El control natal definitivo aumenta en EE.UU., afirman especialistas

Actualizado
  • 27/07/2022 00:00
Creado
  • 27/07/2022 00:00
Desde que la Corte Suprema dictaminó que los estadounidenses ya no tienen el derecho constitucional federal de abortar, varios ginecólogos han visto un aumento en las pacientes que solicitan la ligadura de trompas
Estados Unidos es uno de los únicos siete países del mundo que no es parte de la convención internacional que protege garantías básicas para las mujeres.

Jo Carden, joven de Texas, siempre ha sabido que no quiere tener hijos.

La joven de 26 años había considerado la esterilización en los últimos años, pero no había tomado ninguna medida. Después que la Corte Suprema anuló el fallo Roe v. Wade, Carden se vio inmersa en un mundo de incertidumbre y comenzó a pasar las tardes buscando en línea cirujanos que realizaran el procedimiento en jóvenes, así lo detalló CNN en una de sus publicaciones.

“Tenía miedo de que fuera difícil encontrar un médico para hacer una ligadura de trompas, ya que soy una mujer joven y soltera en un estado conservador”, dijo Carden, que vive en Irving, Texas.

Hizo numerosas llamadas a los consultorios de los ginecólogos, solo para descubrir que muchos estaban reservados para los próximos meses. Finalmente encontró una cita de consulta y está ansiosa por comenzar el proceso.

La decisión de esterilizarse puede plantear cuestiones personales y éticas, y para algunas personas no es fácil.

“Donde vivo, y en muchos de los estados circundantes, las leyes de activación vigentes no tienen excepciones, incluso para la violación”, dijo Carden, refiriéndose a las leyes estatales que prohíben el aborto que entraron en vigencia con la revocación de Roe v. Wade.

“Por eso”, agregó, “decidí que lo mejor para mí sería controlar las cosas que puedo y ligarme las trompas”.

Carden no es la única. Desde que la Corte Suprema dictaminó que los estadounidenses ya no tienen el derecho constitucional federal de abortar, varios ginecólogos han visto un aumento en las personas que solicitan la ligadura de trompas, un procedimiento quirúrgico de ¨birth control¨ en Estados Unidos, sin reversión alguna, que consiste en cortar, atar o bloquear las trompas de Falopio para evitar el embarazo de forma permanente, tal y como lo detalló CNN en la misma publicación.

La decisión de esterilizarse puede plantear cuestiones personales y éticas, y para algunas personas no es fácil. Pero las mujeres, las personas no binarias y las personas transgénero que han decidido no tener hijos, dicen que es una opción que quieren sentirse libres de llevar a cabo sin rechazo.

Por otra parte, hay casos en que se rechaza a las personas la petición de continuar con este procedimiento, porque los profesionales consideran que existe la posibilidad de que se arrepientan más adelante en sus vidas, como lo demuestra un estudio donde se refleja que entre el 1% al 26% de las personas lamentan haber tomado la decisión.

Este ha sido el caso de DeAndra Childress, de 33 años, quien ha tratado con cuatro doctores distintos, pero todos le han negado la ayuda con la idea de que se arrepentirá más adelante. “Me dijeron que era demasiado joven, que no tenía hijos, que no estaba casada, que podría casarme más tarde y que debería esperar hasta tener un esposo”, dijo. Se trata de “todos los métodos para controlar mi cuerpo. Me enfurece”, recogió CNN.

La tecnóloga médica de Spring, Texas, se encuentra más decidida que nunca en encontrar un médico que la ayude con el procedimiento que muchas han optado por hacer. “He estado indecisa sobre los niños durante años, pero decidí no tenerlos hasta que estuviera segura de ello para no arruinar la vida de un niño”, comenta Childress. “Roe v. Wade se siente como una última bofetada en la cara para las mujeres, y se trata completamente de control”.

El aumento en la demanda de este método de control natal en los últimos meses, en EE.UU. se debe a la anulación del fallo que dio la Corte Suprema sobre brindar a las personas embarazadas el derecho de abortar ante el caso Roe contra Wade.

Dicho caso es un hecho que empezó en 1970 cuando Norma L McCorvey («Jane Roe») junto a sus dos abogadas (recién graduadas de la Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington), se presentaran ante el Tribunal de Distrito para solicitar un aborto por parte de Roe, quien sostenía que su embarazo era producto de una violación. Al mismo tiempo, el fiscal de distrito Henry Wade se encontraba en oposición sobre permitirle a una mujer realizar un proceso de aborto. El Tribunal falló a favor de Jane Roe, pero hasta ese momento se rehusaba a establecer leyes que protegieran a mujeres embarazadas.

El caso fue apelado en reiteradas ocasiones hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos que en 1973 decidió que la mujer, amparada en el derecho a la privacidad –bajo la «cláusula del debido proceso» de la decimocuarta enmienda– tenía el derecho de elegir si continuaba o no con el embarazo; ese derecho a la privacidad se consideraba un derecho fundamental bajo la protección de la Constitución de EE.UU. y por lo tanto no podía legislarse en su contra por ningún estado.

“Jane Roe” dio a luz a una hija, mientras el caso aún no se había decidido. La bebé fue puesta en adopción. El caso Roe v. Wade (1973) fue finalmente decidido por la Corte Suprema de Estados Unidos, en un dictamen histórico sobre el aborto. Según el fallo, la mayoría de las leyes contra el aborto en Estados Unidos violaron el “derecho constitucional a la privacidad bajo la 'cláusula del debido proceso' de la 'decimocuarta enmienda' de la Constitución”. El fallo fuerza un cambio en todas las leyes federales y estatales que prohíben o restringen los abortos contrarios al nuevo fallo.

Sin embargo, casi 50 años más tarde, el 24 de junio de 2022, Roe v. Wade fue anulado por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, por seis votos a favor y tres en contra, en el caso Dobbs contra Jackson Women's Health Organization.

Según el dictamen, «la Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho», por lo que el caso Roe vs. Wade «debe ser anulado».

Esto causó gran descontento en la población estadounidense, en especial entre las mujeres que pueden quedar embarazadas, quienes se han hecho visibles por semanas en las calles del país, sobre todo frente al Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos, protestando por la pérdida de un derecho que en un momento dado les brindaba algo de tranquilidad y protección.

Debido a la ausencia de una respuesta por parte de la Corte, la población ha tenido que optar por otras medidas para poder protegerse: medidas irreversibles y que terminan siendo causa de arrepentimiento y trauma para muchas personas, quienes en un momento se sentían protegidas y en la actualidad se convierten en víctimas de un gobierno que, se supone, debe velar por su salud y bienestar.

El Comité de Expertos en Derechos de la Mujer señaló este viernes que Estados Unidos es uno de los únicos siete países del mundo que no es parte de la convención internacional que protege garantías básicas para las mujeres, incluida la salud sexual y reproductiva.

El comité reitera el llamado a los Estados parte para que eliminen las sanciones contra las mujeres por el aborto y lo legalicen, al menos en los casos de violación, incesto e invasión de la vida o la salud de las mujeres embarazadas.

“Con 189 Estados parte, la convención del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw) es el único tratado casi universal que protege integralmente los derechos humanos de las mujeres, incluidos sus derechos a la salud sexual y reproductiva”, señala el comité.

Darles el derecho a las mujeres de abortar, al igual que brindarles atención posaborto de buena calidad, sobre todo en casos complicados, es parte de reducir la tasa de mortalidad materna, ayuda a prevenir embarazos no deseados, y a darle a la mujer el derecho a decidir sobre su cuerpo.

El comité ha tratado de resaltar una y otra vez el hecho de que negar el derecho al aborto es “una restricción grave a la capacidad de las mujeres para ejercer su libertad reproductiva”, y que “obligar a las mujeres a llevar un embarazo a término implica sufrimiento mental y físico equivalente a violencia de género contra mujeres y, en determinadas circunstancias, a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, en violación de la convención del Cedaw”.

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