el virus de la superficie a sí mismo”, explica la organización.

Con el inicio de la pandemia, desde la Universidad de Harvard ya alertaban de que aunque las medidas básicas de higiene puedan parecer obvias, son importantes. Lavarse las manos con jabón simple y agua mata los virus, pero solo si se hace a fondo y con frecuencia. “Las manos deben lavarse durante al menos 20 segundos, el tiempo que lleva cantar 'Happy birthday' dos veces, para garantizar que los gérmenes no se transfieran a los objetos ni se propaguen de persona a persona”, plantea un artículo en The Harvard Gazette.

“La transmisión de la enfermedad pasa de toser o estornudar a una superficie, de la mano a la cara, y así es como las personas se infectan”, afirmó Paul Biddinger, director del programa de Investigación, Evaluación y Práctica de Preparación para Emergencias, en Harvard T.H. Escuela Chan de Salud Pública.

“El buen lavado de manos es, en efecto, sumamente relevante. Si las personas tosen o estornudan en el codo, eso limita la propagación de las secreciones respiratorias. Lo que todos podemos hacer juntos es seguir medidas básicas de higiene que en realidad disminuirán la propagación de enfermedades en las comunidades”, remarcó el experto.

La Escuela de Medicina de Harvard puntualizó en 2006 que en la medida en que la sociedad se ha preocupado por el riesgo de contraer infecciones, los jabones con aditivos antibacterianos se han apoderado gradualmente del 45% del mercado; algo carente de utilidad ya que el jabón antibacteriano no es mejor que el común, “y los aditivos en realidad aumentan el riesgo de reacciones alérgicas y otros efectos secundarios. La única excepción es que las esporas del bacilo del ántrax son más susceptibles al jabón antimicrobiano que el jabón común. Sin embargo, a menos que resurja el bioterrorismo de 2001, eso no es una preocupación para la gente común”.

Lavarse las manos con jabón común y agua del grifo, frotando con intensidad cada área durante 20 segundos, previene el contagio del virus.

Por otra parte, los expertos reconocen que la más difícil de las medidas de autoprotección es no tocarse la cara. Un estudio de 2015 que observó a estudiantes de medicina de la Universidad de Nueva Gales del Sur, descubrió que cada uno de ellos se tocaba el rostro, en promedio, 23 veces por hora.

Lo preocupante de esto es que los gérmenes pueden ingresar al cuerpo a través de los ojos, la nariz y la boca. Mientras que las manos contaminadas pueden transferir el virus cuando las personas se frotan los ojos, se rascan la nariz o se tocan la boca.

¿Desinfectantes?

Los desinfectantes para manos pueden ser de utilidad solo si contienen al menos 60% de alcohol, según los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos. Pero si las manos están sucias o grasientas, el desinfectante no funcionará, por esto sigue siendo más relevante lavarse las manos. Un estudio de 2006 encontró que asear las manos puede reducir el riesgo de infección respiratoria en un 16% y un estudio de 2008 mostró una reducción del 21%.

Según expone un artículo en The New York Times al considerar todos los factores, “los desinfectantes para manos no son tan confiables como el jabón. Los desinfectantes con al menos el 60% de etanol actúan de manera similar, al derrotar las bacterias y los virus mediante la desestabilización de sus membranas lipídicas. Sin embargo, no pueden remover fácilmente los microorganismos de la piel”.

“También hay virus que no dependen de membranas lipídicas para infectar las células, así como bacterias que protegen sus delicadas membranas con escudos resistentes de proteína y azúcares.

Los ejemplos incluyen a las bacterias que pueden causar meningitis, neumonía, diarrea e infecciones de la piel, al virus de la hepatitis A, el de la polio, así como los rinovirus y los adenovirus (causantes frecuentes del resfriado común)”, expone The New York Times.

“Estos microbios más resistentes generalmente son menos susceptibles a la masacre química del etanol y el jabón. Sin embargo, la limpieza vigorosa con agua y jabón puede expulsarlos de la piel, por lo que el lavado de manos es más efectivo que el desinfectante. El desinfectante a base de alcohol es un buen respaldo cuando el agua y el jabón no están disponibles”, recoge la publicación.

Se trata de reforzar hábitos. El lavado con agua y jabón es una de las prácticas clave de la salud pública que puede desacelerar de manera significativa la tasa de contagio de una pandemia y limitar el número de infectados, lo que evita una sobrecarga que impactará negativamente toda la plataforma de salud con la sobrecarga de pacientes.

Sin embargo, la técnica tiene efectividad únicamente si cada persona lo hace de manera frecuente y exhaustiva. La técnica: genera una buena espuma, tállate las palmas y el dorso, frota tus dedos intercalándolos entre ellos, talla las puntas de los dedos contra las palmas y gira un puño jabonoso alrededor de tus pulgares.

Para comprender la química

Según la publicación del rotativo estadounidense, “el jabón está hecho de moléculas en forma de alfiler, que tienen una cabeza hidrofílica y una cola hidrofóbica, que evade el agua y prefiere vincularse con aceites y grasas. Estas moléculas, cuando están suspendidas en el agua, flotan de manera alterna como unidades solitarias, interactúan con otras moléculas en la solución y se ensamblan a sí mismas en pequeñas burbujas llamadas micelas. Algunas bacterias y virus tienen membranas lipídicas que asemejan micelas de doble capa con dos bandas de colas hidrofóbicas intercaladas entre dos anillos de cabezas hidrofílicas. Estas membranas están cubiertas con proteínas importantes que permiten a los virus infectar a las células y desempeñar tareas vitales que mantienen vivas a las bacterias. Los patógenos envueltos en membranas lipídicas incluyen a los coronavirus, el VIH, así como a los virus que causan hepatitis B y C, herpes, ébola, zika, dengue y numerosas bacterias que atacan los intestinos y el tracto respiratorio”.

Durante el lavado de manos con agua y jabón, se rodea cualquier microorganismo de la piel con moléculas de jabón y “las colas hidrofóbicas de las moléculas de jabón que flotan libremente intentan evadir el agua, en este proceso, se introducen en las envolturas lipídicas de ciertos microbios y virus, y las abren a la fuerza”.

“Actúan como palancas y desestabilizan todo el sistema”, declaró al diario norteamericano Pall Thordarson, director interino de Química en la Universidad de Nueva Gales del Sur, “Las proteínas esenciales se derraman de las membranas rotas en el agua que las rodea, matando las bacterias e inutilizando los virus”.

Según reza el artículo, algunas moléculas de jabón “interrumpen los enlaces químicos que permiten a las bacterias, los virus y la mugre adherirse a las superficies, sacándolos de la piel y cuando te enjuagas las manos, todos los microorganismos que han sido dañados, atrapados y matados por las moléculas de jabón son arrastrados por el agua”.

Sobre los guantes

La OMS explica que el uso de guantes de goma cuando se está en público no es una forma eficaz de prevenir la infección por el coronavirus.

“Lavarse las manos con frecuencia proporciona más protección frente al contagio de Covid-19 que usar guantes de goma. El hecho de llevarlos puestos no impide el contagio, ya que si uno se toca la cara mientras los lleva, la contaminación pasa del guante a la cara y puede causar la infección”.

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