Por una infancia libre de sobrepeso

En todo el mundo, el número de niños pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990, a 42 millones en 2013, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La clave para evitar que su hijo o hija forme parte de estas cifras, está en la prevención.

‘Regularmente atiendo niños con diversas situaciones negativas que al buscar la raíz me encuentro con desazones producto de su peso. Las severas afectaciones en la salud emocional es un punto muy importante en el tema del sobrepeso u obesidad', destaca la psicóloga Naidine Prince.

Este mal, además de desencadenar enfermedades potencialmente mortales y ser uno de los 10 principales retos que debe enfrentar la ciencia médica en todas las naciones de acuerdo a la OMS, genera desfavorables consecuencias en el desarrollo del infante.

SECUELAS PSCICOLÓGICAS

En Panamá, 3 de cada 10 niños registran obesidad, mientras que 4 de cada 10 adolescentes tiene sobrepeso, registran datos del Ministerio de Salud.

Estos siete individuos ‘si no lo sufren ya, son altamente vulnerables a padecer de baja autoestima, que si no es tratada puede resultar en depresión', afirma Prince.

La profesional explica que a pesar de que hay estereotipos que difunden la imagen de que los niños o niñas ‘gorditos' son graciosas, lo cierto es que ellos se enfrentan a constantes bromas de mal gusto, comentarios hirientes, fuertes críticas por desconocidos y hasta familiares, y en consecuencia experimentan sentimientos de tristeza y depresión ligera, incluso a tempranas edades.

‘Los niños y niñas van creando un bajo concepto de sí mismo y no tienen confianza en su potencial', dice Prince.

‘Hay una serie de secuelas que se desprenden de esta situación, pero para mi', añade la profesional, ‘el punto está en la muchas veces oculta desvalorización como ser humano que pueden padecer los pequeños a raíz de situaciones externas que sufren a diario'.

Los niños con sobrepeso u obesidad tienden a ser inseguros, aislados, reprimidos, tímidos, regularmente les cuesta participar en actividades escolares.

Si estas secuelas emocionales no son tratadas, pueden ser arrastradas hasta la adultez, creando un individuo muchas veces frustrado y con las repercusiones que eso trae, como mal genio y baja autoestima entre otras, explica Prince.

La profesional aclara que esto no quiere decir que no haya personas ‘gorditas y felices'. ‘Claro que las hay, pero ‘estamos hablando de a quienes sí les afecta'.

La mejor herramienta frente a la obesidad es la prevención.

AYUDA DE EXPERTOS

‘Si veo que mi hijo o hija está aumentando de peso y al menos sospecho que es de manera no regular debo acudir a un especialista o en su control clínico exponer la inquietud', dice la nutricionista Yeniffer Palacios.

Es un deber del profesional de la salud que en todos los controles clínicos tome el peso y talla de los niños y niñas, para conocer si estos están acorde con su edad.

En la actualidad, ‘la falta de actividad física y un tipo de alimentación poco equilibrada son factores responsables del aumento de la obesidad', afirma Palacios.

Una de las principales ‘tareas' de los niños y niñas es jugar, correr, saltar, hacer diversas actividades a lo largo del día.

‘Hoy, padres y madres prefieren entretenerlos con algún artefacto eléctrico en lugar de jugar con ellos. También está muy de moda llevarlos a los famosos lugares de comida rápida en lugar de hacerles una atractiva y nutritiva comida. Poco a poco están empujando a sus hijos a las garras de la obesidad', explica Palacios.

Independientemente de las características genéticas individuales, prevenir la obesidad es una ‘linda labor', pues se tendrán que realizar actividades junto a los niños y niñas ‘lo que unirá más la familia'.

Es recomendable no verlo como una obligación (prevenir la obesidad), sino como una oportunidad de pasar tiempo con los infantes.

Si el pequeño ya presenta inconvenientes con el peso, las profesionales aconsejan buscar ayuda profesional. ‘No espere, cada día es valioso para la recuperación, evitar o minimizar las secuelas en la salud y en lo emocional', puntualiza Palacios.

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‘Los niños y niñas van creando un bajo concepto de sí mismo y no tienen confianza en su potencial

NAIDINE PRINCE, psicóloga