'Es definitivo que hay una deficiencia en los aprendizajes', dice Moreno

Actualizado
  • 02/04/2022 00:00
Creado
  • 02/04/2022 00:00
Vadim Moreno, de Servicios Psicoeducativos del Meduca, reconoce carencias en el proceso de enseñanza/aprendizaje. Propone “cierta autonomía del estudiante” en comprensión lectora, área en la que Panamá obtiene bajos resultados a nivel regional. En cuanto a la pérdida de aprendizaje, aquí presentamos un panorama de la situación y la ruta a seguir
A partir de los logros promedio de la región, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Perú y Uruguay obtuvieron resultados alentadores en la prueba ERCE 2019.

1 de marzo de 2021. Bertha Batista G. se siente preocupada porque su hija empieza clases en el primer grado de primaria bajo la modalidad educativa a distancia o virtual. “Me preguntaba una y otra vez cómo la maestra le enseñaría a leer, principalmente. Mi mayor preocupación era la lectura y luego las matemáticas, materias o aspectos que considero necesitan una atención especial”, señala Batista.

A kilómetros de distancia se encontraba la madre de Carlos, quien prefirió no dar su nombre. Su situación y preocupaciones eran las mismas de Batista.

Uno de los objetivos, a largo plazo, es construir sistemas educativos que sean más inclusivos, efectivos y resilientes.

Un año después, la hija de Batista domina, a su nivel, la lectura, mientras que Carlos tiene “serias deficiencias”, dice su madre. “Él no sabe leer, aún no reconoce muchas letras básicas, indica”.

¿Cuál es el impacto de la pandemia en la educación panameña y en América Latina y el Caribe? ¿Cuál es el panorama en cuanto a la calidad del aprendizaje?

La calidad de la educación debe ir íntimamente ligada a la equidad, asegura Migdalia Bustamante, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UP.

De acuerdo con un informe del Banco Mundial, “a raíz de la pandemia de covid-19, la región atraviesa en la actualidad por una crisis educativa sin precedentes que requiere actuar ya para mitigar e incluso revertir sus efectos”.

El informe “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de covid-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe (ALC)” anota que “la 'pobreza de aprendizaje', definida como el porcentaje de niños de 10 años incapaces de leer y comprender un relato simple, podría haber crecido de 51% a 62,5%. Esto podría equivaler a 7,6 millones adicionales de niños en educación primaria 'pobres de aprendizaje' en la región”.

A raíz de la pandemia de covid-19, la región de América Latina y el Caribe atraviesa por una crisis educativa sin precedentes

En Panamá, según la Unesco, en cuanto a la calidad educativa, cinco de cada diez niños en tercer grado no logran el nivel mínimo en lectura y esta cifra aumenta a casi nueve de cada diez en las comarcas (pruebas Crecer 2017). “A mi juicio, la pandemia contribuyó a que estos números vayan de manera negativa en nuestro sistema, pero todavía es muy temprano para hacer una evaluación y nosotros nos basamos mucho en estadísticas y datos”, expone Vadim Moreno, subdirector nacional de Servicios Psicoeducativos del Ministerio de Educación de Panamá (Meduca).

Antes de la pandemia “reconocemos que había vulnerabilidades y más que nada en áreas de difícil acceso... pero sí es definitivo que hay una deficiencia de antes de la pandemia en los aprendizajes...”, dice Moreno.

A principios de 2020, los países de ALC ya enfrentaban serios desafíos educativos.

A principios de 2020, los países de ALC ya enfrentaban serios desafíos educativos, resultando en bajos niveles de aprendizaje. De hecho, si bien la matrícula aumentó durante las últimas décadas y los resultados de aprendizaje seguían una tendencia positiva, aunque lenta, se estima que 51% de los niños no podía leer y entender un texto simple a los 10 años, según los últimos datos disponibles, tal como describe el informe del Banco Mundial.

Tras la pandemia, estos retos se acentuaron. “Definitivamente que sí hubo pérdidas en el aprendizaje, primero porque esta situación era inédita, no había plataformas específicas para empezar a dar los aprendizajes de manera virtual, todo eso se fue implementando, y por supuesto que hubo pérdida de aprendizaje, por eso es que nosotros denominamos este año recuperación de aprendizaje”, dice Moreno. Explica que “todavía no se puede hacer una evaluación y determinar qué tanta pérdida hubo o cuál fue el impacto en realidad de la pandemia en cuanto a la pérdida de aprendizaje”.

Tras la pandemia, los retos en educación se acentuaron.

“Esto es muy individual, quizás en niveles primarios, en educación inicial podría decir que el impacto pudo haber sido mayor porque es mucho más difícil brindar aprendizaje a un niño de cinco o seis años de edad por medio de la virtualidad, allí quizá vamos a tener que redoblar esfuerzos para poder recuperar aprendizaje”, detalla Moreno. “No se puede negar, la educación en la virtualidad tiene un impacto en el aprendizaje”, reitera.

Migdalia Bustamante, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá (UP), en el tema de aprendizaje a distancia considera “que si a un estudiante le gustaba la presencialidad le costó un poco más, pero no había una baja de la calidad 100% si el profesor y padre de familia lo apoyaban”. “Hay que ver qué entendemos por calidad de la educación. Definitivamente que calidad debe ir íntimamente ligada a la equidad, porque si no tienes los recursos o no tienen quien les enseñe, aunque tenga los mejores equipos, no los va a poder usar, necesitan de alguien que los apoye”, dice.

¿Se recuperan los contenidos no aprendidos sin afectar la nueva enseñanza? “Tiene que haber un momento de nivelación”, dice Moreno.

“Lo que estamos haciendo en estos primeros meses es reconocer ¿dónde están los estudiantes? , ¿qué nivel de aprendizaje tienen? , ¿qué aprendizaje tuvieron en estos dos años? Basándonos en esto, tenemos que crear un esquema para que ellos vayan recuperando lo que nosotros reconocemos que han perdido y entonces ir a la vez agregando nuevo contenido basado en su nivel, dependiendo del área y grado”, manifiesta. “Un ejemplo”, continúa Moreno, “un niño de primero ya debe leer, pero un niño de segundo debe leer y saber comprender, puede ser que en esta pandemia se le enseñó a leer, pero tiene que haber comprensión del aprendizaje; esas son las cosas que nosotros todavía no podemos medir para conocer el impacto de la pandemia, diría que tomaría por lo menos el primer trimestre, para luego empezar a hacer las evaluaciones y ver qué medidas vamos a tomar”.

Héctor Lorenzo, profesor de matemáticas, expresa que la pérdida y la recuperación de aprendizaje no se pueden evaluar de manera general “pues esto depende de cada individuo. Puede que a tres o cuatro estudiantes la virtualidad o educación a distancia no les afectó, a otro grupo le afectó poco, sin embargo, unos cinco estudiantes aprendieron muy por debajo de lo esperado”.

“Sí, creo que se puede recuperar el aprendizaje perdido, pero es un trabajo de toda la comunidad educativa, no solo de los docentes”, reflexiona.

Moreno añade que ya se estableció la ruta de nivelación. “En la pandemia se creó lo que se llama aprendizaje acelerado, que es ir nivelando el año, para los estudiantes que perdieron el año por conectividad o por otro tipo de situación basada en la pandemia. Este sistema no es nuestro, ha sido comprobado en otras latitudes y nosotros lo hemos implementado en el país y ha tenido resultados positivos; hemos tratado de que el chico no pierda el año o no deserte”, afirma.

Perspectiva general. Panamá, por debajo del promedio regional

El Grupo Banco Mundial anota en el informe “Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de covid-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe”  que el promedio de “pobreza de aprendizaje” en ALC esconde importantes diferencias entre países”.

“Según los resultados del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, en inglés), los alumnos de 15 años de edad de ALC estaban tres años por detrás que los estudiantes de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el desempeño en matemáticas, lectura y ciencias. Entre 2000 y 2018, solo se observó una tendencia positiva de largo plazo en tres países de ALC (Perú, Chile y Colombia)”, reseña el informe.

Otros relevantes hallazgos se resumen en el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019) dado a conocer por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Orealc/Unesco Santiago).

A partir de los logros promedio de la región, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Perú y Uruguay obtuvieron resultados alentadores, mientras que El Salvador, Honduras y Nicaragua, una calificación media, y Argentina, Guatemala, Paraguay, República Dominicana y Panamá estuvieron por debajo del promedio regional.

El informe resume que, en Panamá, los resultados obtenidos en lectura, matemática y ciencias son menores al promedio de la región. El organismo internacional alerta, además, sobre la disminución de los aprendizajes en algunas áreas evaluadas respecto al estudio anterior, el TERCE 2013.

“Panamá tiene el desafío de incrementar sus niveles de aprendizaje en lectura, matemáticas y ciencias”, señala el documento.

De igual manera, Argentina muestra resultados más bajos que el promedio de la región en cuatro de las cinco pruebas de 2019, a excepción de lectura en tercer grado, donde alcanzó resultados similares. Además, disminuyó sus resultados en todas las pruebas respecto de la medición anterior en 2013.

Se suma a Argentina y Panamá, Guatemala, que también tuvo una disminución en sus logros de aprendizaje respecto del estudio anterior, el TERCE 2013 y, además, al compararse con el resto de los países de la región, se situó por debajo del promedio regional en todas las áreas evaluadas.

En el caso de República Dominicana, el país “presenta mejoras en todas las áreas evaluadas, tanto en tercer como sexto grado, respecto del anterior estudio, principalmente en matemática en tercer grado. Sin embargo, los resultados alcanzados continúan por debajo del promedio de la región y el país mantiene una alta proporción de estudiantes en el nivel más bajo de desempeño”.

Paraguay mejora sus resultados en lectura y matemáticas, en tercer grado, y en ciencias en sexto grado, comparando con la medición anterior. Sin embargo, al igual que los países antes citados, sus resultados están por debajo del promedio regional en todas las pruebas aplicadas. “Adicionalmente, el estudio mostró una diferencia de género a favor de las niñas, quienes obtuvieron mejores resultados en lectura y ciencias”, indica el informe. En Paraguay participaron en el estudio un total de 9.805 niños (4.956 de tercer grado y 4.849 de sexto grado).

El estudio revela que El Salvador obtiene resultados que se sitúan en el promedio regional en lectura y ciencias, en tanto los resultados en matemáticas están significativamente bajos, según el promedio de la región.

En la región, uno de los países que obtuvo una buena calificación es Brasil, que “mejoró sus logros de aprendizaje de manera importante. Si se comparan con los resultados obtenidos en la evaluación anterior, sus puntajes aumentaron entre 13 y 36 puntos. Además, el país se sitúa por sobre el promedio de la región en todas las asignaturas evaluadas”.

Costa Rica es uno de los países que lideran los resultados del estudio ERCE 2019 en América Latina y el Caribe, en todas las áreas y grados evaluados.

Los resultados obtenidos sitúan a Colombia por sobre la media regional en cuatro de las cinco áreas evaluadas. Sin embargo, no se detectaron mayores avances entre 2013 y 2019, a excepción de matemáticas 3º grado. El país mantiene resultados ligeramente superiores al promedio regional en materia de aprendizajes fundamentales. “En el caso de los estudiantes de tercer grado, el informe reveló un avance significativo en matemática comparado con los resultados del ciclo anterior a este estudio. Sin embargo, en las otras áreas evaluadas no se evidenciaron mayores diferencias. Esto, con la excepción de ciencias, donde los estudiantes obtuvieron resultados significativamente más bajos que los obtenidos en 2013. El ERCE 2019 develó, además, la existencia de diferencias de género a favor de las niñas en lectura en ambos grados”, resume el informe.

Cuba presenta resultados que se sitúan sobre la media regional en lectura y matemática en tercer grado, y en lectura y ciencias en sexto grado, mientras que en matemática sus logros son similares al promedio regional.

El estudio ERCE 2019 dio cuenta de que Ecuador alcanza resultados más altos que el promedio regional en matemática, en todos los niveles evaluados, y en ciencias, en séptimo grado, mientras que Honduras obtuvo resultados en matemática similares al promedio de la región. No obstante, en lectura en tercer grado, se evidencia una baja significativa respecto de la última evaluación de 2013.

México obtuvo resultados más altos que el promedio regional en las pruebas del estudio ERCE 2019 en todas las áreas evaluadas.

El Estudio Regional Comparativo y Explicativo reveló mejoras en los resultados de matemáticas y una disminución en los resultados de lectura en la evaluación de aprendizaje de Nicaragua.

Perú mejora sus resultados de manera importante y se sitúa sustantivamente sobre la media de la región en todas las áreas evaluadas. Además, disminuye la proporción de sus estudiantes en el nivel más bajo de desempeño y aumenta el porcentaje de estudiantes que alcanzan los niveles más altos.

Uruguay alcanzó resultados más altos que el promedio regional en las pruebas del ERCE 2019 en todas las evaluaciones.

Para realizar el informe se hicieron pruebas en el año 2019 y se evaluaron las áreas curriculares de lectura, escritura y matemática. En sexto grado se midió, además, el área de ciencias.

Ante los bajos resultados de Panamá y las carencias en comprensión lectora y análisis matemáticos, Moreno asegura que “se debe empezar a analizar, que se necesita que haya una cultura de lectura y comprensión”.

“El sistema de aprendizaje”, agrega Moreno, “te va llevando ahora a que haya una cierta autonomía del estudiante, no que sea el docente el que promueva únicamente los aprendizajes, sino que el mismo niño vaya buscando esa comprensión lectora, guiado y acompañado por el docente, pero también los textos deben ser de interés para el niño, eso hace que haya una comprensión lectora”.

Para el Banco Mundial uno de los objetivos, a largo plazo, es construir sistemas educativos que sean más inclusivos, efectivos y resilientes.

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