Estado y sociedad civil con un mismo norte en pro de la primera infancia

Actualizado
  • 02/07/2022 00:00
Creado
  • 02/07/2022 00:00
Las desigualdades sociales comienzan en la niñez, generando secuelas negativas directa e indirectamente en el individuo, familia y sociedad. Frente a este panorama, ¿qué están haciendo los gobiernos para brindar una atención integral desde los primeros años de vida? Aquí un panorama de los problemas que enfrenta esta población y las acciones que se realizan a favor del grupo
Casi todos los países han desarrollado en estos últimos 15 años una política integral de primera infancia, estrategias o un plan nacional de infancia.

Evidencias científicas y psicológicas demuestran la importancia que tienen los primeros años de vida de una persona para su desarrollo intelectual, físico y emocional. Sin embargo, las desigualdades sociales comienzan precisamente en esta etapa, la primera infancia, generando secuelas negativas directa e indirectamente en el individuo, familia y sociedad. Frente a este panorama, ¿qué están haciendo los gobiernos para brindar una atención integral desde la primera infancia?

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), explica que la primera infancia es un periodo que abarca desde la concepción hasta los ocho años de edad. Se caracteriza por un rápido desarrollo cerebral, especialmente en los tres primeros años, a una velocidad que no volverá a repetirse en la vida, sentando las bases para la salud, el aprendizaje, la productividad y el bienestar individual y social en la niñez, adolescencia y adultez.

“Los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo vital de una persona, ya que en esta etapa la genética y las experiencias con el entorno perfilan la arquitectura del cerebro y diseñan el comportamiento humano”, reseña 'Primera infancia: una mirada desde la neuroeducación', documento preparado por la Oficina de Educación y Cultura de la Organización de los Estados Americanos.

La publicación anota que “los estudios realizados en neurociencias (ciencias que estudian al sistema nervioso y al cerebro), están cambiando el diálogo acerca de la atención y educación de la primera infancia, en tanto que padres, educadores, organismos gubernamentales y no gubernamentales empiezan a entender que la educación, principalmente en esta etapa de la vida, desempeña un papel casi protagónico en la estructuración y funcionalidad del sistema nervioso y del cerebro”.

Unicef señala que una atención de calidad desde la primera infancia es una oportunidad para que los niños desarrollen todo su potencial a lo largo de la vida.

“Pese a todos los argumentos presentados”, continúa el escrito, “sabemos que no es suficiente el grado de sensibilización e información sobre la atención y educación de la primera infancia”.

Problemática

Violencia, educación, falta de servicios de salud son algunas de las problemáticas que impactan a los infantes en América Latina.

Unicef asegura que, en la región, cada 15 segundos un niño es abusado. En Panamá, según el organismo internacional, 45% de los niños recibe métodos de disciplina violenta en el hogar. En materia de salud, 19% de los niños menores de cinco años en Guna Yala presenta bajo peso, y 26% en la comarca Ngäbe Buglé presenta baja talla para su edad (Unicef-2021).  La falta de acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene, la urbanización no planificada y el cambio climático son factores que impiden a los niños ejercer sus derechos. 9% de las viviendas, donde habitan niños y adolescentes panameños no tiene acceso a agua para consumo humano (Unicef-2020).

La primera infancia se caracteriza por un rápido desarrollo cerebral.

En cuanto a educación, “el sistema educativo aún no llega a todos ni garantiza aprendizajes de calidad. No es posible conocer la cobertura de servicios de desarrollo infantil temprano, pero sabemos que la sumatoria en los centros que atienden a niños por el Estado es inferior al 3% del total de la población de 0 a tres años. A pesar de que la educación preescolar es obligatoria, solo 6 de cada 10 niños de cuatro a cinco años están matriculados en este nivel”, recoge el informe 'Situación de los derechos de la niñez y adolescencia en Panamá' (2020).

Acciones a favor de los infantes

“Cuando hablamos de atención a la primera infancia nos referimos a aquella que se les brinda a los niños menores de ocho años promoviendo sus derechos en todos los ejes para que tengan un entorno saludable. Incluye no solo el tema de educación, sino otros como la parte de salud, los cuidados de la familia, la crianza con pauta positiva”, indica la ministra de Desarrollo Social (Mides), María Inés Castillo.

En este sentido, Panamá cuenta con la Ley No. 171 de 15 de octubre de 2020 de Protección Integral a la Primera Infancia y al Desarrollo Infantil Temprano, que establece las bases y las directrices técnicas y de gestión intersectorial para el desarrollo de una política de Estado en materia de primera infancia y desarrollo infantil temprano que “redundará en beneficio del 18% de la población total del país, niños entre 0 a 8 años de edad”, estipula una nota del Ministerio de la Presidencia.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, explica que la primera infancia es un periodo que abarca desde la concepción hasta los ocho años de edad.

La normativa precisa que “la política del Estado dará prioridad a la mujer gestante, los primeros mil días del niño, su desarrollo infantil temprano y la inclusión temprana”.

Junto con la normativa se adopta la Ruta de atención integral a la primera infancia, Raipi, a través de la cual el Estado deberá diseñar e implementar programas, políticas públicas y presupuestos permanentes, asignados para el reconocimiento y la protección integral de los derechos de los niños en la primera infancia, así como su desarrollo integral, evolutivo y adecuado, sin discriminación de edad o etapa de desarrollo.

En materia de financiamiento, la norma dispone que, para la ejecución de la Raipi, el Estado dispondrá de la adecuada asignación de recursos presupuestarios y financieros suficientes a las instituciones involucradas.

Para tal efecto, las instituciones responsables de la coordinación y ejecución de la Raipi tienen el deber de incluir en la formulación de presupuestos, los fondos y las partidas presupuestarias para asegurar su gestión, el cumplimiento de las metas anuales y para procurar progresivamente los recursos para la primera infancia.

Actualmente hay 98 Caipi públicos en Panamá.

¿En la práctica, qué se está haciendo? “Como país ofrecemos los servicios de Centro de atención integral a la primera infancia (Caipi), antes conocidos como Centro de orientación infantil y familiar (Coif)”, señala la titular del Mides.

Los Caipi son servicios para los niños desde su nacimiento hasta los cuatro años de edad y su función es brindar acompañamiento y cuidado a los niños, y favorecer el desarrollo de habilidades y aprendizajes en esta etapa de la vida, promoviendo que sus derechos de salud y nutrición, identidad, crianza positiva y educación temprana sean efectivos, con la colaboración del sector particular u oficial.

La ministra Castillo indica que “se ha fortalecido el rol rector del ministerio para que de esta manera mejore la institucionalidad y la atención de los niños. Regulamos no solo los Caipi en el sector público, sino también en el sector privado”.

Detalla que la estrategia no solo va en ese sentido, “los Caipi no son únicamente un tema de infraestructura, también nos enfocamos en el acompañamiento de los padres de familia porque creemos en el fortalecimiento familiar para poder impactar la sociedad; trabajamos en escuela para padres”, asegura.

Los Caipi son servicios para los niños desde su nacimiento hasta los cuatro años de edad.

Manifiesta que, “parte del compromiso es ampliar la cobertura y llegar a la mayor cantidad de niños de cero a cuatro años”, para lo cual se han puesto en función dos programas: Mochila Cuidarte y Cuidarte.

“Es importante recalcar que el rol en esta etapa de cero a cuatro años no solo es de los centros educativos, es importante el apego entre madre, padre e hijos para ese crecimiento y desarrollo de las neuronas de nuestros niños. Es importante promover el juego, que el padre estimule a los hijos a través del juego en las diferentes etapas de desarrollo”, comenta.

Actualmente hay 98 Caipi públicos en el territorio nacional. “No hay en todos los corregimientos. Este es un reto que tenemos. Debemos trabajar como país en alianza con los gobiernos locales y también con la empresa privada”, asevera la ministra.

Agrega que los centros de atención a la primera infancia “cumplen una doble función social”. “No solo atienden a los niños en la etapa más importante de su desarrollo, sino que también permiten que las mujeres, que son las que mayormente se quedan en casa cuidando a los niños, ingresen al mercado laboral”, detalla.

Panamá cuenta con la Ley No. 171 del 15 de octubre de 2020 de Protección Integral a la Primera Infancia y al Desarrollo Infantil Temprano.

En cuanto al tema de salud, Panamá cuenta con las 'normas técnicas y administrativas del programa de Salud Integral del niño desde el nacimiento a los nueva años de edad'. El documento constituye una guía para que los actores clave de salud realicen su práctica, conozcan normas administrativas y técnicas para cada día brindar el mejor servicio a los niños de Panamá.

La atención integral desde la primera infancia no es solo responsabilidad del Estado, la sociedad también trabaja a favor de los niños panameños.

Recientemente se firmó el acuerdo colaborativo: 'Todos contra el abuso infantil. Unidos por Panamá' entre Fundación Visión, Fundación Resiliencia y Fundación Unidos por la Niñez. El acuerdo tiene como objetivo “educar y dar a conocer las distintas herramientas a los padres sobre maltrato y abuso sexual infantil, y hacer un llamado para unirse a trabajar en beneficio y como agente multiplicador para proteger a nuestra niñez y las futuras generaciones”.

Sidia Moreno, coordinadora general de 'Todos contra el abuso infantil. Unidos por Panamá' indica que el propósito central del programa es la sensibilización, capacitación y orientación de la comunidad en general, desde los niños de dos años hasta adultos, sobre la prevención de abuso infantil.

“Las cifras son alarmantes. A nivel mundial se sabe que en promedio cada 15 segundos un niño está siendo abusado en América Latina. Hemos visto cómo la sociedad panameña y en el mundo ha abordado la pandemia por covid-19 considerándola urgente. Este tema del abuso infantil, con las cifras alarmantes, también es una pandemia, sin embargo no se aborda como tal y por eso hemos considerado conveniente unirnos desde la sociedad civil para darle la importancia que tiene”, afirma Moreno.

Roderick Burgos, secretario ejecutivo de la Fundación Visión, organización sin fines de lucro que opera en Panamá desde 1996, a través de programas y proyectos de interés social y educativos, siendo uno de ellos el programa titulado 'Todos contra el abuso infantil Panamá (Tcai)', explica que la fundación hace una década hizo alianza con los autores del libro Cuentos que no son cuentos para brindar capacitación a la población panameña sobre el abuso infantil.

“Son seis historias que trabajan la sexualidad del niño explicándoles cuáles son sus partes públicas, sus partes privadas, les explica sobre su identidad, autoestima. Está dirigido a niños entre dos y ocho años. Difundimos y damos capacitación a adultos y niños a través del personaje principal 'Abu'. Ayudamos al niño a defenderse del flagelo del abuso sexual”, indica Burgos.

Añade que, “a partir de los dos años usted le pude leer el libro a su niño, sobrino... a quien esté cerca de su entorno y le puede explicar. Tiene diversas dinámicas. El padre o tutor puede interactuar con el infante y le previene de un potencial abuso infantil. Los autores del libro son los esposos psicólogos José Luis y Silvia Cinalli”.

Considera que uno de los aspectos relevantes para la primera infancia “es que nosotros como padres debemos recuperar la labor o trabajo que tenemos con nuestros hijos. La compañía, la comunicación, ese vínculo que debe existir entre padre, madre e hijos, no se está dando de una manera correcta, no vamos a generalizar porque no es justo. Pero creo que debemos volver al principio y comenzar a ver esos valores que inculcaron los abuelos, cuando los principios se enseñaban en casa, no le dejaban ese trabajo a la escuela, Estado o televisión”.

Escenario regional

Después de tres años de trabajo conjunto entre miembros de gobiernos de la región, académicos, sociedad civil y organizaciones multilaterales, en un proceso liderado por el Diálogo Interamericano, en noviembre de 2017 se firmó en Bogotá la Agenda Regional para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia. La agenda busca orientar los esfuerzos de los países de América Latina para el fortalecimiento de las políticas públicas de primera infancia. A partir de allí, en diferentes fechas (entre 2018 y 2020) cada país desarrolló un informe nacional que le permitirá monitorear el avance del cumplimiento de los acuerdos de la agenda en el tiempo. Participaron en la firma: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana y Uruguay. Aquí algunos datos relevantes.

En el tema de intersectorialidad y financiamiento, el objetivo es consolidar políticas o planes nacionales de desarrollo infantil –vinculantes para las diversas entidades e instancias involucradas– respaldadas por inversiones sostenibles en el mediano y largo plazo.

“Casi todos los países han desarrollado en estos últimos 15 años una política integral de primera infancia, estrategias, o un plan nacional de infancia. Esto denota el reconocimiento de los gobiernos de la región a este grupo etario y su relevancia para el desarrollo humano. Como principales desafíos pendientes se observa la necesidad de mayor y mejor articulación intersectorial que pueda entregar una oferta integrada de prestaciones. Está en muchos países pendiente la institucionalización del plan, estrategia o política con un liderazgo claro y con poder político. Por último, hace falta una mayor claridad en la inversión en este grupo etario”, anota el informe 'Políticas de primera infancia en América Latina: Informe de progreso en la implementación de la agenda regional', elaborado por El Diálogo, Liderazgo para las Américas.

En cuanto a la calidad de los servicios de desarrollo infantil, “si bien ningún país que se incluye en este informe cuenta con un sistema de aseguramiento de la calidad que garantice la calidad de las prestaciones a la primera infancia, muchos de ellos están avanzando en esa dirección”. El documento destaca que “también se observa la necesidad de garantizar mínimos de calidad de los servicios educativos por parte de todos los actores, a nivel estructural, así como asegurar la calidad de los procesos”.

Respecto a la medición de desarrollo de los niños durante la primera infancia “es importante destacar que la mayoría de los países han realizado esfuerzos por conocer el nivel de desarrollo de los niños en uno o más momentos. También, algunos han incluido evaluaciones en los sistemas de salud o educación. Pero la mayoría de los países estudiados no tiene metas claras de desarrollo infantil para su población ni un plan de evaluaciones periódicas que permitan monitorear las políticas públicas”, anota el documento.

¿Qué efectos provoca una buena atención integral desde la primera infancia? El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia señala que una atención de calidad desde la primera infancia es una oportunidad justa para que los niños crezcan, progresen y desarrollen todo su potencial a lo largo de la vida. “Estos beneficios, cuando se combinan, permiten fundar poblaciones con un mejor estado de salud y una mejor educación, sociedades con tasas delictivas más bajas y con personas mejor preparadas”, asevera.

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