Fotografía documental, un acto consciente de argumentación

Actualizado
  • 21/04/2020 00:00
Creado
  • 21/04/2020 00:00
La foto documental nace con la intención de plasmar la realidad en una imagen fija. Tiene un relevante valor a la hora de resguardar la historia
Soldados soviéticos plantan la bandera de la URSS en el edificio del Reichstag, en Berlín.

“Yo no fotografío la pobreza por la pobreza o la muerte por la muerte. Me interesan las costumbres de la gente, su dignidad, su historia y la de los pueblos”, María Graciela del Carmen Iturbide Guerra (México-1942).

Conocida como Graciela Iturbide o “La señora de los símbolos”, su trabajo, reconocido en su tierra, en diversos países y por organismos internacionales, la convierten en una de las maestras de la fotografía documental. Distinción que también porta Sebastiao Salgado (Brasil-1944).

“En su obra destacan las imágenes realizadas a personas en países en vías de desarrollo y en situación de pobreza. En 2001 fue nominado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia por toda su labor y ha sido premiado numerosas veces por su trabajo. Sus fotografías más conocidas son las de las minas de oro de Serra Pelada en Brasil”, recoge Cultura Fotográfica.

Iturbide y Salgado comparten una pasión: la fotografía documental, esos mosaicos históricos que individuales o en conjunto tienen el poder de relatar y perpetuar hechos, culturas e idiosincrasias.

La fotografía documental tiene el objetivo de plasmar o inmortalizar un momento de la realidad. Su enfoque es principalmente las personas y grupos sociales con el fin de revelar al mundo aspectos de su vida cotidiana.

En la literatura universal se establecen diversas definiciones de la fotografía documental, sin embargo, la más aceptada y que recoge su esencia dice que “una foto documental nace con la intención de plasmar la realidad en una imagen fija”.

Roberto Barrios, fotógrafo de La Estrella de Panamá, la define como “el arte de contar o informar la condición social del momento a través de imágenes. Con el poder de transmitir alegría, dolor, tristeza o molestia”.

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Coincide con Barrios, Erick Marciscano, también fotógrafo de 'La Decana', en que estas imágenes registran o documentan hechos o acciones que puede ser de la vida diaria, condiciones sociales o políticas. “La fotografía documental también se utiliza para crear archivos para su posterior estudio o publicación”, dice.

Historia

“Las fotografías llegaron a Estados Unidos en 1839 y, como muchos inmigrantes de la misma época, fueron rápidamente absorbidas por las crecientes áreas metropolitanas de la nación. La primera imagen fotográfica de América fue ese objeto plateado, parecido a un espejo, llamado daguerrotipo, por su inventor Louis Daguerre”, reseña. ¿Qué nos dice la fotografía documental?, ensayo realizado por James Curtis, profesor de historia en la Universidad de Delaware, Estados Unidos, y director del programa Winterthur de Cultura Americana Antigua.

Según el historiador, para la época de la guerra civil, el daguerrotipo y sus descendientes habían entrado al reino de la cultura consumista de la clase media y habían establecido un seguimiento popular, a menudo para el desconsuelo de los fotógrafos que juraban mantener la fotografía como una forma de arte.

“Durante este período se desarrolló la fotografía documental, a la que los críticos de arte con frecuencia consignaban al ámbito del periodismo. Esta consignación implicaba que los fotógrafos documentales eran simples registradores, técnicos habilidosos, sin duda, pero observadores pasivos de la escena social y, en definitiva, no artistas. Los fotógrafos documentales aceptaban esta caracterización con el fin de sacar brillo al realismo percibido de sus imágenes”, recoge la investigación de Curtis

Tras su aparición, la fotografía documental continuó ganando adeptos detrás del daguerrotipo y los siguientes sistemas fotográficos, y de los espectadores.

En la fotografía documental moderna resaltan dos fotógrafos urbanos, Jacob Riis y Lewis Hine. Según reseña la pluma de Curtis, ellos asumieron el esfuerzo de explorar la “selva” de las ciudades y establecieron, así, la fotografía documental como herramienta de las reformas sociales.

“Riis, inmigrante danés y reportero policiaco para el New York Tribune, sigue siendo reconocido por su revelación de las condiciones de los inquilinos en el bajo lado este de Nueva York a finales del siglo XIX, y Lewis Hine adquirió fama eterna como campeón de hombres y mujeres trabajadores y como un guerrero contra la explotación infantil durante el período progresivo”, indica Curtis.

¿Qué nos dice la fotografía documental?

En las últimas décadas, el listado de los grandes de la fotografía documental se ha robustecido. No pocas personas se han interesado en mostrar e inmortalizar la realidad social de diversos puntos del planeta.

Cultura Fotográfica, proyecto destinado por y para la fotografía, con el fin de mostrar al mundo una particular valoración sobre la cultura fotográfica, cómo evoluciona y cambia el mundo de la imagen cada día, realizó un listado de algunos de estos personajes sobresalientes.

Boris MIkhailov (Ucrania-1938) con dedicación y valentía se encargó de fotografiar el régimen soviético en todas sus fases. La ruptura de la Unión Soviética provocó situaciones diversas en la sociedad, como personas sin hogar, alcoholismo, tristeza y depresión. Las fotografías de Mikhailov plasman todo esto.

Testigos se paran sobre sillas y muebles para presenciar la firma del tratado de Versalles, en 1919.

Bruce Davidson (Estados Unidos-1933) es uno de los fotógrafos documentales más influyentes de Estados Unidos, siendo miembro de Magnum Photos desde 1958 y premiado por su obra en diversas ocasiones.

Su trabajo más conocido es la serie de fotografías que realizó en el metro de Nueva York, llamada “Subway”.

William Eggleston. Aunque sus fotos no son únicamente documentales, en sus fotografías siempre subyace una vena documental. 5,9 millones de dólares costó una de las colecciones de este fotógrafo, convirtiéndose así en la serie más cara jamás vendida. Documentó el sur estadounidense en los años 70.

David Goldblatt (1930-2018) cuyo trabajo más conocido es el realizado durante el régimen del apartheid. Fue el primer fotógrafo sudafricano que expuso su trabajo en la MoMa de Nueva York en 1998. Su obra comenzada en 1948 documenta el desarrollo de la sociedad sudafricana desde el sistema del apartheit hasta finales del siglo XX.

Pero, ¿cómo logran los fotógrafos plasmar lo deseado? “La mayoría de las veces no es algo planeado, eso se da en el momento”, asegura Marciscano.

“La fotografía documental ilustra y aporta información gráfica, sobre cambios culturales, sociales y económicos por los que pasan los pueblos”, agrega el fotógrafo de este diario.

El trabajo de los más exitosos fotógrafos revela un ferviente deseo de dejar que las imágenes cuenten la historia. A pesar de la pasión que tienen los fotógrafos por su profesión, en medio de la faena surgen situaciones difíciles y de riesgo para su vida, en las que deben tomar decisiones relevantes.

“En situaciones complejas lo que hago es concentrarme en lo que quiero fotografiar, hago todos los esfuerzos necesarios por conseguir esa foto diferente y con alto valor social o cultural. Sin embargo, no pongo mi vida en riesgo, tengo mis límites. En estas situaciones me pregunto, ¿vale la pena arriesgar mi vida por esa foto?”, reflexiona Marciscano.

Mientras que Barrios apunta que en medio de la circunstancia y por la conmoción del momento “el temor se olvida”.

Las fotografías documentales son más que expresiones de habilidad artística; son actos conscientes de argumentación de un hecho o realidad. Tienen un alto valor documental en la historia de la humanidad. Para dejar esas evidencias en imágenes se necesita más que un buen equipo fotográfico. “Lo más importante no es la cámara, sino el ojo”, dijo Alfred Eisenstaedt, uno de los fotógrafos más prolíficos del siglo XX.

Excepcionales momentos históricos fueron inmortalizados en fotografías, entre ellos el de 1945, tras la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial, soldados soviéticos plantan la bandera de la URSS en el edificio del Reichstag, en Berlín. Gracias a la fotografía documental, hoy, también podemos ver: cómo las tropas SS nazis toman juramento en Feldherrnhalle, Munich; a enfermeras en un hospital británico probando las máscaras de gas para bebés, en 1940, y la última imagen de Adolf Hitler, tomada el 30 de abril de 1945, horas antes de su suicidio.

“Si hemos de demostrar el significado de una fotografía documental, debemos empezar por establecer el contexto histórico tanto para la imagen como para su creador. Un fotógrafo documental es un actor histórico que se esfuerza por comunicar un mensaje a un público”, reflexiona Curtis.

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