1821: Villarán, prócer panameño del Perú

Actualizado
  • 26/10/2021 00:00
Creado
  • 26/10/2021 00:00
Panameños y peruanos comparten la grata coincidencia del bicentenario de sus independencias de España

“No me es posible expresar el sentimiento de gozo y admiración que he experimentado al saber que Panamá, el centro del Universo, es segregado por sí mismo, y libre por su propia virtud. El acta de independencia de Panamá es el documento más glorioso que puede ofrecer a la historia ninguna provincia americana” (Simón Bolívar, 1° de febrero de 1822).

Panameños y peruanos comparten la grata coincidencia del bicentenario de sus independencias de España. Recientemente, como parte de estas efemérides, se recordó a los firmantes del acta de independencia peruana, destacando entre ellos el panameño Manuel de Jesús Villarán y Barrena, abogado, decano del Colegio de Abogados de Lima, participante en la proclamación y jura del 28 de julio de 1821. Villarán había nacido en la ciudad de Panamá el 31 de octubre de 1762, profesional honesto, fue el primer presidente de la Corte Superior de Lima que reemplazó a la Real Audiencia, luego designado vocal de la Corte Suprema e integró la primera comisión encargada del proyecto de los códigos Civil y Penal (Gamio Palacio, 1970). Amigo personal del médico y prócer peruano Hipólito Unanue, gestor del “Mercurio Peruano”. Villarán fue un difusor de este periódico de ideas emancipadoras que enviaba a sus hermanos Joaquín Esteban y Miguel Ángel, ambos eclesiásticos en el istmo. Bolívar lo condecoró con una medalla al mérito. Murió en 1856 a los 94 años de edad en la tierra de los incas.

Su biógrafo, el investigador Fernando Gamio, señala que “[...] en 1804 se casó con [la limeña] Manuela Isabel Gonzáles Castro, y tuvo en su matrimonio cinco hijas que se casaron, y tres hijos: Manuel Vicente que fue fiscal titular de la Corte de Lima, Matías que fue abogado de libre ejercicio y Federico que se dedicó al comercio”.

La identidad de los ciudadanos de ambas naciones con las causas libertarias no se agota en los campos de batalla de Junín y Ayacucho (1824) ni en los tribunales, la contribución panameña también se evidencia en la enseñanza y en la formación de la juventud universitaria peruana y sudamericana. El investigador Susto Lara (1970) luego de una exhaustiva indagación en el Archivo General de Indias de Sevilla revela –en un esfuerzo que fue saludado por el prestigioso historiador Ernesto Castillero hace 50 años– los nombres de los hijos del istmo que destacaron en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima: don Alonso de Coronado y Ulloa que alcanzó la posición de rector (1645), los catedráticos don Francisco Flores Lascuraín (1741), don Antonio de la Cueva (1766), don Isidro de Arroya (1769) y don Sebastián López Ruiz (1776) que llegó a Protomédico del Cuzco. Todos ellos egresados de las aulas de San Marcos donde adquirirían los títulos académicos de bachiller, licenciado y doctor. Su docencia inspiró a cientos de estudiantes del virreinato como a José Joaquín de Olmedo, prohombre de Guayaquil.

La Iglesia contribuyó también a afirmar esos lazos afectivos entre peruanos y panameños al encomendar varias importantes diócesis peruanas a sacerdotes istmeños. Destacan, a partir de 1753, el obispo de Trujillo Francisco Javier de Luna Victoria y Castro –fundador de la primera universidad del istmo–; el obispo de Ayacucho José Luis de Lila (1764-1768) cuyo sucesor fue otro panameño, el obispo Manuel Moreno y Ollo (1770-1780); el obispo del Cuzco Agustín de Gorrichátegui (1769-1776); y el obispo de Trujillo José Andrés de Achurra y Núñes de Arco (1792-1793).

La causa patriota panameña de 1821 también inspiró a protagonistas peruanos. En el acta de independencia del istmo del 28 de noviembre figuran los nombres de tres de ellos. La firma del obispo José Higinio Durán es la segunda del documento, la de don Antonio Planas –natural del Rímac– es la vigésima primera y la del limeño don Antonio Escobar, la vigésima octava (E. Castillero, 1970).

El historiador peruano García Rosell (1970) dijo de Villarán que en él “[...] resumíanse las nobles virtudes de los fundadores de la independencia nacional, de [quienes] todo lo dieron por la patria, que lucharon con tesón y hombría [...]” en los campos de la creación jurídica. Se finaliza esta nota con la opinión de Ernesto Castillero sobre el preclaro panameño firmante del acta de independencia del Perú “[...] el Dr. Manuel Villarán y Barrena con su actuación oportuna y decidida supo honrar el nombre del terruño de nacimiento, Panamá, en la patria adoptiva [...]” asociando su nombre al de los patricios patriotas para hacer del Perú una tierra emancipada y soberana.

Embajador de Perú en Panamá
Lo Nuevo
comments powered by Disqus