Cuarenta cortos en cuarentena

Actualizado
  • 31/05/2020 00:00
Creado
  • 31/05/2020 00:00
El proyecto 'Secuelas de la cuarentena' nace en Costa Rica para aglutinar a guionistas, actores, editores productores y directores de Iberoamérica. Panamá está representada por dos cineastas

La creación es una de las pocas cosas que una cuarentena, que el encierro no puede coartar. Y justamente, establecen sus organizadores, el proyecto Secuelas de la Cuarentena nace “por los deseos incontrolables de crear, sea de la manera que sea; como una vacuna contra el aburrimiento”. Un deseo que partió de un par de personas y luego se fue extendiendo... “Tienen que ser cuarenta, es una cuarentena”, dice el manifiesto, a manera de guion, que hicieron llegar a los invitados a participar. ¿En qué?, en la creación de cortos cinematográficos, de temas muy variados y que apelan a un público muy amplio. “Las temáticas, géneros e historias no tienen restricción y se busca con esto alcanzar una amplia diversidad”, explican. La iniciativa pretende “crear una plataforma para el encuentro y fusión del trabajo de guionistas, directores, actores, editores y postproductores de audio a nivel internacional”.

Filmación de 'La videollamada'

Pero, ¿cómo se puede hacer un corto en medio de una cuarentena? Cuarenta guionistas escriben cada uno un guion que sea realizable solamente con las cámaras del celular o de una computadora, con una duración de entre 1 y 15 minutos. Cuarenta directores recibirán cada uno, un guion de manera aleatoria. Para realizar el corto, deberán elegir a sus actores y trabajar con ellos de manera remota en todo momento. Veinte editores recibirán dos cortometrajes cada uno. Tendrán una semana para editar el material y veinte postproductores de sonido recibirán dos cortometrajes cada uno y tendrán una semana para trabajar la post de sonido. Participarán en estos 40 cortos, más de 100 actores, pues para cada uno de ellos se requiere de uno a tres actores, y cinco productores estarán encargados de seguir el proceso de cada uno de los cortometrajes.

“El proyecto se basa en el juego, en generar un espacio lúdico y experimental. También, en generar una plataforma de colaboración gremial que permita formar alianzas, de otra manera improbable”, dicen los organizadores.

Y es que, aunque muchas cosas han dejado de suceder, ha ocurrido todo lo contrario con los contenidos de video, que llegan instantáneamente a cualquier lugar.

Luis Romero, director de 'La Videollamada'

Se calcula que el 72% del contenido que consumimos en la actualidad es en formato video. El contenido audiovisual se ha convertido en un elemento imprescindible en toda estrategia de comunicación y mercadeo y son cada vez más las empresas que se adentran al mundo digital. Por ello, las campañas de branded content en medios audiovisuales, donde se puede llegar al usuario final de una manera amable y sin necesidad de recurrir al uso de publicidad tradicional, más intrusiva, explícita y costosa son cada vez más utilizadas, y ¿qué mejor manera de lograr un rico muestrario de la creatividad de profesionales de toda la región?

Por parte de Panamá, los cineastas Luis Romero (El último soldado) y Carolina Borrero (Historias del Canal) se han embarcado en esta innovadora iniciativa.

“Yo recibí un correo invitándome a participar, me recomendó Daniela Sagone, quien es parte del Festival Icaro de Guatemala. Me enviaron el manifiesto para que lo leyera y respondiera si aceptaba”, cuenta Luis Romero.

Alejandra Portillo en 'La Videollamada'

“El Festival Icaro estaba ayudando a coordinar con los directores que conocían, y como me interesaba me puse en contacto con el equipo de producción, me pareció interesante”, explica Borrero. “Es también un reto personal dirigir algo de esa forma y la idea de colaborar con personas que no conocía, a nivel de Iberoamérica, es algo que me pareció también muy interesante, pero principalmente lo que me movió fue el espíritu del proyecto de compartir y volcar nuestro oficio y nuestro arte en un experimento muy acorde al momento”, agrega Borrero.

“Ha sido una experiencia muy interesante”, afirma Romero. El primer reto es contar una historia a partir de las limitaciones que tiene hacer un trabajo desde video conferencias. La segunda, por supuesto, que los escenarios son realmente las casas de los actores y no hay posibilidad de ajustes escenográficos para que se adapten al guión, sino más bien la historia se tiene que adaptar a los escenarios. Por último que en un rodaje tienes un equipo de personas detrás, iluminando, decorando, maquillando, vistiendo y aquí todo se reduce a al director, el actor y en algunos casos otro personaje que apoya en lo técnico”, agrega.

'Temporada de mangos'

Romero recibió el guion de un corto llamado “La videollamada”, de un guionista chileno y le hice unas adaptaciones. Trata de una joven que planea un autorrapto, para llamar la atención de la madre que se ha convertido en una bloguera reconocida y ya no tiene tiempo para ella. El misterio del desenlace es una videollamada equivocada”, resume.

De las opciones del casting, Romero se decantó por Alejandra Portillo, Rodrigo Durán, Ana Camila Arenas y la participación especial de Rodrigo Durán Bunster. En la preproducción y el casting le acompañó Laura Pacheco. “Ha sido muy bueno trabajar con dos artistas de renombre en Costa Rica y dos actores jóvenes quienes ayudaron a sacarle provecho a las limitaciones de los personajes. Los ángulos y movimientos de cámara están muy restringidos al computador y tomas del celular en selfie para hacer las veces de videollamadas. Se aprovechó también una que otra tablet que tuvieran adicional para tomas amplias de referencia de las escenas.

A esto le seguirá la etapa de edición y postproducción.

'Temporada de mangos'

El corto de Borrero se llamaba inicialmente “Comida china”, de un guionista mexicano y tenía la oportunidad de cambiarlo completamente. Hablé con el guionista y me quedé con el espíritu que había planteado originalmente, algo en tono ligero, que hubiera una transformación en el personaje principal y con esa idea en mente, junto con los actores, creamos una historia que se llama “Temporada de mangos”, detalla Borrero. Su equipo está formado por el guionista ,Emir Urdiain, la productora Laura Pacheco y Karina Weber y Henry Duboy, quienes además de actores terminan siendo camarógrafos, luminotécnicos y vestuaristas. “Ellos son actores que trabajan improvisación, hacen sus cortos y también tienen una productora que organiza eventos. Decidí atender la recomendación que me hizo la productora de poder trabajar con actores que pudieran ir creando sobre la marcha”, comenta.

“Hay fechas estipuladas para cada una de las fases”, dice Romero. Un cronograma muy completo, que de ser necesario, como en otras ocasiones, habrá de correrse.

“La comunicación ha sido muy buena con Laura, la productora; ha estado pendiente de todos los temas, con los actores también principalmente con whatsapp creamos un grupo, hicimos todo el rodaje a través de Zoom y ellos tenían cámara, así que ellos grabaron con su cámara y yo estaba allí en una computadora como en una silla, viendo y dirigiendo la situación”, dice Borrero. “La experiencia del rodaje remoto fue divertida, siento que hay que trabajar pocas horas; es bien cansador estar frente a la pantalla, tanto tiempo seguido y para los actores también resulta intenso no solamente estar metido en el personaje, sino también haciendo cámara, asistencia, etc., pero fue una experiencia bien interesante”, asegura.

Escena de 'Temporada de mangos'

Romero indica que “he tratado de que la trama conjugue la dramaturgia y cómo el uso de la tecnología nos ha permitido estar más cerca (visualmente) en estos momentos, pero al mismo tiempo, cómo esa tecnología es ya tan parte de nuestra realidad que nos tiene inmersos en su propio universo. La vida transcurre hoy en una especie de fibra óptica entre el celular, la tablet, la laptop, el smart TV y nos ha alejado de algo tan esencia como el abrazo y el calor humano”.

“Hay que reinventarnos y experimentar juegos como este, en el que salimos de nuestra zona de confort, y del círculo de personas con el que normalmente trabajamos; es una dinámica no solo interesante para el cine, sino para otras industrias creativas, y puede ser un sacudón bueno para ver las nuevas posibilidades que tenemos. Hay que aprovecharlas como una oportunidad, y no tanto como un reto que nos detiene”, concluye Borrero

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