Julio César Aizprúa: 'La pintura me ha acompañado siempre'

Actualizado
  • 20/09/2020 00:00
Creado
  • 20/09/2020 00:00
Chitreano de nacimiento, Aizprúa se dedicó al periodismo y la caricatura, pero admite, nunca dejó de pintar. Sus obras ya viajan a mercados como Nueva York, Guatemala, República Dominicana y El Salvador
Julio César Aizprúa: 'La pintura me ha acompañado siempre'

Con los pinceles, Julio César Aizprúa evoca sus recuerdos. Sus cuadros en acrílico y óleo plasman imágenes influenciadas por su caminar en los pueblos de las provincias centrales.

Aizprúa nació en Chitré, se crió al calor de los abuelos en Parita y estudió en Penonomé; tres poblaciones con un intenso sabor de la sociedad colonial. Recorrió senderos en los que vio al campesino laborando, a los zambitos traviesos jugando y saltando y disfrutó de fiestas populares que lo marcaron para siempre.

“Desde muy joven me atrajo el dibujo. Siempre andaba pintorreteando y las clases de artística eran mis preferidas, pero como muchos jóvenes interioranos, asistir a los centros de aprendizaje de arte ubicados en aquellos años en Santiago de Veraguas y en la ciudad de Panamá eran metas inalcanzables”, relata.

Julio César Aizprúa: 'La pintura me ha acompañado siempre'

Como pintor incursiona en la técnica del óleo. Nos dice que le gusta su elasticidad. Y también la brillantez del acrílico.

Pinta cuadros en formatos pequeños y medianos, y se ha ganado un puesto en exposiciones colectivas. Sus obras ya viajan a mercados como Nueva York, Guatemala, República Dominicana y El Salvador, y lo hace por encargo o por inspiración libre.

En su etapa de estudios superiores, Julio logra en la Universidad de Panamá desarrollar sus habilidades. Pero no fue fácil. Se desilusiona con la carrera de publicidad, y dando un viraje al timón del barco de su vida, estudia periodismo.

Julio César Aizprúa: 'La pintura me ha acompañado siempre'

“En la Universidad de Panamá, como un gran imán educativo, encuentro lugar y me convierto en el caricaturista del semanario Campus. Allí me convenzo de que me gusta crear imágenes y que ellas cuenten historias”, comenta.

Después de treinta años de labores periodísticas donde logra cimentar una fama polivalente en secciones económicas, nacionales, internacionales y en el arte de la caricatura, nos dice que no es que haya cambiado los colores por la pluma. Y suelta una frase lapidaria: “La pintura me ha acompañado siempre”.

Sobre el tema de la evolución de un artista, Julio comenta que el formato pequeño representa un reto para demostrar la capacidad de síntesis de ese reportero que en él todavía habita y que siempre resume y dice mucho. No obstante, ahora busca incursionar en formatos más grandes para comunicar más con esas ideas que bullen en su mente.

Julio César Aizprúa: 'La pintura me ha acompañado siempre'

En nuestra conversación para realizar esta nota, le comento que he acompañado a otros artistas que se decidieron dar el paso a formatos grandes. Y noté que no fue fácil. Superaron temores y el cambiar supuso un gran reto.

Sobre las inclinaciones artísticas de Julio César Aizprúa encontramos que mediante el color logra traer esa nostalgia de campo que habita en quienes en el interior del país dieron sus primeros pasos rodeados de verdes montañas, de las que brotan las corrientes de los ríos.

En la provincia de Herrera, región donde nació este artista, se desarrolló desde tiempos ancestrales la pintura para embellecer piezas de alfarería, por lo que se puede asegurar que el arte de plasmar imágenes es propio de su entorno.

“La cuarentena provocada por la pandemia ha sido un reto. A falta de materiales me ha tocado pintar en cualquier superficie. He pintado utilizando como soporte insectos disecados y hasta congos de avispas. Sigo creando en cuanto material llegue a mis manos, además de participar en exposiciones virtuales”, señala Aizprúa.

Avanzar , cambiar, retroceder, volver al camino, son pasos de un artista que nos demuestra al pintar el dorso de un campesino a caballo avanzando por un sendero sin rumbo, a una indígena guna con su colorido atuendo, o a un jovencito listo para enfrentar al torito guapo en una fiesta pueblerina, que le gustan los colores de las aves, de las flores y de rostros soñadores que se atreven a mirar al mundo.

Todas las formas y colores de estos elementos que han revoloteado por años alrededor del periodista-pintor, ahora surgen y quedan plasmados en sus cuadros.

Es entonces que aparece Julio César Aizprúa, un pintor panameño que quiere mostrarnos su arte.

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