Seguridad en el mar para pescadores deportivos y artesanales

Actualizado
  • 23/10/2020 11:16
Creado
  • 23/10/2020 11:16
Sin rastros de naufragios, elementos flotantes, comunicaciones de radio VHF de frecuencia marina, 'Los Albertos' y sus cinco jóvenes, sigue en el misterio de lo que realmente sucedió aquel sábado

Hoy quiero referirme brevemente a la difícil situación por la cual atraviesan cinco familias colonenses ante la desaparición de miembros de su familia que con la intención de desarrollar pesca deportiva no retornaron a puerto seguro por causas que aún se desconocen y que no ha sido posible determinar en los ya tantos sobrevuelos realizados por el Servicio Aéreo Nacional, aeronaves privadas y la colaboración de particulares y asistencia de los hermanos de las repúblicas de Colombia y Costa Rica.

Sin rastros de naufragios, elementos flotantes, comunicaciones de radio VHF de frecuencia marina, 'Los Albertos' y sus cinco jóvenes entre ellos panameños y colombianos, sigue en el misterio de lo que realmente sucedió aquel sábado de esparcimiento y diversión que hoy revirtió en angustia, desesperación y profundo dolor de sus familiares y amigos que solo encuentran en la esperanza el consuelo de encontrarlos con vida.

Como pescador deportivo de al menos 40 años de experiencia, gran parte de ello en embarcaciones a motor y como autor de varios escritos sobre el tema y de la seguridad en el mar, puedo con conocimiento de causa expresar que el sistema de embarque para embarcaciones pequeñas a motor de actividad deportiva y artesanal adolecen de controles de navegación que no son considerados como complementos en los registros de zarpe a través de rampas públicas y que son autorizadas por las autoridades con competencia en la navegación en aguas panameñas.

En este sentido doy el ejemplo del tema en referencia que considero indispensable adicionar entre los parámetros que son anotados previos a la salida de una embarcación, al menos en la Rampa Pública de Diablo, de la cual soy usuario como pescador deportivo.

El procedimiento considera presentarse en la ventanilla del Hangar de la Fuerza Pública, contiguo a la Rampa Pública, donde debe presentarse la documentación respectiva que avala la idoneidad del Capitán de la embarcación y la tripulación que le acompañara, siendo estos documentos:

Licencia de Operador de Fuera de Borda o Yate de Placer

Permiso de Navegación

Cédula de Identidad Personal de cada miembro de la tripulación.

Anotados estos datos, se permite el desembarco.

Hace muchísimos años y así lo pude percibir en el Club de Yates y Pesca y por un tiempo se hizo en la Rampa Pública de Diablo, el procedimiento de registro de salida de toda embarcación a motor desde esas instalaciones, y donde no se había implementado aún los precitados controles establecidos en la pasada administración por la Autoridad Marítima de Panamá y su Unidad de Gente de Mar, las autoridades de policía levantaban un registro mucho más completo y seguro para los navegantes, donde no solo se tomaban los datos del Capitán de la embarcación y de la tripulación, sino que se anotaba en un formulario bien constituido otros elementos que frente a una contingencia en mar abierto pudiese ayudar a las autoridades navales a coadyuvar en la búsqueda de naufragios y embarcaciones a la deriva por daños mecánicos.

En el registro se anotaba:

Nombre de la embarcación

Nombre y Cédula de Identidad Personal del Capitán u operador

Nombres y Cédula de Identidad Personal de la tripulación

Hora de salida

Día de retorno

Hora estimada de llegada

Ruta de pesca ( a la que no puede variar en alta mar)

Estos datos podían ayudar a las autoridades a levantar una alerta de búsqueda y rescate en caso de que horas después de transcurrido el tiempo y día comunicado la embarcación no retornara conforme lo enunciado en la Bitácora.

Hoy no es así, simplemente se autoriza la salida pero nadie en tierra, salvo los familiares, están atento del regreso de sus seres queridos. No existe entonces por parte de las autoridades que controlan los zarpes de embarcaciones pequeñas artesanales y de placer controles de retorno, pues a ningún operador de bote o lancha se le exige que regrese a la ventanilla donde registro su salida para anotar su regreso el día y hora indicada.

La importancia de anotar estos otros parámetros resulta necesario frente a una situación de emergencia en alta mar, toda vez que al cierre de la rampa y en una revisión de la Bitácora de embarcaciones que no retornaron conforme se anotaron, permitirá iniciar la búsqueda en las rutas de navegación señaladas, pudiendo determinar con el satélite cual era para ese día la velocidad y orientación del viento y las corrientes marinas para seguir el curso que debió tomar la embarcación de haber presentado daños mecánicos.

Estaba totalmente prohibido cambiar las rutas reportadas en puerto, es decir, si se indicó Boya EL, Boya ML, Taboguilla, Taboga, Rampa Pública de Diablo, hora de retorno 3:OO p.m, no se podía decidir a antojo de la tripulación dirigirse hacia el Archipiélago u otra posición distinta como Chame, Otoque, etc., pues ello distorsionaría el plan de búsqueda y rescate frente a una contingencia basado como indiqué en las corrientes marinas y orientación del viento para esa fecha.

Hoy en día, se cuenta con radios de comunicación VHF (banda marina), muchas repetidoras, celulares, equipos electrónicos del tipo Sonar que permite o agrega el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) que indica las coordenadas de ubicación, como facilidades para reportar situaciones en alta mar o bien para mantenerse comunicado con tierra y con otras embarcaciones cercanas o bien distantes. No obstante muchas de ellas podrán no contar con radios de comunicación, pero generalmente si con celulares pero desconocen los números de estaciones bases de la Aeronaval, ACP, policía de Diablo, entre otras, donde puedan efectuar un llamado de emergencia de ser el caso.

Navegar en el mar es una aventura que no es 100 % segura por más cuidados que se tenga y un mantenimiento exhausto, siempre será impredecible el que pueda sobrevenir un evento adverso, como el cambio del clima, oleaje inesperado, falla del motor, etc., por tanto el Capitán responsable de su tripulación y quien toma las decisiones sin presión de grupo, tendrá que estar prevenido y no sobreestimar o confiar plenamente en sus destrezas de navegante o del estado de todo el equipo, así como al mar el cual hay que respetarlo y mostrarse humilde ante él.

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