¿Qué pasa cuando conoces a tus héroes?

Actualizado
  • 28/06/2020 00:00
Creado
  • 28/06/2020 00:00
'Persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria', esa es la definición de héroe, pero bajo su brillante envoltura no hay más que la ordinaria piel de un ser humano, con todos sus defectos
¿Qué pasa cuando conoces a tus héroes?

No conozcas a tus héroes. ¿Por qué? Ja, ja, es muy fácil, porque debajo de la brillante envoltura que le regalan sus hazañas, se encuentra la ordinaria piel de un ser humano, con todos sus defectos.

¿Que estoy equivocado? Y, ¿si les digo que la historia de cada uno de ellos lo demuestra? Comencemos por el ambiente local.

Arnulfo Arias, el tres veces presidente de Panamá, fue un galán, un campeón electoral pero apenas subía a la silla presidencial en menos de lo que se persigna un ñato, lo derrocaban. Se fue para Cuba de manera imprudente y lo derrocaron; la segunda vez, también lo tumbaron, y la tercera, solo duró 11 días en la silla. Bueno me quedo con su frase “Hay que comer yuca con miel”. Un axioma que traduzco en que hay que consumir lo que producimos. Una verdad sabia, sin embargo sus enemigos la utilizaron en su contra como una burla al pueblo.

Arnulfo, a pesar de todo, ha sido el máximo líder democrático de la historia. Si sumamos varios fraudes que sufrió, se comprueba que la gente lo prefería en las urnas una y otra vez. En su época, la sociedad panameña experimentó olas migratorias de trabajadores canaleros. La irrupción de grupos foráneos, de negros antillanos, chinos, hindúes e italianos perturbó la composición social, y sus actuaciones desde la presidencia lo adornaron con críticas de racista.

Porras, el Belisario de Las Tablas, que a ese sí no lo tumbaba nadie. Fue militar, iba a las batallas con un paraguas, con sacos rojos que lo hacían un blanco fácil. El caudillo sabía que estaba predestinado para grandes cosas y no le hacía caso a las balas enemigas. Cuando subió al poder, transformó la ciudad con bellos monumentos. Al hospital Santo Tomás lo dotó de columnas griegas, igual que el edificio de los Archivos, y al del Laboratorio Gorgas. Ese amor por lo clásico lo trasladó a sus discursos donde se creía que estaba en Atenas , en medio de Platón y Aristóteles. Porras visitaba el interior vestido de gala, con sombrero de copa; debió sudar a chorros. “Cuando la inteligencia habla, la ignorancia calla”. Esa frase la esgrimía para imponer su presencia. Mi opinión es que la veneración de sus seguidores mareó al doctor. Bueno, gracias a Dios que con todo y eso transformó y encaminó un país. Su estatua está muy merecida.

Pero veamos que es un héroe. El diccionario nos dice: “persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor. Los hay de novelas literarias, o de películas de cine”. Pero en este artículo nos interesan los que caminan o caminaron alrededor de nosotros.

Pancho Villa el mexicano, a balazos se transformó de bandolero a héroe de la revolución mexicana. Después que abrazó la causa de la revuelta, respetó el dinero de los pueblos y en sus planes propulsó la educación y la reforma agraria. No tomaba licor y era amante de las malteadas de fresa, pero era fanático del matrimonio. Tanto así que se casó un montón de veces, sin molestarse en divorciarse antes.

Villa dormía con un ojo abierto y otro cerrado y, al final, como dicen los mexicanos, lo venadiaron. Pero terminó al fin y al cabo reconocido entre el top tres de los héroes de la revolución. Una revolución que, sacando cuentas, devoró a todos sus protagonistas.

Maradona. Cuando se ve jugando al fútbol a Maradona en el mundial del 86, sorteando a los ingleses como si fueran tallos de plátanos plantados, uno se asombra. De cómo hizo en la Serie A campeón al Nápoli, un club del sur de Italia. Diego les subrayó a los napolitanos que ellos podían ganarle a los grandes clubes del norte como el Juventus, el Milan y el Inter. Que del norte solo venían los policías y los recaudadores de impuestos. El argentino era dueño de una gran habilidad en su pierna zurda, pero su fuerza provenía de la pasión que emanaba de su corazón. Ese mismo fervor lo llevó al abismo. Al fin y al cabo, la droga y la imprudencia de confiar en la mafia local de una ciudad tan turbia como la napolitana, lo derribó. Cuando se quiso ir, le hicieron un antidopaje, y allí empezó el derrumbe de su carrera.

No había terminado de escribir esta crónica y Maradona es protagonista de un escándalo en que se ve bailando con sus nalgas al aire. Como todo lo que se refiere a él, las imágenes le dan la vuelta al mundo.

No conozcas a tus héroes te digo. Napoleón victorioso de mil batallas. Fue un personaje que luchó contra los reyes de Europa, pero llevó la muerte a muchos de los jóvenes de su época. A España la arrastró a una guerra de independencia. El emperador no contó con el orgullo hispano y vio su primera derrota en tierra. Luego invadió Rusia con un millón de hombres y de ese colosal ejército regresaron pocos. Lo derrotaron, lo exiliaron, pero se fugó, luego regresó y formó otro ejército, pero no pudo evitar ser barrido definitivamente en Waterloo, una aldea Belga. Waterloo ha venido a ser sinónimo de derrota. Los ingleses lo mandaron a una isla en el medio del Atlántico, y no contentos con eso, lo envenenaron poco a poco. Para Francia fue un héroe, pero un peligro para los otros países vecinos.

Hubo un mariscal de Francia, Gilles de Ray, que acompañó a Juana de Arco. Fue el más valiente, el más joven y apuesto. Después de ganar todos los honores en las guerras de los 100 Años contra los ingleses, se convirtió en el mayor pedófilo y asesino de la historia. Fue ajusticiado por sus atrocidades e inspiró la leyenda de Barba Azul.

Hay más héroes, Lance Armstrong, el famoso ciclista que ganó una y otra vez el Tour de Francia y año tras año evitaba el cerco del antidopaje. Hasta que por fin lo pillaron y lo despojaron de todos sus títulos y sus patrocinios. Una vergüenza mundial para un ídolo que cautivó todos los medios y a la juventud de su época. Una figura de multitudes.

Cantinflas y Charles Chaplin, ¡ah, y Trespatines! Tres genios de la comedia universal a los que sus compañeros de escenarios tildaban de no muy buenas personas y de ser egocéntricos. Bueno, pregunto yo, cuando eres un genio, ¿no estás por encima de los demás? Y entonces exiges más de los demás.

De eso mismo se le acusa recientemente a Michael Jordan, que presionaba hasta el límite a sus compañeros para que ganaran campeonatos de baloncesto con los Bull de Chicago. Lo consiguió, ganó varios seguidos en la NBA, pero su reciente documental “El último baile” ha desnudado su lado oscuro.

Trabajar al lado de genios, de héroes, cohíbe. Así dicen varios jugadores de la selección argentina a la hora de alinear junto a Messi. Virtuoso jugador de torneos de clubes, pero no ha podido regalarle a su país ningún título.

Roberto Gómez Bolaños el creador de Chespirito, el Chavo del Ocho, de los personajes de Quico, Don Ramón y la Chilindrina fue un héroe de la TV mexicana que compitió contra los personajes de Disney, y contra gigantes mundiales respaldados con inversiones millonarias como Superman y Batman. Dotó a los niños latinoamericanos de personajes que hablaban su idioma y se reían a su estilo. Pero no se puede negar que los actores que encarnaron sus personajes le dieron un toque superlativo a esos caracteres. O piensan ustedes que sin María Antonieta de las Nieves, Villagrán, Ramón Valdés hubieran sido tan exitosos.

Ahora, con los años, se comenta que en la serie había bullying de todos contra todos. Para terminar, una vez que la serie dejó de televisarse, Bolaños quiso obstaculizar que sus antiguos compañeros siguieran representando, para su beneficio, a los personajes que ayudaron a llevarlo a la cumbre. No lo consiguió en su egoísmo mayúsculo.

Ser héroe implica un gran sacrificio, y hasta ofrendar su vida en la epopeya que afrontan. Le pasó al gran Alejandro Magno, solo vivió 33 años. Conquistó el más grande imperio en Asia, y no se contentaba, siempre quería avanzar más. Ya sus soldados se cansaron y le pidieron que regresaran a disfrutar de su vasto imperio, y los ajustició. Eso fue en las puertas de la India.

Imagínese batallar desde Grecia, pasando por Egipto, hasta la India, y quería más. A Alejandro le gustaban los hombres y las mujeres, y en una borrachera mató a su mejor amigo. Así fue, no lo invento. Por eso les digo, no conozcan a sus héroes; se pueden desencantar.

¿Se cansaron de los héroes? Faltan algunos muy conocidos. Los cantantes de salsa Héctor Lavoe y Frankie Ruiz. Fueron dotados por las hadas de maravillosas voces y singulares formas de interpretación. Pero vivieron un infierno al final de sus vidas. Murieron jóvenes.

No conozcan a sus héroes, aunque quedan pocos siempre surgen algunos por aquí, por allá. Pero los mejores son a los que adorna la tragedia. Esos son los preferidos por el público. Felipe Pirela, Carlos Gardel, Julio Jaramillo, Aquiles; a cambio de terribles desenlaces vivirán por siempre.

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