Gladys Sevillano: 'Para crear en vidrio debes estar enamorado de este arte'

Actualizado
  • 27/04/2022 00:00
Creado
  • 27/04/2022 00:00
Conversamos con los artistas del taller Quimera, quienes obtuvieron los tres primeros puestos dentro de la V Bienal de Arte Contemporáneo de Argentina, en la materia de vidrio
Los ganadores del taller Quimera: Gladys Sevillano (izq.), Armando Granja (cent.), y María Isabel Pino.

El arte se caracteriza por ser un medio de expresión donde todo cabe, por esta razón la artista y arquitecta panameña Gladys Sevillano junto con el maestro Armando Granja, fundaron el taller Quimera, dedicado a potenciar y forjar el arte de la escultura, como pieza vital del marco artístico nacional.

El taller, que ya cuenta con más de 36 años de trayectoria en Panamá, empezó como un proyecto de pareja entre Sevillano y Granja, hasta crecer como un legado familiar, donde se promueve el trabajo escultural en vidrio, cemento y bronce en Panamá.

En la V Bienal de Arte Contemporáneo de Argentina, celebrada del pasado 6 al 10 de abril, Panamá fue representada por los artistas del taller Quimera: Gladys Sevillano, María Isabel Pino y Armando Granja. Sevillano obtuvo el primer premio del certamen con la pieza titulada 'El amor navega' (99cm x 60cm x 8cm), y en técnica de kiln casting y trabajo en frío.

La pieza fue inspirada en el tema de “el viaje”, según comentó Sevillano a La Estrella de Panamá. “Me basé en ese camino que estamos recorriendo todos en este mundo; habla de un viaje geográfico que la humanidad ha emprendido desde hace miles de años, pero también habla de un viaje del que casi no tenemos conciencia y que se inicia con la primera inhalación y la última exhalación”, apuntó la artista, “es el viaje más corto y largo, de la razón al corazón, donde experimentamos el amor y nuestro mundo interno”.

Sus esculturas transmiten emociones, memorias y experiencias.

Su exposición 'Trashumantes', fue una antecesora de su obra ganadora, la cual aborda el tema de los viajes como una metáfora del traslado; de la permanente diáspora de la humanidad, de los primeros seres primitivos que, empujados por el sueño más profundo de la aventura humana, emprenden nuevos rumbos en la geografía o en un viaje más profundo y misterioso, el viaje para encontrar su propia alma y su propio espíritu.

Sevillano es arquitecta egresada de la Universidad de Panamá (1986), especialista en artes gráficas del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC). Luego, en Cali, Colombia, realizó cursos de fundición de bronce, vidrio y vitrales.

Desde 2007 asiste regularmente al Bullseye Glass Resource Center, en Estados Unidos, donde ha estudiado técnicas de fundición, fusión, pate de verre, doblado e impresión en vidrio. En 2018 asistió a la conferencias sobre vidrio en Murano con la Glass Art Society.

Su traslado de la arquitectura a la escultura fue de una afición a una pasión, tal como expresó a este diario: “Cuando estaba finalizando la carrera en arquitectura, mi trabajo de graduación fue una investigación sobre la utilización del vidrio como muro cortina en edificios. Ese fue el inicio del camino que, sin saber, me llevaría a trabajar hasta hoy con este material tan cotidiano, pero tan desconocido”.

La escultura de Pino se caracteriza por su emoción y movimiento.

“El aprendizaje de variadas técnicas adquiridas en congresos y bienales en el exterior, hizo que estableciera una estrecha relación con él (el vidrio); no deja de admirarme, sorprenderme, hacerme feliz y de animarme a seguir descubriéndolo y experimentando”.

En la bienal argentina, Granja y Pino obtuvieron el segundo y tercer premio, respectivamente, por sus esculturas en bronce y vidrio. La obra de Granja, titulada 'Presencias' (19cm x 19cm x 9cm) y realizada con la técnica kiln casting fue inspirada en “la diversidad y en la certeza profunda de que, como individuos tomados de uno en uno, no somos más que una brizna en el viento”. “Somos los que nos aman, los que nos esperan, los que alimentan su ilusión con nuestra obra”, anotó a 'La Decana'.

Por su parte, Pino –artista panameña con un estilo emotivo que ha expuesto en galerías en Panamá, Miami, New York, Madrid, y participado en ferias de arte como Spectrum Miami Art Show, Artexpo New York, Art Shopping Carrousel de Louvre en Paris, World Art Dubai, entre otras–, presentó su obra titulada 'La danza: una oda a la alegría', una pieza en bronce que representa tres cuerpos de mujeres, “casi de niñas bailando”, una de sus poses características.

Según la artista, cada una se integra con pátina de diferentes tonos de color y “en la base de cada una, con pequeñas hojas”. “Me encanta la mezcla de troncos, flores, hojas con figuras de mujer o parejas”, anotó.

Sus obras de bronce se realizan primeramente en barro moldeado, para luego ser enviadas al taller Quimera donde se realiza la fundición.

La pasión por la escultura

Para cada artista, su llamado hacia el vidrio o el bronce despertó una necesidad de transmitir experiencias y sentimientos a través del moldeado y las diversas técnicas aplicadas a los materiales. Para Sevillano, es importante resaltar el trabajo en vidrio porque es un material con “cualidades increíbles”, siendo traslúcido, opaco, frágil, fuerte, líquido, pero también sólido; “puede ser pesado, y muy liviano, etc. Estas cualidades han ayudado a desarrollar el lenguaje de este arte”.

“Nunca habíamos visto obras de arte en vidrio de formatos tan grandes como hoy, ni de tanta sutileza como las hechas con polvo de vidrio... casi un sueño”, enfatizó Sevillano.

Asimismo, destacó que el vidrio es un material “100% reciclable y muy importante en nuestra vida cotidiana; tanto, que las Naciones Unidas declararon 2022 como el Año Internacional del Vidrio”.

Esto fue comunicado por la Asamblea General de la ONU en el pasado febrero, con el fin de visibilizar su importancia científica, económica, ambiental y cultural como “elemento transformador de la humanidad”.

Granja, por otro lado, hizo hincapié en que el vidrio, como material, tiene condiciones “muy particulares”, siendo que este material trabaja con la luz y la transparencia, lo que “representa muy bien la poética del sueño”.

En esta pasión por el material y su arte derivado, Granja y Sevillano se enfrentaron al reto de establecer un taller de esculturas de vidrio y bronce en Panamá.

“Lo difícil fue montar el taller, pero a través de los años se han hecho muchas piezas importantes, y lo que hay que hacer ahora es seguir trabajando, promoverlo para que pronto haya nuevas propuestas”, puntualizó Sevillano. “Para crear en vidrio hay que estar enamorado de este material, estudiarlo mucho, estar dispuesto a fracasar y aprender, porque hay muchos retos en este camino”.

En el taller Quimera se realiza moldeado y fundición de vidrio y bronce.

Pese a ser uno de los pocos talleres especializados en estas obras en el país, Sevillano expresó que este arte se mantiene vivo, en parte, “gracias a la labor docente” que realiza Armando Granja en taller Quimera, a su trabajo personal, al de Irene Granja y María del Mar Granja, así como al de “sus alumnas en el curso de escultura que aplican esta técnica a las obras que elaboran y que ya han expuesto de manera colectiva e individual”.

En esto coincidió Granja, haciendo énfasis en que los mayores retos para producir con estos materiales son la complejidad de la técnica y lo costoso de los materiales y el equipo, pero el resultado es “tan maravilloso que bien vale la pena el esfuerzo”.

En cuanto al bronce, Pino puntualizó que su proceso era “largo y detallado”, pero es “una alegría enorme ver cómo se transforma en una escultura en bronce lo que comencé con un trozo de barro”.

De igual forma, Sevillano mantiene la esperanza de que este trabajo se haga mayormente reconocido dentro y fuera de Panamá. “Cuando trabajamos con vidrio trabajamos con luz... la luz es energía, así que lo más probable es que sí o sí el arte en vidrio se hará visible, al estar acompañado de este elemento vital”.

En el panorama actual de este arte, los escultores plantean la necesidad de seguir transmitiendo sus emociones y, fundamentalmente, un mensaje de valor. “El sueño es transmitir una idea, un sentimiento, anular la sensación de estar incomunicados y solos; la sorpresa y la magia de lo transparente”, mencionó Granja.

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