Siete verdades y ocho consejos sobre la educación a distancia

Actualizado
  • 06/10/2020 07:12
Creado
  • 06/10/2020 07:12
La educación en línea o a distancia llegó abruptamente, al menos en Panamá. María Isabel Borrero, psicóloga clínica y educativa ofrece un panorama de los retos que encontró la comunidad educativa

Educación a distancia, ¿un reto que podría mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje? 

Todo apunta a que el año escolar 2021 iniciará con educación a distancia o semipresencial. Aunque cada día se está más cerca de encontrar una vacuna contra la covid-19, se desconoce hasta dónde llegarán las secuelas de esta pandemia en el sector educativo, y cuánto permanecerán.

La educación en línea o a distancia llegó abruptamente, al menos en Panamá, con desafíos y nuevas realidades. Los actores de la comunidad educativa se vieron obligados a innovar; algunos, con considerable esfuerzo, lo lograron, mientras que otros, a paso lento, intentan adaptarse a la nueva situación.

María Isabel Borrero, psicóloga clínica y educativa, con especialización en psicoanálisis y docente, ofrece un panorama de los retos que encontraron tanto docentes, como padres, alumnos y administrativos.

Borrero ha fundado varios centros infantiles a lo largo de su vida. El arte siempre la ha acompañado, pinta, hace cerámica, escribe, diseña e ilustra libros infantiles. Lleva una vida de investigación, observación y de seguimiento a los niños. Estudia y trabaja en el día a día para capacitar a maestros mirando hacia una educación más holística.

Investiga sobre la pedagogía de proyectos, el juego, sobre la educación del ser y el desarrollo de diferentes pensamientos: critico, científico, creativo. En entrevista con La Estrella de Panamá, bajo su experiencia y preparación profesional, Borrero cita realidades de la incorporación de la educación virtual en Panamá y brinda consejos para utilizarla a favor del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Verdades de la educación a distancia
La educación virtual llegó de sorpresa. "Arrancamos tratando de aprender lo más rápido posible sin ni siquiera entrar en la reflexión si está bien, si era el método, modelo apropiado o no", señala Borrero.
Secuelas psicológicas y emocionales. Borrero considera que se ha estado muy pendiente de las secuelas físicas con el problema del virus y se ha dejado de lado el problema psicológico y emocional que esto está causando, cree que es una generación que quedará marcada.

La profesional explica que en efecto hay niños que están emocionalmente bien, pero estamos hablando de grupos de adolescentes que no están emocionalmente bien, es un grupo que está en convulsión, constantemente en desacomodo. Al cortarle sus relaciones emocionales los golpeas fuertemente, golpeas su autoestima. Uno de los grandes problemas que tienen con los adolescentes es lograr que prendan la cámara. No la prenden no porque no quieran es porque no les gusta cómo se ven, les da vergüenza. Adicional, el hecho que le hayan quitado sus amistades, que no pueden asociarse con otros adolescentes es un problema enorme.

Estudiantes con menos concentración. El docente llegó a las clases con un deseo enorme de transmitir gran cantidad de información a sus alumnos, "porque el maestro está acostumbrado a dar 8 horas de enseñanza", dice psicóloga clínica y educativa. Sin embargo, frente a la educación a distancia, esta metodología no es vista por la profesional como la mejor. "Vas a tener la atención de los alumnos por dos horas máximo. Cuando los docentes no logran la atención por el tiempo que desean hay un descontrol enorme. Es imposible, el niño no la hará, está en casa, es un mundo que se le transformó".
"Torrencial" de información colmó a los docentes. Los detalles que se recibían del Ministerio de Educación (Meduca), las escuelas y por todos lados era un gran bombardeo de información que saturó a los maestros, aunque el objetivo era darnos herramientas, detalla la profesional.
Pérdida del vínculo emocional. De alguna forma se perdió lo más importante en educación, el vínculo que tiene el educador con el niño. "Lo que más sufre lo que más se pierde, es el vínculo social. Los niños de jardín se pelearon con la pantalla, fueron los más sinceros y claros en explotar, creo que pudieron estar al menos un mes, al mes empezaron a decir yo no quiero este colegio, yo quiero mi colegio de verdad. Ponían la pantalla y ellos caminaban por toda la casa, les daba desasosiego no poder estar con los niños ni con los maestros".
La pantalla impide que los niños sean escuchados. El niño pequeño necesita algo y es ser escuchado y la pantalla impide que los escuchen como regularmente se hace. "Los niños no paran de hablar quieren oírse por encima de los demás y en la pantalla solo se puede hablar uno para poder ser escuchado, ese es lo que más los ha golpeado, ‘es que mi maestra no me oye, no quiere saber lo que pienso’, dicen algunos", indica Borrero.
Aumento del estrés. Los niveles de estrés de la familia están supremamente altos, económica y emocionalmente, con la educación a distancia estamos poniéndole un tema adicional. Los más ansiosos son los padres.
Consejos
Buena interacción. Lo más importante es ver que son dos interactuando y que tienen que tener un ritmo similar.
Fortalecer vínculos. En estos momentos es relevante enseñar cómo creamos vínculos emocionales por las nuevas vías de comunicación y cómo respetamos los tiempos.
Adaptar el ambiente a la realidad. Una buena práctica es hacer grupos más pequeños. Borrero explica que es imposible trabajar con grupos grandes sin afectar emocionalmente a los estudiantes. Hay posibilidades de hacer subgrupos en todas las escuelas, lo que hay que cambiar es la manera de pensar, pensar como maestros distintos. Las plataformas están dejando armar subgrupos. Lo que se debe hacer es planear varias actividades. Se dejan actividades en cierta forma autónomas mientras el docente se pasea de grupo en grupo dando las explicaciones que se requieren.
Tomar en cuenta los acuerdos. Hay que escuchar a los estudiantes y llegar a acuerdos. Tener presenta hasta dónde son capaz. Ellos dan un poco y los docentes seden un poco, aconseja la psicóloga clínica y educativa. Con los niños de primaria también hay que llegar a acuerdos, oírlos, dice.
Guía y no intromisión. La profesional aconseja a los padres de familia guiar a sus acudidos en el proceso, más no intervenir. Que sea el estudiante quien desarrolle sus habilidades para lograr una adaptación al sistema y aprender lo impartido por los docentes.
Seguridad. La Unesco también emitió las siguientes recomendaciones para garantizar la continuidad del aprendizaje durante el cierre de las escuelas. Aconseja evaluar el nivel de seguridad durante las descargas de datos o de recursos pedagógicos en los espacios de la web y al transferirlos a otras organizaciones o personas. Velar por que la utilización de las aplicaciones y plataformas no afecte la privacidad de los datos de los alumnos.
Planificar el desarrollo de los programas de aprendizaje a distancia. La Unesco también recomienda organizar los calendarios teniendo en cuenta la situación de la zona afectada, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos y la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados, en función del contexto con respecto al cierre de las escuelas y la cuarentena. Evitar los métodos pedagógicos que requieren una comunicación presencial.  
Establecer las reglas para el aprendizaje a distancia y dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos. Otro consejo de la organización es definir con los padres y los alumnos las reglas del aprendizaje a distancia. Elaborar las preguntas, las evaluaciones y los ejercicios de formación cuyo objetivo es dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos. En la medida de lo posible, utilizar los instrumentos mediante los cuales los alumnos podrán transmitir sus comentarios para no abrumar a los padres, pidiéndoles que los reproduzcan y los envíen.  
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