Daniel Gómez Nates: 'El teatro quedará herido de muerte si el gobierno y la empresa privada no reconocen su importancia'

Actualizado
  • 18/07/2020 00:00
Creado
  • 18/07/2020 00:00
El director de teatro es enfático y hace un llamado a la acción para el sostenimiento de uno de los brazos más importantes de la cultura nacional. Está convencido de que la fórmula es el “apoyo directo y decidido por parte del Ejecutivo”

Daniel Gómez Nates lleva un largo camino transitado sobre las tablas. Como director y autor de decenas de obras, el cofundador del teatro El Ángel dice tener una visión clara de los retos para el sector tras la pandemia. Seguro de que el escenario digital no es un terreno fácil, confiesa que “hay que acostumbrar al público” y reinventar los contenidos. “Sin público, definitivamente no hay teatro”, dice. Durante una entrevista con este diario, se muestra convencido de que “hay que hacer una revolución cultural”, desde estrategias conjuntas entre el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación, “para que la cultura apoye las reformas educativas “que tanto necesita el país”. Gómez, reconocido en 2019 con la Medalla al Mérito Victoriano Lorenzo, máxima distinción que otorga la Gobernación de Panamá y ganador en los Premios Escena, confía en los compromisos del Ejecutivo en espera de que “MiCultura mantenga una comunicación permanente y directa con todas las industrias creativas”, porque llegó la hora de pasar a la segunda fase: “el rescate de los espacios para que no desaparezcan”.

Daniel, llegó la pandemia y con ello la necesidad de dar a luz nuevos proyectos, ¿cómo ves el escenario para el teatro en Panamá?

La pandemia nos agarró desprevenidos. Teníamos confeccionada una cartelera anual y contratos en todos los renglones de la producción teatral. Ante la incertidumbre esperamos, pensando que esto sería transitorio, pero al ver que el tiempo pasaba y que se agravaba la situación, mi socia y yo nos pusimos a idear nuevas formas de llegar a un público que estaba impaciente y, sobre todo, muy desconcertado y fue cuando planteamos que la mejor manera de ayudar a sobrellevar esta situación era dándole contenidos virtuales, aprovechando el auge de las plataformas tecnológicas. No es un escenario fácil, ya que hay que acostumbrar al público y reinventar los contenidos.

La crisis sanitaria ha golpeado profundamente a la industria cultural, en particular al teatro, porque es un espectáculo que depende del público y la taquilla.

Después de que pase esta crisis, nada será igual, lamentablemente. El público quedará con temor. Los efectos psicológicos serán muy serios y una industria como el teatro, que en nuestro país no tiene ayuda de nadie, será herida de muerte lamentablemente, a menos que el gobierno y lo que queda de la empresa privada se dignen a ver la importancia de la cultura en la época postcovid.

¿Qué tanto nos ayuda el teatro a comprender el poder de las relaciones colectivas?

El teatro, como una de las herramientas más efectivas de comunicación, es importante para moldear la identidad de un país. Es un arte que bien utilizado, puede sanar heridas, alegrar tristezas, traer esperanzas. Defiendo un teatro más nacional, con temas nuestros, siempre en positivo. Entre más sencillo sea el tema, entre más cerca de nuestra realidad ideológica esté, el público se identificará mucho más rápido y podremos fidelizar con un sentimiento de agradecimiento por haber llevado alegría a sus casas.

El teatro es un arte vivo. ¿Cómo puede fluir la creatividad cuando no se tiene desde las tablas, la energía del público en cuerpo presente?

Sin público, definitivamente no hay teatro. Por eso aclaramos siempre que lo que estamos presentando con contenidos virtuales es temporal, siempre apelando a que al público no se le olvide lo que realmente es el teatro, un arte vivo, que no podrá ser reemplazado por ninguna propuesta tecnológica. Sin embargo, el artista debe tener capacidad de adaptación; podemos hacer teatro en un salón, en un parque, en un garaje, en un teatro convencional, pero siempre conociendo a nuestro público y no anteponiendo nuestros gustos estéticos. Al público no se le impone, al público se le ofrece y él decide aceptar tu producto o no. Eso sí, trabajamos con estándares de calidad (contratación de elenco profesional, ensayos, revisión de textos, producción), para que el público se sienta contento con lo que le estamos ofreciendo.

¿Cómo crees que se debería motivar a la comunidad educativa a participar en actividades teatrales y fomentar las relaciones prosociales?

Hay que hacer una revolución educativa en este país. Es una deuda de todos los gobiernos. Donde la cultura, además de la ciencia, juegue un rol fundamental en la educación de nuestra población. El nuevo Ministerio de Cultura, en lugar de pensar en gastar remodelando el edificio que lo alberga, podría invertir esos recursos en ampliar las escuelas de arte, becar a jóvenes con talento, abrir los teatros para producciones concertadas. dejar a un lado la cultura de 'élite' y de los pseudo intelectuales que solo hablan y teorizan, pero en la práctica se quedan cortos. En definitiva, hacer una revolución cultural en todos los ámbitos, para que se tome en cuenta a la gente, a los grupos, a los movimientos que hacen cultura de una forma espontánea y que tienen validez. Deben trabajar tanto el Ministerio de Cultura como el Ministerio de Educación de la mano, para que la cultura apoye la revolución educativa que tanto necesita este país.

¿Hay una fórmula para que las industrias culturales resurjan tras el confinamiento?

La única que veo es apoyo directo y decidido por parte del gobierno. El Presidente de la República es un hombre que cree en la cultura. Lamentablemente ha caído esta desgracia que nadie esperaba. Pero una vez acabe todo, ojalá mire al sector y retome los planes de reactivación, sin olvidarse de nosotros. Pero esa reactivación no puede ser tibia. Tiene que ser frontal. Es verdad, todos necesitamos, pero yo defenderé mi sector, para que no muera, ya que nos costó mucho levantarnos, y ahora necesitamos apoyo.

El teatro ha sido históricamente un mecanismo de comunicación, de denuncia, entretenimiento, y una herramienta para combatir el caos, ¿de qué manera consideras que está aportando este sector, al país?

El objetivo principal del teatro siempre ha sido entretener, y luego podemos utilizarlo como herramienta didáctica. Es un arte que cohesiona a los pueblos, y enaltece sus rasgos sociológicos. Lo que estamos haciendo ahora en tiempos de pandemia es decirle a ese público que aquí estamos, juntos en esta batalla; que estamos con ellos, en sus sufrimientos y en sus angustias. Por eso es importante enviar mensajes positivos. Por otra parte, no podemos olvidar a los niños, que son los que más están sufriendo; a ellos hay que darles cultura, diversión y apoyarlos para que no dejen de soñar, para que usen su creatividad y para que sigan siendo niños.

¿Cuál será el impacto final de la pandemia en la economía naranja?

Esto es algo que todavía nadie puede medir. Lo que sí te puedo decir es que, volver a una normalidad donde haya esperanza, será un trabajo de todos los sectores. Esto hay que verlo como una batalla que estamos librando, y si estudiamos la historia de los pueblos que han enfrentado guerras, vemos que han salido de ellas con total espíritu de confianza y diálogo, de igualdad y de respeto. Nuestro país necesita de todos sus hijos y de todos los artistas para volver a pintar este mundo de colores. Ojalá el ministro de Cultura mantenga una comunicación permanente y directa con todas las industrias creativas. Si lo hace, pasará a la historia como un gran ministro y como el funcionario que luchó hombro a hombro con el sector cultural.

¿Cuentan los teatristas con algún plan para retomar las salas luego de la pandemia?

Ya tenemos desarrollados nuestros marcos sanitarios y los enviamos al Ministerio de Salud para que fueran evaluados y nos hicieran las recomendaciones respectivas. También al Ministro de Cultura. Estamos en contacto con movimientos teatrales de otros países para intercambiar ideas y experiencias, y así, salir de una forma digna de esta pandemia.

¿Cómo llevar el impacto de la dramaturgia, la representación, el vestuario, la escenografía y demás elementos vinculados a la creación teatral para comunicarse con el público, a la escena digital?

Toda la producción virtual conlleva un esfuerzo, aunque sea mínimo. Tratamos de que las obras estén bien vestidas, con ambientes novedosos, y sobre todo con textos positivos.

Dueños de teatros y miembros de la Asociación de Teatristas de Panamá han sostenido encuentros con MiCultura para evaluar la situación del sector. ¿Crees que el brazo ejecutor del gobierno ha hecho lo suficiente para diseñar estrategias que mitiguen el impacto de la crisis y evitar el cierre definitivo de los teatros?

Creo que se puede hacer más. Tengo que reconocer que el presupuesto se está invirtiendo en abordar todo lo referente a la salud. Pero como ya lo dije, la comunicación directa del ministro con nuestro gremio, sería fundamental. No somos enemigos; debemos mirarnos como aliados. Se están haciendo esfuerzos, sí, pero necesitamos más respuestas concretas y apoyo de presupuesto, además de diálogo permanente y comunicación asertiva. Creo que nuestras demandas fueron mal interpretadas por el ministro en un primer término, pero ya hay cosas que se han ido aclarando y la comunicación está siendo mucho más fluida. Ya el ministerio ha girado instrucciones para lograr aportes para la grabación de obras teatrales que luego serán retransmitidas por SerTv. También se ayudó a muchos artistas sin empleo con el bono solidario, gracias a la gestión del Ministerio de Cultura. Creo que son acciones que hay que resaltar. Ahora debemos pasar a la segunda fase: el rescate de los espacios para que no desaparezcan. Y esto es posible con un aporte económico del gobierno que nosotros retribuiríamos brindando nuestras producciones para las actividades del ministerio. Tenemos deudas con los dueños de locales y no sabemos todavía cuántas de nuestras salas podrán abrir después de la covid-19.

'Qué descarado mi empleado', un proyecto al que diste vida, junto al resto del equipo. ¿Cómo se desarrolló y cuál fue la acogida?

Es un contenido virtual que ideé tomando en cuenta que la gente quiere principalmente reír. Escribí el texto para Dayra Torres y Luis Gustavo Macías, siempre en un tono de picardía, sin pasar a lo vulgar. Fue grabada para experimentar y tener una idea más clara de lo que el público prefiere. Como verás, siempre estamos pensando en el público. La aceptación ha sido fantástica. Más de 320 personas en tres funciones y el apoyo en redes no se hizo esperar. Para este fin de semana estaremos estrenando vía Zoom, la comedia 'Escándalos del Palacio de las Garzas'.

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