Giselle Perezblas: 'Los políticos están más concentrados en Tiktok que en las heridas del pueblo'
- 12/07/2022 00:00

Giselle Perezblas se ha dedicado, como mujer y como estratega, a la construcción de poder real, el que permite ser uno mismo, el que incide socialmente en el ámbito en que se desarrolla cada persona.
Haber crecido en una familia dedicada a la política activa de su país, México, la llevó a convertirse en estratega de comunicación y medios masivos, especializada en la comunicación política, social, y en el manejo de crisis.
Aunque no quería seguir los pasos de su familia, el destino la empujó a eso y terminó asesorando en campañas a gobernadores, desde sus 26 años de edad, y después de trabajar como productora de noticieros en Televisa. Tiene más de 20 años al frente de su propia empresa llamada Auguro.
Perezblas habla con firmeza, se ablandó solamente cuando relató que era madre de perritos y se definió como una “animalista proactiva”. En una conversación con La Estrella de Panamá, para MIA Voces Activas, la estratega dejó claro que uno de sus propósitos es equilibrar la balanza en materia de género.
Soy mexicana; por 25 años me he dedicado a la opinión pública desde distintas arenas. Primero en noticieros, después en creación de programas mitad de entretenimiento, mitad noticiosos, y luego la vida me fue llevando a la parte de estratega electoral y política. Vengo de una familia enteramente política, cuyo ejercicio ha sido en la política activa del país. Entonces soy endémica del sistema, tanto de medios como de la parte electoral.
Últimamente presto mucha más atención a temas de gestión y a equilibrar un poco la balanza en materia de género. No fue algo espontáneo, fue producto de lo que veía en las campañas, los liderazgos que estaban ahí y no se animaban a dar el paso de ser ellas, precisamente, por miedo al rechazo de un sistema.
Yo creo que es el triunfo de la rebeldía; mi vida profesional y mi vida personal se han definido en los triunfos que ha tenido mi rebeldía. No me gustaba el sistema de producción noticiosa que tenía en ese momento una de las cadenas más importantes de habla hispana del mundo. Entonces empecé a involucrarme en programas que tenían una mezcla noticiosa con lúdica, que tomaban el humor mexicano; estábamos haciendo este tipo de televisión con sarcasmo que te permitía permear más los temas y que la gente los entendiera mejor.
En ese momento y sumado al bagaje político que tenía desde niña de conocer los procesos electorales, de conocer a los sectores políticos, me ayudó a darle una visión de punto intermedio. Puedes tener grandes políticas públicas que mal comunicadas son rechazadas por la población y tienes también grandes políticas masivas y campañas de comunicación que te permiten esconder muchos pecados en la administración pública.
Siendo muy respetuosa, el tipo de campaña que hago es siempre tomando en cuenta dos elementos fundamentales: las heridas sociales y las heridas personales; tomando en cuenta los orgullos regionales. Un estratega tiene que tomar las necesidades y la deseabilidad del contexto social y volverlos realidades viables. Cuando aprendes a conocer lo que te está demandando el público, en ese momento tu propia ideología pasa a segundo término, porque a lo mejor no es lo que necesitan para conseguir la paz social o para alcanzar el desarrollo.
Reconocer que es una desconfianza bien ganada. La soberbia del sistema de poder en general en cualquier país hace que escuchen poco, que traigan un monólogo, que se vuelven palabras necias a oídos sordos, entonces hay una ruptura de la comunicación con la ciudadanía.
Lo primero es restablecer esa comunicación; no puedes gobernar a alguien a quien no conoces, que tomas por sentado y que no respetas. Lo que realmente le da el cimiento al político es el peso de la credibilidad social que tenga en tierra, no en aire.
La clave del triunfo está en los detalles que parecieran numéricamente insignificantes, pero que si lo exploras antropológicamente vienen de heridas muy profundas. En Latinoamérica tenemos heridas de clasismo, de mestizaje, de género, de desigualdad, de injusticia, tenemos diferencias tan particulares y eso lo están obviando porque están más concentrados en el Twitter y en el TikTok.
Para empezar, el ejercicio de gobierno. Todavía no logramos la paridad, tenemos países que están absolutamente dispares o hay temas de inseguridad. Panamá, por ejemplo, puede ser el [país] de mayor crecimiento económico de la región, pero todavía hay muchas deudas de carácter político-social, incluso hasta en la priorización de la construcción de marca país. Construyen demasiada imagen para los políticos y nos está faltando construir imagen para los países.
Estamos cediendo el control de poder a intereses particulares que al final, en una lógica empresarial, no tienen por qué ver por el bien mayor. Necesitamos reconstruir el tejido social, la polarización no va a sumar nunca nada, funciona para las elecciones, claro que funciona, te suma audiencia, pero destruye a los países porque no hay país que sobreviva dividido.
No solamente es un tema de la izquierda, es parte de un fenómeno mucho más grande, que es esta lógica de buscar a estos personajes, puedes llamarles neocaudillos, showwoman o showman, como quieras expresarlo, hay muchos términos para ellos, son estos personajes hombres y mujeres que superan al partido, que cuya imagen hala audiencias que la política tiene un poco perdida, con discursos muy polarizantes, porque claro, si tú tienes una herida abierta y yo le pongo sal, ¿qué pasa?, reaccionas, entonces son extraordinarios detonadores del enojo social y este tipo de personajes son extraordinarios candidatos, te ganan elecciones. El costo es altísimo.
También las políticas públicas de la izquierda son mucho más cercanas a lo que se conoce como populismo, el dar los programas sociales como una especie de gancho electoral hace que las audiencias no evolucionen, que tu población no mejore, se vuelven esclavos del 'dame y obtienes de regreso', creo que esas técnicas son las que están funcionando por el enojo social. Lo estás viendo en Colombia, ¿no viste el mapa de votación?, es prácticamente la Colombia de los olvidados, la que salió, votó y dejó claro que necesita un cambio.
Se trata de construir los prejuicios de la competitividad que podemos tener en un terreno tan desigual. Tenemos el tipo de agresión durante los procesos electorales a las mujeres: si tú eres hombre, probablemente la contracampaña se vaya sobre tus hechos; si eres mujer, probablemente se vaya sobre tus dichos y sobre tu vida personal.
En términos de desigualdad, estamos hablando de que 200 países nunca han tenido una ejecutiva nacional, una presidencial. Tenemos todavía 19 países que no alcanzan el 50% de sus espacios parlamentarios. Estamos todavía vulnerables.
Ha sido extraordinario; se volvieron voceras porque te deconstruyen esta imagen de guerra transmitida por las instituciones o los gobiernos. Por primera vez estamos viendo una guerra en tiempo real transmitida vía TikTok, Instagram, Twitter, Facebook, por quienes la están viviendo.
De pronto vemos una reina de belleza, completamente uniformada, con un arma de largo alcance para defender su patria y los mensajes están siendo aterrizados completamente por la población. En Ucrania se volvieron voceras las madres, son las que están mostrando la realidad de una guerra que se puede discutir sobre la mesa.
Han sido muchas; los accidentes donde han muerto niños. Tuve uno donde un convoy de la campaña chocó frontalmente, sin que fuera responsabilidad de ellos, pero chocó con un coche que llevaba 11 personas dentro, incluidos bebés.
Los huracanes en México ya son pan de cada día, pero las primeras 24 horas de un desastre natural son fundamentales porque puedes generar pánico con una mala comunicación o puedes generar cohesión social.
Cualquier mujer que intente algo donde le dijeron 'no puedes', ya está haciendo historia. Utilizar como impulso la fuerza de la resistencia para que avances o construyas algo. Ni la crítica ni el miedo deberían ser un freno, debería ser lo contrario, una advertencia para que calcules cuánto te va a costar. La realidad es que quien quiera alcanzar sus sueños, tiene que pelearlos, nada es gratis, nada es dado. A veces el obstáculo más grande es mental, más que las condiciones económicas, políticas o sociales, todo es superable.