Kathia Gantes: 'Construir un edificio es crear una obra de arte con identidad e historia'

Actualizado
  • 06/05/2020 11:24
Creado
  • 06/05/2020 11:24
La experta en inmobiliaria nos cuenta sobre la historia del Casco Antiguo pintada en sus paredes, edificios y espacios culturales renovados por expertos detallistas que impulsan día a día esta zona de identidad panameña

Para Kathia Gantes la pasión por el Casco Antiguo no está solo en sus calles adoquinadas, edificios y lugares que –ahora más que nunca– destacan la huella panameña desde sus raíces, sino que se conecta con la historia que esta zona cultural representa para los istmeños y cómo se ha vuelto nuestra marca personal frente a otras naciones.

Kathia Gantes, gerente de Operaciones en CD&P, madre de familia y activista cultural.

En una conversación cálida con La Estrella de Panamá, Gantes nos detalla la importancia de mantener la historia del Casco Antiguo intacta para las nuevas generaciones. Nos habla de los retos del sector inmobiliario en el país y los proyectos culturales que ha impulsado a través de su puesto como gerente de Operaciones en la firma Casco Development & Partners (CD&P), un trabajo que considera “divertido y espontáneo, ya que nunca hay un día igual al otro”.

¿Cómo nació su dedicación por los inmuebles?

Basé mis estudios en mercadeo y alta gerencia, pero me vi hace 11 años ante un grupo liderado por inversionistas italianos y ahí conocí a los directivos de Casco Development and Partner (CD&P). En menos de lo que pensé ya era la directora de mercadeo del grupo y tenía en mis manos la construcción de la casa Nuratti –uno de los primeros edificios icónicos del Casco Antiguo– y el hotel Casa del Horno, un hotel boutique de alta clase para entonces (ya no existe). Al cabo de dos años ascendí al puesto de gerente, pero nunca había dirigido un campo directivo, lo que fue un reto y he sido gerente de Operaciones en CD&P desde 2016 con diversos equipos. Un dato importante es que todos los puestos de jefatura de mi departamento están dirigidos por mujeres –por pura casualidad– ya que son capital humano con mucha experiencia.

¿Cómo se desarrolla una idea para construir en Casco Antiguo?

El papel que desempeñamos va ligado con la responsabilidad de construir y desarrollar con consciencia histórica en el Casco Antiguo, porque es Patrimonio de la humanidad protegido por la Unesco. Es muy importante tener esto presente; somos supervisados por la oficina de Patrimonio Histórico liderada por el Ministerio de Cultura (MiCultura). En nuestras infraestructuras debemos mantener la historia que poseen los edificios originales y preservar sus toques de personalidad propia. Al final del trabajo, te llena de orgullo ver una ruina que estaba deteriorada y que en 18 meses ha sido rescatada, restaurada, y ahora aporta a la identidad del lugar.

¿Cuál es el mayor reto de las bienes raíces en Panamá?

Es un mundo complicado porque todos los días hay retos distintos, es una carrera que no tiene un manual de instrucciones porque siempre habrá diferentes problemas y la parte “divertida” del negocio es equivocarnos y aprender hasta que tomas el control. Hacemos proyectos que respeten la infraestructura original porque tratamos con un patrimonio histórico de hace más de cien años, que ha creado una comunidad que lo preserva y respeta.

¿Hay dificultades para la inclusión femenina en el campo de bienes raíces?

No, porque siempre ha sido un campo con presencia femenina de alto impacto. En CD&P tenemos muchas ingenieras, y apoyo de mujeres en los departamentos más altos. La inclusión de la mujer en este sector ha sido bastante amplia y sin ningún tipo de discriminación. Tenemos mujeres actuando en primera línea en el sector inmobiliario.

Háblenos un poco acerca del proyecto del Centro Cultural Internacional (CCI) y la restauración en áreas como Santa Ana.

Nuestra ideología de desarrollo va de la mano con la cultura; no desarrollamos un edificio por construir, pintar y vender, sino para impulsar la cultura para todos los sectores y todos los niveles del país. Uno puede culturizar desde los estratos bajos hasta los estratos más altos, sin barreras. Desarrollamos, principalmente, proyectos en zonas donde somos actores culturales. Somos dueños del teatro Variedades, lo cual nos da una oportunidad de aportar en arte teatral para los jóvenes o adultos en las zonas que muchos no conocen otros teatros o ni siquiera han visitado el Teatro Nacional. Nuestra motivación para crear el CCI fue para apoyar a todos los niños, jóvenes y artistas que aportan al barrio, enseñándoles canto, pintura, arte, danza, y todo tipo de arte. El CCI tiene un plan de alojar artistas de diferentes países para “estudios artísticos” en un espacio a bajo costo para que los jóvenes puedan desarrollar sus habilidades.

¿Cómo es llevar un proyecto cultural en una zona que no es tan apegada a la cultura?

Es un reto porque “cultura” es un término que abarca mucho, por lo que la hemos sectorizado en disciplinas que les interesan a los niños y jóvenes de los barrios. El coro Guna, hecho por niños gunas, es uno de los proyectos que más nos marcan como agentes de cambio, y ahora con la creación del MiCultura la transformación de las zonas del Casco Antiguo y Santa Ana ha hecho que se vea como un distrito artístico. La juventud está hambrienta de arte y cultura de todo tipo, y Panamá ha sabido tomar ese interés y sacarle provecho para que lo aprendan y disfruten. Es momento de darnos cuenta de que una sociedad sin cultura está destinada al fracaso.

¿Cuál es la visión que tiene para el Casco Antiguo?

A esta zona le falta muy poco para terminar su desarrollo y sería bueno que las compañías de transformación se unan y ayuden a mantener en el tiempo las actividades de construcción. En cinco años quisiera ver el Casco mantenerse con su identidad propia, con inversión pública y privada, con apoyo turístico y social para que se mantenga la historia intacta y la vibra del Casco sea atractiva para extranjeros y nacionales.

¿Cuál es la importancia de los centros culturales en el Casco Antiguo?

La importancia radica en que todos los planes de los diferentes actores que están impactando en el Casco y Santa Ana apuestan por inversión en actividades culturales a largo plazo y con apoyo de la población impulsan muchos más centros abiertos al arte para los ciudadanos. Hay muchos sitios con puertas abiertas para visitar actualmente, pero muchas veces su divulgación no se hace tan visible para todos los pobladores de la ciudad, algo que debe mejorar y aumentar para hacer que la oferta motive más a la gente.

¿Cómo piensa que se puede impulsar a la juventud a apoyar el desarrollo cultural en el Casco?

Las corrientes de arte siempre son impulsadas por los jóvenes; los artistas jóvenes se ven por montones, desde poetas, escritores, pintores, fotógrafos, bailarines, músicos, entre otros. Lo importante es darles espacios para que crezcan y se desarrollen entre ellos. Ellos son los que llevan a cabo las corrientes y las hacen perdurar.

¿Qué necesitamos para impulsar más el Casco Antiguo y Santa Ana?

Hemos hecho mucho y tenemos aún infraestructuras por trabajar, hace falta solo terminarlas de la mejor manera posible. Tanto el Estado como los gestores inmobiliarios del Casco deben apostar por la inversión consciente, a pesar de la situación económica actual, y estar seguros del potencial que posee el sector inmobiliario en el país –que se encuentra en un momento de crecimiento que puede explotarse de buena manera–. En cien años de historia hemos hecho mucho más por la huella cultural del país que otras naciones que son más longevas. CD&P apuesta por la inversión y se pondrán a la mano unos $80 millones en reestructuraciones. Además de esto hemos tendido la mano a diversas organizaciones que ayudan a familias que han quedado desamparadas económicamente por la pandemia. Lo mejor que podemos hacer es reconocer que la sociedad panameña necesita ser más cálida y solidaria en tiempos de necesidad, y creemos en la ayuda desinteresada.

¿De qué manera se inyecta arte en un edificio o infraestructura en el Casco Antiguo?

Los proyectos en mi oficina empiezan por la creatividad, nos ponemos a soñar lo que podemos apostar en la infraestructuras y llamamos a los arquitectos. La fase más divertida es convertir un edificio antiguo o un terreno vacío en arte, desde la piel del edificio –que es su ADN y lo primero que perciben las personas que lo visitan– hasta el techo. Todos los que nos involucramos en la renovación y restauración de un edificio somos artistas, nos preocupamos por los detalles y cómo va a acoger a las nuevas personas que se adentren en él. Hacemos edificios con pasión y se vuelven obras de arte. Lo más importante de esto es que cuando visitamos el Casco Viejo nos sentimos en casa, no como si fuéramos intrusos, sino un lugar que nos pertenece y es parte de nuestra identidad y de nuestro ADN como panameños. Quiero que las nuevas generaciones que reciban el Casco se sientan orgullosas de la divulgación de sus espacios artísticos de toda índole, y de lo que logramos hacer en esta zona.

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