Los hijos deben quedar fuera de las discusiones

Actualizado
  • 10/07/2014 02:00
Creado
  • 10/07/2014 02:00
Las disputas que puedan tener los padres en presencia de sus hijos afectan en su desarrollo a cualquier edad y de distinta maneras

Desafortunadamente, la escena que incluye a los hijos en pleno enfrentamiento conyugal se repite muchas veces en los hogares panameños. Incluso, en ocasiones, el panorama se vuelve más triste, cuando algunos matrimonios hacen que los hijos sean parte activa del conflicto, logrando ponerlos en contra de una de las partes.

A todo niño de cualquier edad le asusta mucho ver discutir a sus padres. Ana Gabriela Ng, psicóloga clínica de niños y adolescentes, destaca que las peleas afectan de diferentes maneras al menor según su edad. En el caso de los bebés, que requieren estabilidad en el vínculo con sus cuidadores, las discusiones de sus padres, pueden producirle malestar emocional. ‘La efectividad del desarrollo de un niño se apoya en los vínculos que construyen con sus padres si estos son inadecuados, el desarrollo puede estar en riesgo’, expresa Ng.

En cuanto a los niños de edad escolar, y con el comienzo de la pubertad, la psicóloga destaca que la mayoría de los jóvenes comienzan a realizar evaluaciones sobre sí mismos y examinan sus sentimientos y opiniones a través de sus experiencias y relaciones. Sus autopercepciones y las relaciones con otros llevan a la autoaceptación y a la autoestima. De tal manera que, un desajuste psicológico ocurre en individuos con débil identidad y autoestima, dando como resultado, un adolescente con baja autoestima que muestra una identidad cambiante e inestable, y está abiertamente vulnerable a la crítica o al rechazo.

¿CUÁNDO Y CÓMO DISCUTIR?

Para Ana Gabriela Ng, lo que realmente deteriora la relación y la estabilidad emocional de la familia no es el conflicto en sí, sino el mal manejo que hacemos de él.

‘Las discusiones y conflictos de pareja deben permanecer dentro de ella y nunca teniendo como testigos a los hijos’, destaca Ng.

En este sentido, el psicólogo Fernando Javier Gómez, aconseja que cada vez que la pareja detecte que un dialogo se está transformando en una discusión, deben encontrar un lugar privado donde aclarar sus diferencias. ‘Hay momentos en que los niños no están presentes, o se encuentran dormidos, este tipo de momentos son ideales para aclarar cualquier tipo de inconformidad que la pareja presente’, dice Gómez.

Asimismo, el facultativo recomienda que la pareja deberá contar con una red de apoyo tanto familiar como social, y de esta forma poder solicitarle a un tío o un abuelo que cuide a los niños un momento para así ganar tiempo de privacidad. Esto ayudará mucho a poder desahogarse y expresar de la forma que más se desea, lo que se siente.

Por otro lado, Ng sostiene que la familia es el espacio en que los niños realizan sus primeras experiencias de interacción. La alianza familiar se organiza entre el niño y sus cuidadores primarios, quienes facilitan y guían el desarrollo del niño, mientras crece y logra su autonomía. De tal forma, Ng recalca la importancia de la relación paterno-filial como una socialización recíproca; mientras los padres están interactuando con sus hijos, también interactúan entre ellos; interacción en la que es natural que surjan discusiones. Gabriela Ng concluye dando algunas recomendaciones.

-Los problemas de pareja deben discutirse en privado, sin que los hijos escuchen.

-Evite que el niño tome partido por algunos de los dos, transformándolo en su fuente de apoyo.

- Si el niño pregunta, deben explicarle que es natural la discusión entre dos o más personas, señalando las maneras adecuadas para hacerlo.

- Estar atento a las actitudes o respuestas de los niños.

Por último, ambos psicólogos aconsejan a las parejas que tienen estas disputas de forma recurrente, buscar la forma de resolver sus conflictos a tiempo; en caso necesario, acudir a una ayuda terapéutica.

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