Gaby Aued: 'Se necesita inversión y un plan país para el desarrollo de nuestro talento humano'

La CEO de una de las empresas tecnológicas más importantes de la región, con sede en Panamá, habla sobre cómo motivar a las mujeres para que participen en el mundo de la innovación
Gaby Aued, durante la entrevista con este diario.

Gaby Aued (Panamá, 1978) de pequeña quería ser arqueóloga, pero decidió estudiar, entre otras cosas, comunicación. Su anhelo de lograr una vida independiente la llevó a demostrar su meritocracia y ahora dirige una de las empresas líderes en servicios de tecnología en la región.

Gaby es discursiva, amable y cauta. Siguiendo los pasos de su padre, pero con autenticidad arrolladora, ha logrado convertirse en la CEO de Tecnasa en tiempos cuando la participación de la mujer en las empresas tecnológicas, y más concretamente en los puestos donde se toman las decisiones, se ha vuelto una de las luchas más pujantes por la mujeres con el único norte: lograr la equidad.

¿Cómo se lleva usted con la memoria y qué tiene de sus padres?

Una infancia llena de libros, cuentos e historias fantásticas, de viajes a los lugares más especiales del mundo. Desde un Egipto donde me imaginé ser arqueóloga, hasta la Gran Barrera de Coral en Australia, donde nació mi fascinación por los tiburones blancos. Fue también una infancia vivida, gran parte con mi abuela Lea, quien me enseñó las tablas de multiplicar, a comer gelatina con helado, y con quien compartí las mejores telenovelas venezolanas de la época. Una infancia entre la playa y la ciudad, con mis papás y mi hermana, activa, feliz y sobre todo soñadora.

De mi padre me gusta pensar que tengo su inteligencia, su mente estratégica y visionaria, su forma de analizar antes de tomar decisiones. De mi mamá, comparto su atención al detalle, el buscar hacer las cosas bien, con altos estándares, y esa garra luchadora y confianza para alcanzar lo que me proponga.

Leí que ha pasado por Brown University, Harvard y Stanford, el Instituto Aspen entre otras casas de estudio, ¿por qué era tan importante para usted el aspecto de la formación?

En Brown University obtuve dos licenciaturas: en Literatura Comparativa en inglés, francés y español; y en Comportamiento Organizacional y Administración. Luego, a lo largo de mi carrera, he complementado mi educación con diplomados de diversas universidades. La educación siempre ha sido mi camino hacia la superación. Es la forma de entender el mundo, lo que hago, y sobre todo me ayuda a ser más tolerante con el entorno, y a mejorar mi trabajo. Mi educación, lo que está en mi mente, es lo único que realmente es mío porque va más allá de lo material. Aprender que existe diversidad de pensamientos, culturas, géneros, intereses, me ayuda a entender mejor el mundo tan complejo donde vivimos, y a ser más inclusiva.

¿Qué le movió, personalmente, para dedicarse a esto?

¿Para dedicarme a trabajar? Tenía que hacerlo para poder ser económicamente independiente. No tenía alternativa. El día que me gradúe, con mi diploma en mano y sin dinero, mi padre me canceló mi tarjeta de crédito, y me dijo que su labor había culminado. También me dio una oportunidad, me ofreció trabajo en Tecnasa como vendedora de cajeros automáticos. Aunque en ese momento no conocía nada del tema, aproveché la oportunidad para estudiar, dominar la materia, y me puse a trabajar totalmente comprometida a salir adelante.

¿Percibe que existen cada vez más liderazgos femeninos?

Sí, pero siguen siendo muy pocos. Lo importante es que esos pocos son ahora más visibles gracias a la apertura de los medios, y de las nuevas facilidades de comunicación como el social media. Panamá ha tenido algunos avances, pero seguimos lejos de una paridad de género. Por ejemplo, la aprobación de la Ley 56 del 2017 estableció una participación mínima del 30% de mujeres en Juntas Directivas estatales y entidades financieras. Cinco años después, mejoramos un par de puntos, pero no lo suficiente. Actualmente, solo el 22% de estos puestos son ocupados por mujeres, tanto en el sector público como en el privado. En el Índice Global de Brecha de Género 2021 ocupamos la posición 45, por debajo de Costa Rica, Nicaragua y El Salvador en nuestra región.

¿Por qué cree que la mujer no puede acceder fácilmente a puestos de dirección?

La respuesta es compleja. Por un lado, las oportunidades son pocas porque esos puestos están acaparados por hombres y no dan apertura para la incorporación de más mujeres. Hay un sesgo donde piensan que no hay mujeres preparadas, no consideran importante hacerlo, o no conocen las ventajas de tener equipos mixtos en pro de los resultados de las empresas, por mencionar algunas razones. Por otro lado, las mujeres no siempre sabemos o queremos aprovechar las escasas oportunidades cuando las tenemos. En lo que nos compete a nosotras, debemos prepararnos para esas posiciones, y salir a buscarlas, nadie nos las va a regalar.

¿Cuántas mujeres ocupan cargos de dirección en su empresa?

Tenemos paridad de género en las posiciones de liderazgo. El 50% de los altos directivos, gerentes, jefes y supervisores somos mujeres.

Tras la irrupción de la pandemia, el proceso de transformación digital ha pasado de oportunidad a necesidad, ¿cómo lo vivió?

El 8 de marzo del 2020 cuando recibimos la noticia del primer caso de covid-|19 en Panamá, automáticamente activamos nuestros protocolos de continuidad de negocio. En menos de tres días, y todavía incrédulos de lo que estaba ocurriendo porque solo lo habíamos visto en películas de Hollywood, pasamos de nivel 1 al nivel más crítico. Y no solo en Panamá, sino en los siete países donde tenemos presencia. Nosotros nos habíamos preparado para activarlo en un país. La sorpresa inimaginable fue que tuvimos que activarlo al nivel más crítico en los siete países y 12 oficinas donde operamos.

A pesar de estar preparados, tuvimos que afrontar la nueva realidad. Nuestra preocupación no éramos nosotros. Nosotros estábamos listos. Nuestra preocupación era la gran responsabilidad que teníamos para asegurar que los hospitales, bancos, gobierno y telcos continuaran operando, que las personas pudiesen retirar efectivo de los 5,000 cajeros NCR que soportamos en toda la región, y que los más de 30,000 panameños pudiesen cobrar su nómina a través de nuestros sistemas de planilla. No era una opción fallar.

Existieron cuatro factores fundamentales que nos permitieron responder efectivamente: todos nuestros sistemas estaban digitalizados, desde la apertura de los tiquetes para atenciones hasta la solicitud de partes desde los teléfonos inteligentes de nuestros técnicos. Contábamos con un gran inventario de partes en nuestras bodegas. Nuestros procesos estaban diseñados para misión crítica, 24/7, 365 días al año. Y nuestra gente, estuvo 100% comprometida con nuestros clientes. Estos cuatro factores marcaron la diferencia en la crisis.

¿Qué innovaciones destacaría que nos vayan a cambiar la vida en los próximos años?

Son múltiples. Desde machine learning, y el continuo crecimiento de la inteligencia artificial, hasta la robótica para automatizar los procesos, el mundo seguirá cambiando vertiginosamente. En Panamá considero que el movimiento hacia la conexión 5G y 6G a nivel de redes e interconectividad, permitirá el tránsito y manejo exponencial de la data causando gran impacto.

¿Qué hace falta en la región para acoplarse a lo digital, hablando de la empresa privada?

Pienso que hace falta una mayor apertura para reevaluar y repensar los procesos. Para buscar maneras diferentes de brindar y gestionar los servicios. La digitalización de las empresas no va a tener el éxito esperado mientras tratemos de replicar la forma pasada de hacer las cosas. La tecnología nos da la oportunidad de volvernos más eficientes, y ágiles. Por ejemplo, en la pandemia nos dimos cuenta de la necesidad que tienen las empresas de garantizar que sus procesos de negocio funcionen de forma adecuada y segura. Para lograrlo, las organizaciones enfrentan el reto de gestionar y supervisar actividades de TI cada vez más complejas. ¿Cómo monitorear el nuevo entorno de TI, descentralizado, que salió de la oficina a puntos no definidos? ¿En qué estado están esos activos? ¿Cómo aseguras el buen funcionamiento, y la seguridad de la tecnología cuando está en lugares desconocidos y en manos de terceros?

¿Cuáles cree que son los principales retos del futuro a los que deberíamos prestar atención e incidir en ellos desde la tecnología?

El reto principal que tiene Panamá es la educación. Necesitamos urgentemente talento humano capacitado para poder tener una conversación sobre las tecnologías del futuro. Panamá se ha quedado atrás. Nosotros en Tecnasa tenemos cierta ventaja en el sentido que estamos diversificados regionalmente, con acceso a talento en toda la región centroamericana y Ecuador, y hemos desarrollado Tecnasa U Learning Centers para el desarrollo de nuestros colaboradores, colaboradoras, y clientes a nivel regional. Pero falta más. En el caso de Panamá, se necesita inversión y un plan país contundente para el desarrollo de nuestro talento humano en tecnologías del futuro, aprovechando no solo el 50% de nuestra población laboral, sino el 100% incluyendo tanto a panameños como a panameñas.

Cuatro preguntas cortas sin ninguna relación...

¡Vamos!

¿Qué diferencia a las personas con éxito de las que no lo tienen?

La consistencia.

Un destino inolvidable...

Macondo...

Una frase que se parezca a lo que siente por Panamá...

Angustia, indignación, respeto e inmenso amor.

¿La revolución digital nos va a dejar sin empleo?

Todo lo contrario, va a generar más y nuevos empleos, pero tenemos que estar preparados.

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