George Scribner: 'El mundo está reinado por tercos'

Actualizado
  • 09/05/2022 00:00
Creado
  • 09/05/2022 00:00
El artista y animador de Disney destaca que para lograr las metas se requiere de constancia y práctica
El artista George Scribner junto a la obra 'Lotería'.

El animador de Disney George Scribner y el Museo del Canal Interoceánico de Panamá presentan la exposición temporal “Nunca me fui”, en donde se recopilan 52 obras realizadas durante los años 2020-2022. En la puesta se presentan algunas temáticas del Canal de Panamá: las vistas de su construcción, ampliación y escenas del diario vivir de los panameños; 'Lotería', es el nombre de una de ellas, en la que se aprecia una de las actividades más típicas que se ven cuando se transita por cualquier rincón del país: la venta de chances y billetes.

“Esto es una carta de amor; este país me ha dado tanto”, confiesa Scribner a 'Hombres Hoy' sobre la importancia de esta muestra que está abierta al público desde el pasado jueves 5 de mayo hasta el 31 de julio. De acuerdo con el panameño, desde que empezó como animador en la cinta The Black Cauldron, en 1983, siempre ha trabajado por superarse a sí mismo. “Si yo sigo aquí es porque no paré de intentarlo, el mundo está reinado por tercos”, dice. Para él, la “práctica” y el constante esfuerzo es el consejo que le ofrece a los animadores que quieren lograr grandes proyectos.

Desde pequeño a usted le encantaba dibujar y pintar, ¿en qué momento consideró que la animación sería su profesión?

Fue exactamente cuando tomé clases en la escuela secundaria en Estados Unidos. Una maestra vio las pinturas y me dijo: tienes potencial. En ese momento me dije: puedo hacerlo, es algo que yo puedo seguir, yo solamente quería hacer esto. Dibujo desde que era niño, mi mamá pintó, mi abuela pintó, la familia entera era de artistas.

La exposición estará abierta hasta el 31 de julio en el Museo Interoceánico de Canal de Panamá.
Lleva el arte en las venas...

Sí. Mi abuela vivía en Barbados y cuando la visitaba siempre estaba pintando. Había pintura en la casa, brochas, cuando era joven yo jugaba con las pinturas.

De sus inicios, ¿tiene algún dibujo significativo para usted?

Sí, una pintura que hice cuando tenía como 15 años, de un actor de la película West There. Salió bien, la primera vez que salió me dije 'wow', me pareció que estaba bien dibujada.

Una de las obras de la exposición “George Scribner- Nunca me fui”.
Luego de cuatro rechazos logró trabajar para Disney, ¿hubo algún momento en que pensó desistir?

No. Tenía la paciencia, tenía 25 años, no quería regresar a donde estaba, vivía en Panamá. Me decía: no puedo regresa a la casa, y pensé: si no puedo trabajar en Disney, puedo trabajar para otro estudio. Me quedó aquí.

¿Cómo considera que ha sido su evolución desde su primera posición en 1983 como animador de la cinta 'The Black Cauldron' hasta la fecha?

Bueno comencé como animador, luego me pusieron como director de animación, todavía sigo en clases en digital, cambié el papel para dibujar en iPad; uno tiene que cambiar con el tiempo, digo yo.

¿Cuáles considera los principales retos que ha enfrentado en su carrera?

Había bastante competencia, todos los artistas en el mundo quieren trabajar en Disney. Uno tenía que superarse a sí mismo, superarse con los dibujos. Tenía que tomar clases para dibujar la figura humana todas las mañanas; cada noche tenía que ver cómo mejorar y me ayudó bastante. Encontrar una persona mejor que yo, me ayudó bastante.

¿Tuvo algún mentor?

Tuve varios.

¿Cuáles fueron?

Uno era de Warner Bros, que había trabajado en los 40; otro fue un animador de Disney, cuando yo trabajaba en Hanna-Barbera, era bastante generoso con su tiempo. Yo le hacía millones de preguntas y él me explicaba, siempre lo hacía. Soy lo que soy hoy, porque he tenido mucha ayuda. Tengo una deuda, por eso doy clases en el Museo del Canal Interoceánico.

¿A partir de cuándo?

La semana que viene.

El mundo de la animación sigue siendo competitivo...

Sí todavía...

¿Qué consejo daría a alguien que quisiera llegar a tener ese mismo éxito que tiene usted?

Esto va a sonar como un cliché: la gente que no para de tratar es la que logra; yo he trabajado con animadores fantásticos, pero cuando cayeron o algo les salió mal, no sobrevivieron. Si yo sigo aquí es porque no paré de intentarlo. El mundo está reinado por tercos; tú solo debes intentarlo de nuevo. Mira, yo hago estas pinturas en una semana –señalando las obras de la exposición George Scribner “Nunca me fui” en el Museo del Canal–, pero me tomó 25 años de práctica llegar aquí. Pintando todos los días... es pura práctica, esto no es inteligencia, esto es práctica.

Precisamente en una entrevista señaló que “el arte de crear dibujos no es tarea fácil'. Ahora con la computadora es más fácil, facilita el trabajo, pero en papel toma bastante tiempo”, ¿qué otros cambios ha tenido la industria de la animación que ha posibilitado este trabajo?

La computadora te da la posibilidad de trabajar con más sutileza, y la animación que estamos haciendo ahora es una maravilla de sutileza que no podíamos hacer en papel. Tenía 30 años de estar trabajando en papel cuando empecé, es una maravilla la tecnología.

Cuando usted se decidió por la carrera de animación, esto afectó a su familia...

Mi papá no pensó que animación (era bueno)... él me dijo: ¿tú vas a trabajar en cartoons?, ¿tú estás loco?, pensó que era un chiste, ¿estás hablando en serio?, ¿estás seguro de que te quieres meter en eso?

¿Lo veía mal por el tema salarial?

Sí, porque quién toma en serio los cartoons, era un tema como chistoso, no. Me quedé, me metí porque me gustaba, cobraba suficiente para pagar el alquiler y comer, pero no pagaba mucho.

¿Su trabajo ha influido en sus hijas?

Sí, mi hija menor está en Disney, en gráficos, es mejor diseñadora que yo, es buena con la técnica de los gráficos, es fantástica, es mucho mejor que yo, me enoja bastante (se ríe) estoy súper orgulloso, pero me enoja bastante (vuelve a reír).

Usted tiene un buen sentido del humor...

Claro, soy panameño. Aquí la gente, los panameños son lo mejor. Por eso 'nunca me fui', acá no hay ese humor de abuelo.

¿Siempre visita Panamá?

Siempre.

¿Qué lugares visita?

Yo ando por el área bancaria donde vivía, para poder salir y comer.

Usted señala que la exposición George Scribner - “Nunca me fui” es un aporte al país. ¿Qué representa para usted?

Es una carta de amor. Este país me ha dado tanto... nací, crecí, me casé, es una gran experiencia en mi vida, haciendo esto tengo un sentido afectivo en todo momento. El Canal de Panamá es una maravilla, y ahora más que los panameños lo tienen. Yo dicté una clase de pintura hace dos años y lo que cobré lo doné al Hospital del Niño, uno tiene que regresar, pagar la deuda.

En sus obras veo mucho el crisol de razas...

Sí, me gusta la variedad de Panamá, aquí hay de todo: negro, blanco, los emberá. Este es un país fantástico.

Le gusta pintar construcciones, ¿en el futuro se ve realizando un trabajo similar?

Sí, la gente de la Autoridad del Canal de Panamá está hablando de otro juego de esclusas en el futuro, si estoy viviendo, bueno, no sé cuando viene, pero eso puedo hacerlo.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Estoy haciendo proyectos para Disney; sigo como consultor para Disney, hago dirección o animación, no mucho, pero de vez en cuando. Voy a comenzar un proyecto en Vancouver, no tiene nada que ver con Disney, pero voy a dirigir animación y sigo aprendiendo la técnica. Todos esos animadores con los que estoy trabajando ahora están en computadora, el mundo ha cambiado bastante, pero para mejor.

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