Educación y creatividad

Actualizado
  • 16/02/2023 00:00
Creado
  • 16/02/2023 00:00
La creatividad en la actividad pedagógica abarca las múltiples facetas en que esta se manifiesta
Importante también es saber que la creatividad es un proceso de descubrimiento (inventar) o producción de algo nuevo.

Un estudiante universitario, muy ávido de conocimientos, me preguntaba sobre el significado de creatividad y el grado de compromiso que tiene el alumno, el maestro, las instituciones educativas y la sociedad. Me pareció un reto interesante dialogarle, pero también responderle en un lenguaje coloquial sobre tan interesante tema y que, además, resultara de conocimiento público. Desde el principio de la humanidad el hombre se ha caracterizado por grandes descubrimientos: el fuego, la rueda, la máquina de vapor, la energía eléctrica, los satélites y en los últimos tiempos la gama de tecnología celular. En nuestra sociedad es muy usual la preocupación por medir la inteligencia, sin tener en cuenta que la capacidad que marca la diferencia entre una persona menos o más excepcional, debido a su originalidad y adaptación, es la creativa.

La creatividad en la actividad pedagógica abarca las múltiples facetas en que esta se manifiesta. Siendo la actividad pedagógica profesional una de las actividades sociales de mayor significación para el desarrollo de la humanidad, resulta una de las más multilaterales y complejas por la propia naturaleza de su objeto.

En este mismo orden de ideas, hay que partir, ante todo, de su carácter transformador, ya que la creatividad está dirigida precisamente a la transformación paulatina de la personalidad del estudiante para poder lograr, con un trabajo constante y sistemático, una personalidad armónicamente desarrollada en función del hombre y la mujer que necesita la sociedad para continuar su desarrollo.

Otra faceta de la actividad pedagógica profesional que resulta necesario destacar es que en su carácter transformador tiene que ser eminentemente creadora; entonces la actividad pedagógica como un proceso creador condiciona, sin lugar a dudas, la acción de quienes enseñamos: los docentes.

Importante también es saber que la creatividad es un proceso de descubrimiento (inventar) o producción de algo nuevo (innovar) que responde a exigencias de una determinada situación social (resolución), en la cual se expresa el vínculo de los aspectos cognitivos y afectivos de la personalidad, pero para ello quien dirige, debe trabajar creadoramente y no solo debe limitarse a analizar y generalizar los hechos y fenómenos pedagógicos, sino también a determinar las vías de mejora del proceso docente-educativo.

La creatividad de igual forma hay que estimularla, no es exclusiva de genios, sino que todos pueden ser creadores si son educados para ello, no depende de rasgos biológicos, hereditarios, no es una capacidad innata y menos se logra por azar ni casualidad.

Huelga aclarar de manera concreta, que hay una diferencia puntual entre la creatividad técnica que se asocia a la innovación, ya que tiene un sentido más restringido a la búsqueda de soluciones novedosas en el campo empresarial, industrial y técnico; y la creatividad profesional rebasa esos límites y trasciende a lo cultural, a la comunidad, a la sociedad. Esta última integra de una manera coherente y armónica la creatividad que se manifiesta en la universidad con lo que se manifiesta en la entidad productiva.

La importancia de fomentar la creatividad de los estudiantes en la educación superior ha sido ampliamente reconocida, debido a la necesidad de preparar a los jóvenes para el mundo incierto y complejo del trabajo, que requiere que los individuos sean capaces de utilizar sus capacidades creativas. A pesar de este reconocimiento, el fomento de la creatividad en la educación superior ha sido un desafío para el profesorado.

Por lo general, los planes de estudio se fundamentan en una acumulación de conocimientos y en el desarrollo de ciertas capacidades intelectuales, sin embargo, pocas veces se preocupan de desarrollar las habilidades creativas de los alumnos que son las que les pueden dar esa excepcionalidad.

Es una tarea titánica de todos los que conformamos el andamiaje académico, y es un deber lograr en nuestros estudiantes que sean auténticos, audaces, curiosos, dinámicos, críticos, soñadores, sólidos en sus criterios y firmes en sus juicios, todas ellas características de un ser creativo con impacto positivo en la sociedad y en la resolución de sus problemas. ¡Hagamos, entonces, la reflexión desde nuestra vocación de enseñar y aprender!

Lo Nuevo
comments powered by Disqus