Diez años de danza en Xielo

Actualizado
  • 25/09/2022 00:00
Creado
  • 25/09/2022 00:00
El estudio de danza ha permitido la consolidación de los programas de la fundación Gramo Danse, dedicada a la difusión, promoción y profesionalización de la danza aérea, contemporánea y vertical. Anoche celebró su décimo aniversario con la funcion anual del programa Danzárea
La versatilidad de Xielo permite que sea utilizado en una multiplicidad de formas.

Para un bailarín, independientemente del género que haya decidido desarrollar, es muy importante el espacio físico en el cual entrenará y luego se presentará. En el caso de disciplinas como la danza aérea, la danza vertical y la contemporánea, es todavía más importante porque este espacio requiere de detalles muy específicos que harán posible y segura esa experiencia.

Pero más allá de que los bailarines puedan contar con un espacio en el cual poder desarrollar sus disciplinas, hay que mirar lo que este espacio puede lograr, en cuanto a los objetivos de una fundación.

La fundación Gramo Danse, que el próximo año llegará a sus bodas de plata, celebra este fin de semana los 10 años de Xielo, estudio de danza que consideran como su hogar.

“Le llamamos el hogar de Gramo Danse porque es el techo que cobija la mayor parte de los proyectos de la fundación. Es donde están nuestras oficinas y es el lugar que alberga nuestros principales proyectos sociales”, explica Fiorella Macrobio, directora d eesarrollo de la Fundación Gramo Danse.

Anoche, el hogar de Gramo danse albergó la función anual del programa Danzárea, programa oficial que la fundación lleva a cabo con niños de áreas de riesgo social como Panamá Viejo Parque Lefevre, Curundú, Santa Ana, y el Chorrillo.

“Los niños vienen a Xielo, toman clases de danza aérea y danza contemporánea tres o cuatro veces a la semana y también a través de este programa nosotros brindamos un apoyo psicosocial mediante de una psicopedagoga y tenemos también una coordinadora académica quien está encargada de proveer soporte, por ejemplo tutores si es que los chicos tienen alguna dificultad con alguna materia específica. No solamente apoyamos su desarrollo desde el lado cultural y el arte sino también la parte emocional, psicológica y académica”, detalla Macrobio.

En 14 años del programa Danzárea, se han beneficiado unos 1,500 niños.

Xiel o es también la sede de la compañía Gramo Danse, compañía profesional de danza contemporánea, aérea y vertical.

“En danza vertical somos pioneros en Panamá y actualmente nos encontramos trabajando en la fusión de la danza vertical con la danza contemporánea. En ese sentido somos la única compañía profesional de danza que está desarrollando ese tipo de trabajo, con mucho éxito en el país y llevándolo a otros países a través de nuestras obras, talleres y participación en festivales”, cuenta.

Los miembros de la compañía Gramo Danse entrenan unas 5 horas diarias. La fundación ofrece a lso bailarines oportunidades de trabajo profesional y remunerado apropiadamente para profesionales de la danza. “Estamos muy enfocados en la profesionalización del bailarín; que se capaciten en diferentes aspectos de la danza para que ellos puedan vivir de su profesión y que no tengan que recurrir a otras actividades para pagar las cuentas”, dice la directora de proyectos.

La compañía Gramo Danse cuenta actualmente con ocho miembros y para algunos proyectos se cuenta con algunos bailarines adicionales. La idea es que eventualmente esta cifra pueda crecer, para lo que se requiere de un mayor apoyo económico.

Xielo también alberga diferentes cursos que se ofrecen a personas de todas las edades y que permiten la recaudación de fondos. “Los interesados pueden venir, practicar danza aérea vertical y contemporánea y apoyar así los programas que tiene la fundación. Estas clases se han venido dando en los últimos 10 años, obviamente con una pausa de año y medio, debido a la pandemia” , especifica.

Y además de estos tres pilares fundamentales para la fundación, Xielo es también un espacio escénico que permite las presentaciones no solamente de los programas que abarca la fundación, sino de cualquier otra fundación o agrupaciones que deseen hacer las propias, ya sean talleres y clases maestras que permitan el desarrollo y crecimiento de los bailarines, asi como festivales u otro tipo de presentaciones artísticas. “En estos 10 años hemos tenido más de 60 clases o talleres, algunos gratuitos, algunos pagos, pero nos estamos moviendo para ofrecer a los bailarines profesionales o los que están iniciando una oferta académica dentro de la danza para que puedan seguirse desarrollando”, comenta.

Por otra parte, Xielo ha sido sede de festivales como Prisma, ya que facilita, pro su versatilidad, espectáculos en una diversidad de formatos.

“Xielo nos permitió consolidar de alguna manera todos nuestros programas”, afirma Macrobio. Sin este espacio muchas de estas cosas no serían posibles”.

Antes de contar con el local, la compañía debía trabajar en las instalaciones de un gimnasio privado, mientras las clases de Danzárea debían hacerse en el gimnasio Kiwanis del Chorrillo. De esto hacen ya 15 años.

“Ha sido una evolución constante en los programas, un crecimiento muy bonito”, asegura Fiorella, aunque falta mucho todavía por sensibilizar al público sobre estas disciplinas, mucho menos conocidas que otras artes escénicas.

“En la medida en que se hagan más comunes estas formas de arte y crezca la demanda, habrá menos resistencia en apoyar estas disciplinas, por eso ofrecemos presentaciones gratuitas y algunas clases”, detalla.

Por lo pronto, hay que seguir bailando, enseñando, apoyando a los profesionales que han optado por la danza contemporánea, aérea o vertical como profesión. “Nuestro agradecimiento a la empresa privada, como del sector público y las personas a título individual que apoyan la fundación. ellos hacen posible nuestro trabajo”, reconoce.

En trabajo continúa dentro y fuera de Xielo, ojalá que muchos años más.

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