Las enseñanzas de 'Panquiaco'

Actualizado
  • 24/05/2020 00:00
Creado
  • 24/05/2020 00:00
El filme, dirigido por Ana Elena Tejera inauguró el viernes el IFF Panamá en su versión virtual. Más allá de la historia del guía de Vasco Núñez de Balboa, trata de los conflictos de identidad y las añoranzas sobre un pasado que ya no existe
Cebaldo De León, protagonista del filme.

Desde tiempos del colegio, Ana Elena Tejera se preguntó por qué los protagonistas de la historia de Panamá eran los españoles y no los panameños. No entendía por qué las figuras de la lucha por el poder eran Pedrarias y Balboa. Esa interrogante se hizo aun mayor cuando en un viaje a México se percató del protagonismo que tenían figuras autóctonas, mientras que en Panamá, ese espacio no lo cubría nadie; por qué se enseña la historia de los conquistadores y no de los conquistados, en el caso de Panamá, pueblos con una cosmovisión muy rica.

Era imposible, llegado este pensamiento, no considerar a una figura como la de Panquiaco, el acompañante que llevó a Balboa a descubrir el Mar del Sur, un hecho que cambiaría el rumbo de la historia mundial.

Sin embargo y sin sorpresas, de Panquiaco, había muy poco, pero lo suficiente para generar diálogos y también cuestionamientos.

Panquiaco nos hace reflexionar “cómo Panamá y su posición geográfica es algo que repercute en nuestra identidad. Panamá tiene dos mares, es llamado un accidente geográfico, une las aguas y le da características como de isla, pero la división es algo que ha caracterizado a Panamá; hasta hace poco su parte de su tierra estuvo dividida”, comenta Tejera. La Zona del Canal tuvo por casi 100 años jurisdicción estadounidense y el propio Canal dividió el país en dos partes. “A partir de eso me cuestioné a mí misma por sentir una crisis de identidad”, reflexiona Tejera.

Mientras realizaba esa investigación, Tejera conoce a Cebaldo De León, antropólogo guna radicado en Portugal hace muchos años. “ Cebaldo tiene un poco esa sensación, porque a pesar de esa conexión que tiene con los guna, no vive aquí, ya él no es igual. Surge una relación muy fuerte entre nosotros y lo invito a hacer esta película, que llamo híbrida, porque es una película que encuentro como más apegada al performance porque siento que es real; da igual qué tipo de cine porque los personajes son reales y sus conflictos son reales”, establece.

“Él siente una nostalgia constante de algo que ya no existe, se aferra a sus recuerdos, sus memorias. El conflicto de los personajes que se interpretan así mismos son reales, sin embargo están en un escenario que se han ficcionado. Y es por ello que la llamamos película híbrida, porque va más allá de un formato documental, o ficción”, detalla la directora del filme.

Escena de Panquiaco, filmada en Portugal.

En la cinta, Cebaldo es un indígena que tiene 30 años de vivir al norte de Portugal y trabaja como asistente de pescadería yvive una vida muy nostálgica. “Él escucha unos casettes con audios en su idioma que lo llevan a un viaje onírico a su isla, Ustupu donde se encuentra con Fernando, un chamán un médico botánico que lo confronta con la idea de que todo eso que él va a buscar ya no existe. Entonces, Cebaldo se entrega a una cuarentena medicinal que es un baño con unas plantas, para purificar el alma”, cuenta la cineasta.

Para esta purificación los guna buscan las plantas en la selva, crean un recinto con pencas dentro de la choza donde reside la persona y esta persona tiene que estar allí dentro, solo, por 30 días haciendo sus baños. La comunidad se une para trabajar colectivamente y sanar su alma.

Las costumbres de la comunidad guna son muy diferentes, por ello, dice Tejera, no es coherente juzgar desde un punto de vista occidental su forma de vivir, así como tampoco su forma de reaccionar ante la pandemia de Covid-19.

Estreno en el Festival de Cine de Rotterdam.

“Nos entristece lo que está pasando en Guna Yala y nos entristece lo que ha pasado con el Festival, el hecho de no tener una sala de cine, porque la película fue hecha con un sonido envolvente, una narrativa particular, inspirada en las formas narrativas de los dule. Ante el formato online invitamos a ver la película a manera de meditación colectiva y mirar cómo uno puede llevar un encuentro con uno mismo, con lo colectivo dentro de un encierro, dentro de una soledad”. Explica.

Desde Portugal a Guna Yala

Para 'Panquiaco' no se hizo un casting buscando actores. Se trabajó con personas habitantes de las comunidades donde se realizaron las producciones: Vila do Conde, en el norte de Portugal y Ustupu en Guna Yala.

“A nivel de producción fue mucho tiempo de investigación y al mismo tiempo cuando trabajas con personas que no son actores necesitas tiempo para establecer una relación, crear una forma de trabajar. En Portugal aprendí su idioma caminando los pueblos. Fue una gran experiencia de investigación y psicología”, afirma Tejera.

En Guna Yala, el acercamiento fue diferente. Ya Tejera había trabajado allí, había creado algunos vínculos y, pro otra parte, trabajar con Cebaldo facilitó mucho las cosas. Sin embargo, no se trató de un rodaje normal.

“No se rodaba todos los días, se establecieron relaciones con las autoridades, los sailas, el equipo completo tomaba café con toda la gente allá. Yo tenía ciertas ideas de cómo quería filmar la comunidad y ellos no estuvieron de acuerdo, pero se trató siempre de mantener un diálogo y saber qué era cómodo para ellos”, dice.

Pero fue el diálogo lo que hizo posible el rodaje. “Uno siempre llega con ojos occidentales viendo todo exótico. Nosotros nos dedicamos a mantener una relación de respeto, a escuchar y tratar de ver en qué forma también ellos se sentían cómodos siendo retratados. Fue mucho tiempo para establecer una relación de escucha y de confianza mutua”, agrega.

Tejera empezó formalmente su investigación a mediados de 2017. Uno de los impulsos que recibió para hacer este largometraje fue el fondo de los 500 años, con el que realizó un cortometraje llamado ¿Dónde está la estatua de Panquiaco?. Ese mismo año Tejera realizó otro cortometraje llamado Luciamor. En esa ocasión Tejera estuvo mes y medio. El rodaje de Panquiaco duró seis semanas y una adicional en Campo Laurel, en el Pacífico en una comunidad emberá, mientras que en Portugal el rodaje se extendió por más de un mes.

'Panquiaco' y la pandemia

El largometraje fue estrenado en el Festival de Cine de Rotterdam. “Es la primera película panameña en estrenar en competición oficial en un festival de clase A, que son solo 8 en el mundo y Rotterdam es uno de los más importantes”, contextualiza Tejera.

Esta cita, donde el filme fue muy gustado se realizó a finales de enero. Tocaba el estreno en el IFF Panamá. Tejera había viajado de Francia, donde está realizando una residencia artística, a Panamá, para la ocasión. Un par de días después se declararía la cuarentena.

“Este año era full de festivales. Solo en abril eran cuatro. Muchos festivales se han cancelado y otros se han postergado. Al momento, la película será la apertura del Festival de cine del Instituto de Arte contemporáneo de Londres, estamos también a fin de mes en Canadá y estamos en espera de las fechas de otros festivales; esta pandemia ha sido muy dura para el cine. Esperemos que más adelante la película pueda viajar. En Portugal el estreno está para el mes de octubre. Tenía viajes por todo el mundo”, explica. Con el mismo interés esperan verla en Guna Yala. “Allí pasaron muchas cosas bonitas a partir de la película. Se tiene que ser consciente de que cuando uno va, va cambiar la comunidad”, añade.

Panquiaco, para Tejera es “mi primer todo. Los cortometrajes que hice los hice mientras hacía esta película, pero realmente fue casi como mi escuela de cine, donde aprendí todo”, afirma.

A lo largo de su desarrollo, el filme participó en laboratorios internacionales y recibió varios premios. “Para mí ha ido como una gran enseñanza, sobre todo de vida. En cuarentena, la gran reflexión que he tenido es cómo ser congruente con esta idea de que hay humanos en la Tierra pero también hay plantas, animales, mares; entonces, ¿cómo nos podemos relacionar de forma armónica que fue algo que aprendí en Guna Yala, esa forma de mirar más allá del humanos sino la colectividad de los eres vivos... esa enseñanza me cambió. A nivel profesional llegar a ese estreno tan grande tener una película que se mueve y tiene una narrativa tan particular, es innovador no solo para el país sino par ala región de Centroamérica y un festival como el de Rotterdam que la apoye, ha sido algo muy positivo”, asegura.

Panquiaco fue el filme de inauguración del IFF Panamá, en una edición virtual debido a la pandemia del Covid-19.

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