Epsy Campbell: 'El mundo no cambiará si no hay un trabajo protagónico de mujeres en alianza'

Actualizado
  • 23/11/2021 00:00
Creado
  • 23/11/2021 00:00
La vicepresidenta de Costa Rica habla sobre la situación de los afrodescendientes y las mujeres en la región. Además, dialoga sobre la paridad de género en la política, del rol de las nuevas generaciones y la migración
Campbell es investigadora y activista de derechos humanos en temas relacionados con mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, desarrollo humano, inclusión social y medio ambiente.

“Las mujeres estamos impulsando un liderazgo diferente porque de alguna manera somos guardianas de la vida y no solo de la humana, sino también del planeta. Es por ello por lo que cuando se piensa en los desafíos ambientales, hay que poner a las mujeres enfrente de estos temas. Estoy convencida del valor agregado que aportan las féminas a las decisiones globales y locales. Sé que su participación permitirá que mejoren los desafíos en materia económica y de exclusión”, expresa la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell Barr, quien también es economista, investigadora y activista de derechos humanos en temas relacionados con mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, desarrollo humano, inclusión social y medio ambiente.

A lo largo de su trayectoria, Campbell se ha desempeñado como coordinadora de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas (1997-2001), coordinadora del Foro de Mujeres para la Integración Centroamericana (1996-2001), integrante de la Alianza de Pueblos Afrodescendientes de América Latina y las Antillas, integrante fundadora del Centro de Mujeres Afrocostarricenses.

En su accionar también se ha posicionado como propulsora de la aprobación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia en Costa Rica (2016), como integrante del comité que elaboró el 'Informe regional de desarrollo humano (IRDH) para América Latina y el Caribe: Progreso Multidimensional' (2016) coordinado por Pnud; directora de más de 15 investigaciones internacionales y autora de 20 publicaciones sobre inclusión social. Asimismo, ha participado como conferencista internacional en distintas universidades y seminarios.

Campbell estuvo recientemente en Panamá, donde participó en el diálogo de Salma 2021. En una entrevista para MIA Voces Activas conversó sobre su gestión a favor de las poblaciones más vulnerables y los derechos de las mujeres. También analizó la situación de los países de la región en materia de derechos humanos, paridad de género y reflexiona sobre el tema de la migración.

En materia de equidad, ¿cuál es la situación de las mujeres y la población afrodescendiente en Costa Rica?

En Costa Rica tenemos grandes avances en términos de participación femenina en la política. La administración del presidente Carlos Alvarado, primer Gabinete paritario, en este momento cuenta con más de la mitad de los asientos ocupados por féminas. Tenemos un Congreso que es prácticamente paritario con un 46%, la participación es paritaria en las juntas directivas de las instituciones autónomas y semiautónomas, esto a nivel político se ve bien; sin embargo, cuando miramos la participación política en las municipalidades ya no lo es tanto; los puestos unipersonales tienden a ser ocupados por hombres, y los alcaldes son mayoritariamente varones y realmente la cantidad de mujeres alcaldesas no llega al 15%. Todavía hay espacios donde estamos con deudas importantes, por ejemplo, en el Poder Judicial, donde no estamos cerca de la paridad, no obstante, hay una participación significativa de mujeres y uno de los temas más desafiantes es la participación de las féminas en el área de la economía, aquí tenemos grandes brechas. Por otro lado, en cuanto a los afrodescendientes, hemos avanzado con una Ley de Acciones Afirmativas para esta población, pero como el resto de la región, en Costa Rica hay brechas para los afrodescendientes en temas de acceso a la educación, la salud, entre otros.

Desde un panorama general, ¿cómo ve los avances en este tema en la región?

Hemos avanzado significativamente en el tema de la participación de las mujeres en la política, pero debo decir que en el resto de los países –al igual que en Costa Rica–, la pandemia ha hecho estragos en los avances; estamos lejos de la paridad, pero más del 30% de los congresos están siendo ocupados por mujeres y esto demuestra una gran diferencia de lo que pasaba hace 10 o 15 años. Hoy vemos con mayor regularidad a mujeres asumiendo puestos en los ministerios; miramos un protagonismo de las féminas que asumen puestos de toma de decisión, por ejemplo, como ocurre en Uruguay y República Dominicana. Creo que el esfuerzo se está haciendo, pero estamos lejos todavía. Una realidad es que la covid-19 dejó al descubierto la inequidad que había en temas de mujeres, pero también en materia de afrodescendientes, de pueblos indígenas y de aquellos sectores que estaban mucho más excluidos.

Siendo activista, ¿qué opina del rol de las nuevas generaciones en las luchas sociales?

Estoy enamorada de la nueva generación. Esta es una generación que tiene condiciones extraordinarias porque están dando un salto mucho más alto para mejorar las condiciones que tiene la humanidad en todo el planeta. La juventud ahora es más compasiva, ya que está en mayor posibilidad de ponerse en los zapatos de los otros. Hoy vemos a jóvenes no afrodescendientes luchando por los derechos de los afrodescendientes. Asimismo, vemos cómo levantan las banderas a favor de los pueblos indígenas, de las luchas por mejores condiciones en el medio ambiente, por la inclusión y el cambio climático. Es claro que hoy la juventud se pronuncia en contra de las brechas educativas, pese a que muchos de ellos no estén afectados, van más allá de preocuparse, sino también de ocuparse. Veo a más mujeres jóvenes luchando por los derechos de las otras y llamándose feministas. A esa generación le he llamado la generación de la luz, porque han tomado cosas del pasado, han reclamado y por ende han accionado para que realmente haya transformaciones positivas. Otro aspecto que vemos de esta nueva generación es que son ellos los que capacitan a los más adultos, en cambio, en el pasado eran los abuelos y padres los que capacitaban a los jóvenes. De igual manera, hay chicos luchando en contra de la homofobia y, no necesariamente deben tener una orientación no heterosexual para crear conciencia sobre este tema. Estoy convencida de que a esta nueva generación hay que ayudarla para que siga con esa fuerza. La gente joven se lamenta menos y hace más. Hoy pese a las dificultades que tenemos, hay que tener esperanza porque la nueva generación va a dar un salto increíble y sé que veremos cambios extraordinarios en el futuro.

¿Cree que este activismo ha incidido en los gobiernos?

Sí. Algunos de los desafíos más importantes de nuestras sociedades se debaten en el tema de los derechos, por ejemplo, la lucha contra el racismo sistémico en contra de los pueblos afrodescendientes con una situación de desventaja que afecta principalmente a los jóvenes. En el caso de Brasil, la muerte de jóvenes afro ha sido denominada por la Corte Suprema de Brasil como un genocidio. En ese sentido, la alta comisionada ha dicho que esa realidad del racismo sistémico en contra de los afrodescendientes impacta a los países de la región y al mundo entero, pero también afecta en temas como la homofobia y los crímenes de odio que están a la orden del día. Considero que esa realidad la ha tomado la gente más joven para incidir en los gobiernos en la actualidad.

En cuanto al diálogo de Mujeres Salma 2021, ¿cómo califica su impacto y sus logros?

Este espacio es súper interesante porque permite unir dos partes que no han estado conversando, que son las mujeres africanas y las mujeres latinoamericanas. América Latina le ha dado la espalda a África, no ha visto todo el potencial de trabajo conjunto. Además, tenemos realidades coincidentes, en donde las fuerzas de las regiones nos permitirían avanzar de manera más acelerada. De forma que Salma 2021 se convierte en un puente entre estos dos continentes. Este encuentro nos permite aprender de ambos lados, nos ayuda a coincidir y generar una fuerza, ya que en el mundo global es muy importante que identifiquemos aliados en cualquier parte del mundo. Las mujeres debemos seguir impulsando transformaciones inmensas. El mundo no va a cambiar si no hay un trabajo protagónico de mujeres en alianza y eso es lo que nos permite Salma 2021. Sin duda, las mujeres estamos impulsando un liderazgo diferente porque de alguna manera somos guardianas de la vida, y no solo de la humana, sino también del planeta. Es por ello por lo que cuando se piensa en los desafíos ambientales, hay que poner a las mujeres enfrente de estos temas. Estoy convencida del valor agregado que aportan las féminas en las decisiones globales y locales. Sé que su participación permitirá que mejoren los desafíos en materia económica y de exclusión.

En este foro hubo más presencia femenina que masculina, ¿considera que hace falta incluir a más hombres en estas actividades para que sean más conscientes de temas como la paridad de género, por ejemplo?

Pienso que sí y honestamente creo que los hombres deben capacitarse más que las mujeres, debido a que nosotras tenemos mayor conciencia de estos temas porque hemos estado en condiciones de desventaja, y eso genera un nivel mayor de concienciación, así como buscar alianzas con las otras. Los hombres tienen que sentarse del lado nuestro, desaprender bastantes cosas, por ejemplo, sobre las relaciones de poder, relaciones constructivas, dejar el ego en la puerta y construir desde adentro. Soy creyente de que debemos jalar a más hombres donde sea que estén. Creo que con los jóvenes lo vamos a lograr de manera más fácil, porque se resisten menos, ya que los más adultos sienten que van a perder algo, no obstante, los jóvenes sienten que construirán algo, entonces sí me parece que hay que hacer esfuerzos sistemáticos para sentar a los hombres y debatir sobre estos temas. La idea es pensar que trabajando en equidad entre hombres y mujeres el crecimiento será mucho mayor.

Estamos en un mundo donde los trabajos están llenos de mujeres, pero en los despachos ejecutivos hay más hombres, ¿cree que esa balanza se equilibrará algún día?

Creo que hay que empezar a soñar porque cuando lo hacemos nos imaginamos cosas y empezamos a funcionar en ese sentido. Es verdad que las mujeres en el sector privado tienen mayores obstáculos para llegar a los puestos de toma de decisiones, pero creo que sí se puede mantener un equilibrio, pero para ello tenemos que sumar a muchos actores. Como sociedad debemos trabajar para que las niñas se vean en todos los campos laborales y no solo ejerciendo ciertas profesiones. En Costa Rica tenemos una iniciativa de paridad de género, donde trabajamos con el sector privado y público. Nosotros hacemos grupos de liderazgo y desafiamos a las empresas privadas para que contraten a mujeres y las pongan en puestos de toma de decisión. Estas acciones hay que hacerlas de manera consistente para no tener que esperar más de 100 años para lograr la equidad entre hombres y mujeres, porque no lo veo justo.

Dejando atrás este tema, hablemos de la migración, ¿cómo ha sido la visión entre Costa Rica y Panamá en ese sentido?

Hay que celebrar la capacidad de coordinación que han tenido Panamá y Costa Rica. Nosotros hemos sido naciones que han logrado alinearse para concretar acciones en materia de migración y así disminuir el impacto que tiene este tema en ambos países. Esos espacios de diálogo entre Panamá y Costa Rica se mantienen abiertos de manera permanente. Nosotros como países trabajamos para garantizar los derechos de las personas que están de paso por el país y lo positivo es que lo hemos logrado, pese a que es un tema muy complejo. La realidad de estos países es dramática, por ejemplo, Haití y Venezuela, hay que entender que la gente no quiere migrar, sino que realmente se siente obligada por la situación que vive en sus territorios.

Por otro lado, ¿cómo define los logros de su nación en cuanto al proceso de vacunación?

Hemos avanzado muchísimo al igual que Panamá. Costa Rica ha sido uno de los primeros países que autorizó la vacunación para niños entre 5 y 12 años, esto es muy importante para los efectos de regularización del ciclo lectivo para el año 2022. Las campañas de vacunación se han coordinado junto con el sector privado, lo que ha permitido un mayor avance en ese sentido. También uno de los elementos más importantes es cómo el proceso de vacunación nos permite la reactivación de la economía, y en Costa Rica esto nos ha permitido tener un crecimiento del PIB superior al 5%. A partir del 1 de diciembre empezamos con un protocolo para actividades masivas.

Para finalizar, ¿qué prácticas y enseñanzas podría replicar en Panamá de Costa Rica, y viceversa?

Panamá tiene una institucionalidad muy buena en el apoyo con becas para su población y eso me parece maravilloso. Desde el istmo es grandioso que vinculen a los estudiantes con universidades del exterior, dándole la oportunidad a jóvenes de bajos recursos para que estudien carreras que han sido históricamente permitidas solo para ciertos sectores de la población. Creo que eso lo tenemos que aprender nosotros de Panamá. En cuanto a Costa Rica, podríamos aportar a ustedes, por ejemplo, las leyes de afirmaciones para lograr la participación de las mujeres. También ambos países podríamos realizar acciones conjuntas en materia de comunidades afrodescendientes.

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